En ‘Saber y ganar’ hemos recordado que el parentesco que une a Thor, el dios del truenoLa deidad perteneciente a la mitología nórdica y germánica, que siempre lleva un martillo en su mano como arma contra los enemigos, nació fruto de la relación entre Odín y una gigante llamada Jörð, algo que muchos desconocen a nivel popular.
Y es que la factoría Marvel se ha encargado de moldear a su manera la figura del dios de la fuerza que en el cine ha sido encarnado por el actor australiano Chris Hemsworth. A continuación, te contamos algunas cosas de la verdadera historia de este dios que, en realidad, no era tan majo como el de las películas o los cómics.
1.Una madre distinta
Según nos ha relatado el universo cinematográfico de Hollywood, los padres de Thor eran Odín y Frigg, la diosa de la fertilidad, el amor y el matrimonio que vendría a ser el equivalente a la diosa Afrodita de los griegos. Pero en realidad, Frigg es la madrastra de Thor ya que su madre verdadera es Jörð, una gigante, de la cual se tienen pocas referencias pero cuyo nombre significa “tierra” en nórdico antiguo.
Thor (Chris Hemsworth) y Odín (Anthony Hopkins)
2.De benevolente, nada de nada
El dios Thor que todos conocemos gracias a Marvel es afable, simpático, amable y un justiciero nato. Pero la realidad es bien distinta. Y es que tal y como lo describen en la mitología nórdica, esta divinidad era un sanguinario de una violencia extrema que disfrutaba descargando su fuerza y arrebatándole la vida a quienes se enfrentaban a él.
3.¿Chris Hemsworth? ¡Ni de broma!
Para todos los espectadores y seguidores del universo Marvel, Thor tiene un atractivo rostro de facciones marcadas, mandíbula cuadrada y una larga melena rubia que le enmarca la cara y que sujeta con media coleta. El encargado de interpretarlo en la gran pantalla es el australiano Chris Hemsworth, uno de los actores de Hollywood más atractivos del momento. Ahora bien, el Thor originario no tenía nada que ver con el marido de Elsa Pataky. Pelirrojo, rudo, bruto y con una espesa barba. Así es como la tradición nórdica imaginó a este dios.
4. Tampoco vuela
Los poderes de Thor, como los de cualquier superhéroe, son innumerables: tiene una fuerza infinita, se recupera de las lesiones físicas asombrosamente rápido (hasta puede regenerar su piel y sus miembros en cuestión de segundos) y dispone de la habilidad de viajar en el tiempo. Además, sus sentidos están muy agudizados y, tal y como nos muestran en el cine, puede volar. Pues bien, la realidad es que Thor, el original, era fuerte, sí, pero entre sus poderes no estaba el de volar. Eso sí, disponía de un carro alado que le transportaba allá donde quisiera, un elemento digno solo de dioses. Los animales que tiraban de él, dos machos cabríos, se llamaban Rompedientes y Crujidor de dientes.
5.Obsesionado con los gigantes
En las películas de Marvel podemos ver a Thor enfrentarse a grandes enemigos y fuerzas del mal y salir airoso, en gran parte de las ocasiones, gracias al uso de su martillo. Ahora bien, ahí no se nos dice nada de que viva prácticamente obsesionado con matar a gigantes, algo que sí se describe en la mitología de los países del norte de Europa. De hecho, se da la incongruencia de que su propia madre es uno de ellos pero el hecho de que ni siquiera eso sea capaz de frenarle da idea de cómo de salvaje podía llegar a ser.
6. Más que un martillo
El arma poderosa que maneja Thor es su martillo, capaz de hacerle lanzar rayos, de herir a cualquier objetivo y de, automáticamente, regresar a las manos del dios. Pues bien, en los relatos mitológicos Thor tenía un total de tres artilugios que le ayudaban a ser tan poderoso. Más allá del martillo, que en algunas poblaciones era representado como un garrote, también contaba con unos guantes de hierro para ser el más poderoso en un combate cuerpo a cuerpo con su enemigo y un cinturón que hace que su fuerza llegue a cotas máximas.