La comunidad internacional está endureciendo sus críticas contra el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, después de que el líder de la oposición, Morgan Tsavangirai, anunciase este domingo que no se presentará a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del viernes como señal de protesta por la represión que están sufriendo los opositores al régimen. Australia incluso ha pedido que se acuerden sanciones sobre Zimbabue como medida de presión.
Mugabe ha prohibido que observadores internacionales procedentes de la Unión Europea y los Estados Unidos estén presentes en Zimbabue durante el desarrollo de las elecciones, ya que les acusa de intentar desbancar su gobierno.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha calificado de "episodio muy deprimente" la retirada del jefe de la oposición que considera, además, "un mal presagio" para el futuro del país. Por su parte, Estados Unidos ha manifestado su intención de llevar al Consejo de Seguridad la situación política del país africano a raíz de la marcha de Tsvangirai.
Reino Unido y Australia piden sanciones
El ministro británico para asuntos Africanos, Mark Malloch-Brown, ha demandado que "la Unión Africana, la Unión Europea y las Naciones Unidas, -el mundo- tiene que ponerse de acuerdo y tomar duras medias que pongan fin a la tragedia lo antes posible". Malloch-Brown ha puesto como ejemplo la condena creciente de algunos países africanos a la crisis política que ha costado la vida a 86 personas y ha desplazado a 200.000.
El primer ministro australiano, Kevin Rudd, ha pedido este lunes sanciones internacionales contra el régimen de Zimbabue para terminar con lo que ha calificado de "brutal gobierno". Rudd ha dicho en el Parlamento australiano que unas elecciones justas en el país africano son imposibles debido a la violencia que el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, utiliza contra sus conciudadanos.
El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha calificado este lunes de "farsa" la democracia que rige en Zimbabue y ha añadido: "La forzada retirada de Tsvangirai supone un grave revés para Zimbabue y toda la región. Steinmeier ha apelado al régimen de Harare que "abandone de una vez por todas la violencia y la intimidación como medios políticos y creen las condiciones para que se respeten los Derechos Humanos y sea posible el desarrollo económico".
La Unión Africana
"Gravemente inquieto", así es como dice sentirse el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, por la decisión Morgan Tsvangirai, de no presentarse a la segunda vuelta de las elecciones, según informa la agencia AFP. Ping ha asegurado que "el aumento de los actos de violencia" suponen un motivo de "grave inquietud" para la Comisión.
Mientras tanto, un grupo de enviados de Sudáfrica permanece en Zimbabe para intentar mediar y encontrar una solución negociada a la crisis después de la decisión de Tsavangirai, según ha informado a AFP un portavoz de la presidencia sudafricana.