- 5 láminas de pasta filo
- 100 g de mozzarella rallada
- 2 mozarella
- 1 cebolla tierna
- 80 g de tomate frito
- Un puñado de nueces
- Unas hojas de albahaca
- Orégano seco
- Para los tomates confitados
- 12 tomates cherry
- 1 diente de ajo
- Un ramillete de tomillo y uno de romero
|
- Empezamos confitando los cherrys en una olla con un poco de aceite, tomillo, romero, guindilla y unos ajos chascados. Confitamos por unos 20 minutos.
- Mientras estiramos la pasta filo encima de papel sulfurizado que colocamos en una bandeja de horno donde la introduciremos después de pintarla con el aceite de confitar los cherrys y otros ingredientes.
- Pintamos la pasta estirada y le añadimos un poco de mozzarella rallada sin cargarla. Tapamos con otra capa de pasta filo y, de nuevo, espolvoreamos mozzarella rallada. Repetimos la operación hasta 5 veces pero en la última capa no añadimos el queso.
- Lo que sí incorporamos en esta capa es el tomate frito y unas rodajas de mozzarella fresca que habremos cortado al momento y que distribuiremos por toda la pizza.
- A continuación, cortamos en juliana la cebolla tierna y la repartimos también por la pizza.
- Finalmente, incorporamos los cherrys confitados a los que habremos sacado la piel fácilmente ya que se habrá separado de la carne tras el confitado.
- Horneamos a 220º C durante 12 minutos.
- Acabamos la pizza con unas lonchas de jamón ibérico y unas hojas de albahaca fresca por encima
|