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Imprescindibles

Francisco Umbral nunca superó la muerte de su hijo de 6 años

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
4 min.

"Era una cosa atroz", decía Francisco Umbral sobre la enfermedad de su hijo. Pincho tenía seis años cuando murió enfermo de leucemia y el escritor nunca superó esta tragedia: lo sufrió en vida del niño y también tras su muerte. Estuvo enfadado con el mundo, y con Dios. "Una vez, cuando estaba el niño en la clínica, subía a verlo en el ascensor y una tía me dice, además, en una época de crisis mortal del niño: '¿qué tal el niño?', y le digo: ¡Pues muy mal! Y me dice: '¡Hombre, qué le vamos a hacer, si lo quiere Dios...!' Y le dije: '¡Ah, esto es lo que quiere Dios, ¡Qué cabrón!, ¿no?", dice en una de las entrevistas que recoge el documental que emite Imprescindibles. En el documental hay una parte dedicada a lo que supuso la pérdida del hijo para Umbral. Lo cuenta él, hablando de lo que sentía por dentro. Y lo cuentan quienes estaban a su lado. Entre ellos, su esposa, María España. "No encuentro palabras para describir lo que sufrió Paco", dice.

Los recuerdos de Paco, María España y Pincho en la casa familiar. RTVE

Pincho llevó la felicidad al hogar

Estuvieron 48 años casados y su relación comenzó envuelta en problemas económicos, viviendo en ciudades distintas y enfrentándose, unidos, a la sordera que un error médico le provocó a Umbral. Pasaron años hasta que la vida les dio un respiro y se 'arreglaron' para tener su casa, vivir juntos y tener un hijo. La llegada de Francisco, a quien llamaban Pincho, abrió la puerta a la felicidad a la pareja. A Umbral, además, se le desplazó el centro de gravedad. "Es un ser como de otro planeta, le dejas que te coja de la mano y te lleva a mundos que no descubrirías nunca", dice el escritor. "Desde el principio, para él fue un descubrimiento", dice María España. "Reflejó en el niño la infancia que no tuvo. Paco iba por la vida como de duro, y no era realmente así. Paco tenía otra faceta que poca gente conocía: era un hombre muy sensible y dulce", añade.

Paco Umbral dio rienda suelta a esa faceta de la que habla su viuda. Con Picho exploró su lado más emocional, su instinto paternal y esa parte de su propio ser que yacía dormida. "Se entendían muy bien. Me acuerdo de que le compró un caballo, de esos que se balancean, y no sabes lo bien que se lo pasaban, montando a caballo, y Paco al lado, dirigiendo al caballo", añade María, rescatando recuerdos de los días felices.

'Mortal y rosa', una de las obras más celebradas de Francisco Umbral. RTVE

Un libro emocional

Las dos caras de Umbral se entrelazan en la obra Mortal y rosa, un trabajo alabadísimo. "De hecho, ese libro se iba a titular 'Estoy oyendo crecer a mi hijo", revela Ángel Antonio Herrera. "El hijo es esencial, en la vida de Umbral es un antes y un después; y en su obra", añade. Sánchez Dragó llegó a preguntar a Umbral si lo escribió atiborrado de drogas. "Lo escribí tomando cosas de esas que yo tomaba entonces. Pero el libro no nace de una tragedia, lo estaba haciendo ya a lo que saliera, yo quería hacer la novela de la vida, una experiencia que me ha gustado hacer siempre. La novela de la vida que va surgiendo cada día, y surgió una tragedia", contestó. "Es un libro escrito por un poeta herido hasta el alma. El lirismo le permite sobrevivir a un dolor que no es imaginable para quien no lo haya vivido", dice Bénédictine de Buron-Brun, profesora y especialista en Francisco Umbral.

Francisco Umbral, un vallisoletano con alma de dandi RTVE

Mortal y rosa está considerado una obra maestra porque toca un punto universal. "Tener un niño es un espejo, él fue el niño que está viendo en su hijo", se dice en el documental. Desde que supieron que Pincho tenía leucemia, las vidas de Paco y María España cambiaron radicalmente. "Yo estaba haciendo el libro antes de que enfermase y continué. Joder, era una cosa atroz", se oye decir a Umbral.

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