Si algo caracteriza a Jennifer Lawrence, aparte de arrasar con todas y cada una de las películas que saca, es que no tiene pelos en la lengua. No se corta, algo que le ha llevado a protagonizar momentazos en entrevistas e incluso los Oscar… y muchísimos memes. Esa sinceridad le lleva a protagonizar sorprendentes confesiones de sus propias películas, incluida Passengers, su drama de ciencia ficción junto a Chris Pratt. Y ojo, porque JLaw tuvo que darse a la bebida para poder grabar una de sus escenas: la de sexo.
¿Por qué se sentía culpable?
Al parecer, y aunque a aquella cinta le habían precedido otras como Serena o Joy, esa era su primera escena de este tipo. Ella misma lo confirmó en una mesa redonda organizada por The Hollywood Reporter en la que también estaban Cate Blanchett, Kate Winslet, Jane Fonda, Helen Mirren, Carey Mulligan y Charlotte Rampling. "Tuve mi primera escena de sexo real hace un par de semanas y fue realmente extraño. Fue muy raro", explicaba ella.
¿Su remedio? El alcohol. "Me emborraché mucho, pero luego eso me generó más ansiedad cuando llegué a casa porque pensé: '¿Qué he hecho? No sé'". A eso se añadía otro factor, y es que en aquel momento Chris Pratt estaba casado con Anna Faris, con quien tuvo su primer hijo. "Iba a ser mi primera vez besando a un hombre casado, y la culpa es el peor sentimiento en tu estómago. Sabía que era mi trabajo, pero no podía decirle eso a mi estómago. Así que llamé a mi madre y le dije: '¿Me dices que no pasa nada?", recordaba Jennifer Lawrence este momento, el más vulnerable que había vivido hasta entonces.
Pero no todo fue incómodo. El romance entre Aurora Lane y Jim Preston, los personajes que interpretaban Jennifer Lawrence y Chris Pratt, también tuvo su gracia para los actores. Concretamente su primer beso, obstaculizado por su enorme traje espacial. Así lo recordaban durante la promoción de Passengers en una entrevista de USA Today. "Nuestras cabezas no podían alcanzarse. Nos reímos mucho y lo incorporamos a la película", decía JLaw. Sin embargo, parece que el momento del que Chris Pratt está orgulloso es otro, la escena de la ducha, en la que los espectadores pueden ver su culo. Tanto que promocionó la película en Twitter así: "bonita, conmovedora, original, entretenida, controvertida y me ves el trasero. ¿Qué más puedes pedir?".