Dicen que estas son las elecciones más importantes para Portugal desde la Revolución de los claveles. Una importancia que desde luego la campaña electoral no ha tenido en cuenta. Los que saben de esto aseguran que ha sido la más floja en contenido de toda la historia de la democracia, que por no haber no ha habido ni promesas para cumplir o no una vez en el trono.
También aseguran que los únicos que han hecho una campaña digna, han sido los partidos de la izquierda más radical, los comunistas del CDU y el Bloco de Ezquerda, que han hablado de programa y de qué hacer cuando venga el lobo, que ya está de camino. Porque son los únicos que no le deben nada a la ayuda externa, y que miran a Washington y a Bruselas por encima del hombro, con ese orgullo patrio de haber sido capaces de decirles que no querían ni oir sus propuestas de rescate financiero, porque están covencidos de que sólo van a traer más ruina a este país.
El resto, los más importantes en el Parlamento: PS, PSD y CDS-PP, tenían, antes de arrancar la caravana come kilómetros con la que se han recorrido el país a lo largo y ancho, el programa electoral ya redactado al milímetro por la Unión Europea y el FMI, con lo que no les ha quedado mucho margen de maniobra para sus discursos, en los que han evitado quemarse hablando de la que se le viene encima a Portugal y para lo que no hay recetas mágicas.
Estado de ánimo bajo en todo el país
La magia va a tenerla que hacer cada ciudadano con su bolsillo, cuando a la hora de ir a la compra todo sea más caro, cuando tengan que ir a llevar los pañales y la leche a sus hijos recien nacidos porque los hospitales ya no los cubren, hay tantos "cuandos", que mejor resumirlos en todo va a costar más y todos van a tener menos drante mucho tiempo.
El estado de ánimo de este país es bajo, muy bajo, aunque de momento algunos consigan disimularlo. Por eso van desganados a las urnas dos años antes de lo que les tocaba, por eso hay tantos indecisos, más de un 23%, porque muchos ya no se fían de ningún partido y por eso son capaces de aparcar la ideología y votar con la razón en vez de con el corazón, para apostar por una oportunidad que ni siquiera tienen clara que resulte.
¿Y la abstención?, en las anteriores elecciones fue de más de un 40%, en estas no se sabe si será mayor por hastío soberano, o todo lo contrario, todos los votantes, los más de nueve millones correran a las urnas en un intento desesperado de buscar una esperanza, por pequeña que sea, de que el que salga elegido sea capáz de domesticar al lobo feroz lo mejor posible.
No obstante ya hay una encuesta que dice que los portugueses, un 60% de ellos, está convencido de que el año que viene la fiera ya habrá mostrado, no sus orejas sino sus fauces sin piedad alguna, y se paseará por las calles cerrando tiendas y negocios, colgando cartelitos de "se vende" o "se traspasa".
Portugal uno de los países más religiosos de Europa puede ser que haya empezado ya a poner a trabajar a todos sus santos, porque según cuentan los expertos, los periódicos y los economistas, no van a faltar plegarias y rezos, para pedir un puesto de trabajo, una ayuda social, o que el negocio no se vaya a pique.
San Antonio el patrón de Lisboa está estos días en sus fiestas, en las calles, más humilde que nunca, algunos kioscos han ahorrado hasta en adornos, y en otros sólo habrá sardinas el fin de semana, no pueden arriesgarse a que se queden en el congelador como otros años, porque se las comerá el lobo.