Después de una ruta en la que ha podido comprobar cómo los olivos y su aceite impregnan de olor, color y sabor la provincia de Jaén, el chef Gonzalo D'Ambrosio termina su ruta con una receta en la que incluye los productos que ha ido conociendo a lo largo de su viaje, un cordero con crema de ajos confitados.
Gonzalo nos va a cocinar un plato muy fácil de hacer con los tres ingredientes estrellas de su ruta: cordero, aceite de oliva y ajos. Para poder cocinar este plato, Gonzalo, necesita confitar la carne, ¿cómo lo hace? Confitar significa cocinar a muy baja temperatura, para ello Gonzalo agrega más aceite de oliva y baje el fuego al mínimo. Es una medio de coción buenísimo para un corte de carne muy proteico, muy duro y de mucha calidad.
A este aceite se le añaden los ajos, las especies, canela y se le deja cocinar unos 90 minutos.
Para la crema de ajos se utilizan los ajos que se han añadido anteriormente, se trituran con aceite de la olla se le añaden anacardos y a lo último se le añade un poquillo de leche y así se corrige la textura.
Aquí tienes la receta paso a paso
Cordero con crema de ajos confitados Cordero con crema de ajos confitados
carne
Ingredientes
Preparación
Dos piernas de cordero
Tres cabezas de ajos
Una rama de canela
Un puñado de anacardos
Un chorro de leche
Una barra de pan
Sal gorda
Hierbas aromáticas
Aceite de oliva
Añadimos aceite de oliva en una olla con fondo suficiente para meter dos piernas de cordero y subimos la temperatura casi hasta el punto de humo.
Cuando el aceite está caliente añadimos las piernas de cordero y las sellamos por todos sus lados. Cuando hayamos terminado de sellar bajamos la temperatura añadiendo más aceite de oliva, con el que vamos a confitar la carne.
Añadimos tres cabezas de ajo sin el tallo para que el aceite impregne por dentro, hierbas aromáticas, una rama de canela y sal gorda. Tapamos y dejamos confitar unos noventa minutos.
Retiramos los ajos para hacer nuestra crema. Sacamos los dientes y los añadimos en el mortero con un chorro del aceite de la olla y machacamos. Cuando los dientes del ajo ya estén deshechos añadimos un puñado de anacardos y un chorro de leche y seguimos machando y removiendo hasta que la mezcla se convierta en una crema.
Sacamos el cordero del fuego, tostamos unas rebanadas de pan y emplatamos.