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Lazos de sangre

¿Quién echó una maldición a los Grimaldi?

Noticia Lazos de sangre 
  • Muertes, accidentes, escándalos, divorcios, enfermedades... ¿A qué temen los Grimaldi?

  • Las muertes de Grace de Mónaco y Stéfano Casiraghi fueron demoledoras para la familia

RTVE.es
10 min.

Dos accidentes mortales, separaciones, escándalos... Los Grimaldi no ha tenido una vida completamente feliz a pesar de tener dinero, fama y belleza. El documental de Lazos de sangre bucea en la historia de esta familia tan conocida en el mundo entero, tanto por sus apariciones en la prensa rosa como por las tragedias que han desvastado sus corazones. ¿Pero es cierto que sobre ellos pesa una maldición? ¿Quién se la echó?

La boda de Rainiero y la famosa actriz Grace Kelly fue casi un cuento de hadas, aunque no tuvo un final feliz. Cuando se casaron nada hacía presagiar lo que el destino les tenía preparado: muerte y desolación. Para conocer el origen de la famosa maldición hay que remontarse en el tiempo y repasar el árbol genealógico de los Grimaldi hasta llegar a Rainiero I, bisabuelo de Rainiero III.

. Cuenta la leyenda que antes de conocer a Grace Kelly tuvo una amante gitana a la que abandonó, y ella llena de furia y despecho lanzó una maldición a la familia: "Ella le mandó una maldición que fue la siguiente: 'Ningún Grimaldi va a ser feliz en su matrimonio salvo que se case después de los 50 años", cuenta la periodista Consuelo Font en el documental. Esas palabras se las llevó el viento durante años, pero tras el enlace de Rainiero y Grace las llevó de vuelta al palacio monegasco.

Rainiero III y Grace Kelly

La leyenda se inició con la boda entre Rainiero III, el príncipe solitario, y la actriz más glamurosa y más bella que ha habido en la historia del cine, Grace Kelly. Parecía una estrategia de marketing para que Mónaco cobrase mayor importancia, que vino en forma de consejo de Aristóteles Onassis: “Mira, lo que tienes es que buscar una actriz famosa y casarte con ella y que Mónaco se convierta en ese imperio del turismo de lujo y del glamour". No sabemos si Rainiero le hizo caso realmente o si simplemente se enamoró de Grace, la mujer por la que suspiraba medio mundo, pero lo cierto es que un año después de conocerse, Grace Kelly desembarcaba en Monte Carlo para casarse con Rainiero, en la que fue bautizada como la boda del siglo.

La boda se preparó a toda velocidad, pues Rainiero, que tenía 33 años, tenía bastante prisa por contraer matrimonio con Grace y darle un heredero a Mónaco, tan interesado estaba que antes de la boda exigió que la actriz se hiciese una prueba ginecológica de fertilidad. Cumpliendo todos los requisitos la boda siguió adelante y, para compensar a la productora con la que estaba trabajando Grace Kelly, decidieron retransmitir la boda conviertiéndose en la primera boda de la realeza en ser retransmitida.

Un Nodo de 1956 recuerda la boda entre el príncipe Rainiero III de Mónaco y Grace Kelly, la más glamurosa de la realeza europea. La falta de representación de las casas reales estuvo compensada con la asistencia de lo más granado del panorama hollywo

Vivieron unos primeros años de felicidad a los que se sumaron sus hijos, pero la tristeza se instaló en la vida de Grace cuando Hitchcock intentó trabajar con ella en una de sus películas y Rainiero le prohibió participar. Grace cayó en una profunda depresión al darse cuenta de que nunca podría volver a trabajar en el cine, por eso se volvó en hacer renacer a Mónaco con bailes y actividades que aumentases su popularidad y su glamur. Un papel que supo interpretar a la perfección como buena actriz que era, quizás el mejor papel de su vida por el que finalmente el resto de monarquías europeas se rindieron ante ella.

Rainiero III en su boda con Grace Kelly RTVE.es

Pero en 1982 la fatalidad llamó a las puertas del palacio. Gracia de Mónaco tenía 52 años cuando murió en un accidente de coche. Con ella iba su hija Estefanía y son muchos los que todavía creen que era ella la que conducía. Grace quedó en estado vegetativo hasta que Rainiero tomó la decisión más difícil de su vida: desconectar a su amada y enterrarla. La muerte de Grace cambió la vida de su viudo y sus tres hijos. "Rainiero envejecio de repetende 30 años, se vino abajo y el pobra no duró mucho más", se dice en el documental. El rostro de Rainiero en el entierro de Grace es la viva imagen de la desolación.

Carolina de Mónaco lo intentó tres veces

Carolina de Mónaco se casó a los 18 con Philippe Junot, un playboy 17 años mayor que ella: una compañía nada recomendada para la princesa. Pero ella no quiso escuchar los consejos de nadie y desobedeció todas las normas de su padre para casarse. Pero el amor se fue tan rápido como vino y dos años después se divorciaban.

