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Federer, el más grande, el número uno

  • El suizo superó en una final maratoniana a Andy Roddick (5-7, 7-6(6), 7-6(5), 6-3 y 16-14)

  • Gana su sexto título en Wimbledon y el 15º 'grande' de su carrera, superando a Sampras

  • Recupera el número uno mundial 46 semanas después, en detrimento de Rafa Nadal

EUROPA PRESS
4 min.

El tenista suizo Roger Federer se adjudicó su sexto título de  Wimbledon al superar en una final maratoniana al estadounidense Andy  Roddick (5-7, 7-6(6), 7-6(5), 6-3 y 16-14), lo que le permite superar  en títulos de 'Grand Slam' al mítico Pete Sampras al alcanzar su  decimoquinto 'Grande' y, recuperar el número uno mundial que cedió al  español Rafael Nadal, ausente en Londres, el pasado año en agosto. [Todos los datos del partido]

El de Basilea tuvo que esforzarse más de la cuenta para superar a  su rival, que protagonizó la sorpresa del torneo al apear en  semifinales al ídolo local, Andy Murray y, que planteó un juego  intratable desde su servicio, lo que provocó que el hasta hoy número  dos del mundo ofreciera su peor versión de todo el torneo  londinense. 

El partido comenzó con la solidez de los servicios de ambos  jugadores, que desde el saque fueron sumando los primeros juegos sin  encontrar oposición. Con el transcurso de la primera manga, el de  Nebraska adoptó un juego más ofensivo que en sus derrotas precedentes  con el ex-número 1, alternando subidas a la red con restos  profundos. 

Con el tanteador avanzado con iguales a cinco, el suizo dispuso al  de sus primeras bolas de ruptura, pero no contabilizó ninguna de las  cuatro que tuvo debido a la precisión del estadounidense con sus  segundos servicios, que le permitieron encauzar el set hacia un  definitivo 'tie-break'. 

Aunque, para sorpresa de Federer, el número 6 del mundo encadenó  varios golpes acertados al revés de su rival que posibilitó que  acertase con la primera bola de 'break' de que dispuso, lo que  trastocó los planes del suizo, que miraba incrédulo como su oponente  norteamericano se adelantaba en el marcador de la final.  

El inicio de la segunda partida mantuvo el mismo guión que la  primera. Con Roddick con el mismo planteamiento, basado en un  servicio colocado y fuerte hacia el revés del suizo, que aumentó la  agresividad en el choque, lo que provocó que varios de los puntos se  decidieran tras intensos intercambios, en los que predominaban los  efectos liftados y las rachas cambiantes del viento. 

La resolución de la manga se decantó en la primera 'muerte súbita'  del partido. Roddick gozó de una clara ventaja (5-1), pero cometió  varios errores no forzados, fruto de los nervios por verse tan cerca  de la certificación del tanteador, lo que permitió que el suizo  entrase en el partido al igualar a uno el enfrentamiento al encadenar  seis puntos consecutivos. 

El tercer set se resolvió de la misma forma que el segundo. Cada  jugador mantuvo su firmeza en el saque hasta el definitivo desempate  del decimotercer juego, que nuevamente cayó del lado de Federer, que  estaba a un parcial de certificar su sexto entorchado. 

Con el partido cuesta arriba, el estadounidense volvió a hacer  efectiva la segunda bola de 'break' de que dispuso en el cuarto juego  de la nueva manga, lo que posibilitó que afrontará con ventaja el  resto del parcial y, la obtención del mismo por 6-3, el resultado más  holgado de toda la final.  

El definitivo set, sin 'tie-break' del lado del suizo

En el definitivo parcial, que se debería resolver sin 'tie-break'  al igual que la final del pasado año, el tanteo se mantuvo parejo  hasta el primer punto inflexión del quinto set, con ocho iguales,  momento en el que el norteamericano desaprovechó dos bolas de  ruptura. 

Con el choque superando las cuatro horas, el cansancio atenazó a  Roddick, que sufrió más para mantener sus servicios, mientras que  Federer los solventaba en blanco, hasta el trigésimo juego de la  quinta y última manga, en la que el suizo aprovechó la única bola de  partido de que dispuso, en realidad, la única ruptura que realizó al  servicio inapelable del 'cañonero de Nebraska'. 

El único consuelo que le queda al estadounidense después de haber  firmado su mejor partido ante su 'bestia negra', es que ha formado  parte de dos de los encuentros con más juegos disputados en el All  England Club y en el Abierto de Australia, en 2003 frente al  marroquí Younes el Aynaoui, con 77 y 83 juegos, respectivamente. 

De este modo, el tenista Roger Federer recupera su hegemonía en el  verde de los Internacionales Británicos, condición que se mantuvo de  forma interrumpida durante cinco años -del 2003 al 2007- hasta la  disputa del año pasado de la final con Rafael Nadal, en el  considerado por muchos expertos como el mejor partido de todos los  tiempos. 

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