Durante un tiempo fue 'la novia de Europa' pero no tardó en casarse. Esta vez el afortundo fue el empresario Stéfano Casiraghi. Su historia de amor se contó paso a paso en la prensa del corazón y el despliegue que se hizo para su boda su impresionante. Carolina y Stéfano se casaron en 1983 estando ella embarazada. Un escándalo para la época, aunque muchos pensaban que hizo lo mismo que su madre, Grace, porque se cree que estaba embarazada de Carolina cuando se casó.

La joven pareja tuvo tres hijos, Andrea, Carlota y Pierre, y fueron felices hasta que la maldición volvió a cobrar sentido: Stéfano murió delante de todo el mundo mientras participaba en una competición de de off-shore, deporte náutico en el que era campeón del mundo. El copiloto de la embarcación salió despedido y sobrevivió, pero Stéfano murió en el acto: "Stéfano, desgraciadamente, se queda dentro y en la caída al mar se parte las cervicales y muere en el acto. Para la familia eso es una catástrofe total", cuenta el paparazzi Antonio Montero. Las imágenes de Carolina en el funeral hablan por sí solas, la tristeza volvía a inundar su vida con una trágica muerte por un accidente. Era la segunda muerte de la familia, la segunda prueba de que existía la maldición.

La muerte de Stefano Casiraghi en un accidente naútico el 3 de octubre de 1990 puso fin al segundo matrimonio de la princesa Carolina de Mónaco, con quien tuvo tres hijos. El multimillonario italiano había logrado llevar la serenidad y la estabilidad a la casa Grimaldi, después del divorcio de Carolina de su primer marido Philippe Junot y la trágica muerte de la princesa Grace. Campeón del mundo en competiciones de embarcaciones de alta velocidad, Casiraghi encontró la muerte en aguas de Montecarlo a bordo de su lancha Pinot di Pinot cuando participaba en el mundial de Off-Shore.

Carolina tardó en recobrar el ánimo y la sonrisa, pero lo hizo. Y lo mismo ocurrió con el amor. Fue con Ernesto de Hannover, que entonces era el marido de una de sus amigas. La princesa se quedó embarazada y, como ocurrió con Casiraghi, decidió casarse con Ernesto. Tenía 42 años y la mala suerte volvió a acompañarla en el matrimonio. El príncipe de Hannover tiene un carácter difícil y durante un tiempo tuvo serios problemas con el alcohol. Todos recuerdan que dejó sola a Carolina en la boda de Felipe VI y Letizia Ortiz. ¿El motivo? Supuestamente las copas de más que bebió la noche anterior. Aquel incidente fue uno de los más dolorosos para Carolina, pero siguieron sucediendo en los siguientes años hasta volverse insoportables. ¿Por qué si tienen tan mala relación aún no se han divorciado? Para Carolina es más importante el estatus del título de Príncesa de Hannover y no quiere renunciar a él. Llevan más de diez años haciendo vidas separadas pero legalmente aun son marido y mujer. Los problemas con el juego y el alcohol han hecho que las diferencias sean irreconciliables, él incluso ha llegado a tener otras novias en estos años, Carolina seguramente se ha cansado de intentar que una historia le salga bien.

Para Ernesto los problemas no han acabado todavía, hace unos meses denunciaba a su hijo por una mala gestión de sus propiedades y reclamaban la devolución de algunos de sus castillos. Ernesto acusa a su hijo mayor por ingrato y le reclama los castillos de Marienburg y de Calenberg, en el municipio de Pattensen-Schulenburg, y el castillo de Herrenhausen, en Hannover. Ernesto de Hannover está gravemente enfermo y vive solo en una cabaña en Austria. Al parecer su hijo no se ocupa de él y no le ayuda. Esto sería motivo suficiente para reclamar lo que considera suyo. La polémica está servida. No es único problema de Ernesto ya que por culpa de sus problemas con el alcohol, ha recibido alguna que otra demanda.

Estefanía, una rebelde con sus propias normas

Estefanía también ha buscado el amor de forma incesante. Es la princesa rebelde, la que más disgustos ha dado a Rainiero. Pero es su ojito derecho y siempre ha perdonado sus salidas de tono, escándalos y caprichos. Ha tenido 12 amantes y se ha casado en dos ocasiones. La primera fue con Daniel Ducruet, su guardaespaldas. Se casaron en 1995, en contra de la voluntad de Rainiero, y tuvieron dos hijos, Louis y Pauline. Parecían felices, hasta que saltó la bomba en toda la prensa internacional: unos paparazzi grabaron y fotografiaron a Ducruet manteniendo sexo con una stripper en las hamacas de una piscina. Las imágenes dieron la vuelta al mundo y todos hablablan de traición y humillación. Después de eso el final era inevitable, se divorciaron en 1996. La princesa dejó de sonreír y volvió a encerrarse en palacio.

Estefanía de Mónaco en su boda con Daniel Ducruet RTVE.es

El amor volvió a llamar a su puerta con la aparición del acróbata Adans Peres en 2003, que le llevó a vivir en una caravana junto a sus hijos durante todo un año acompañando a su enamorado por el mundo. Peres reconoce que aún se pone nervioso cuando está cerca de ella, aunque su relación no llegase a buen puerto. Otro fracaso más a la lista que confirmaría la existencia de la maldición de los Grimaldi...

Esos son solo los casos que acabaron en matrimonio, porque lo cierto es que tuvo hasta doce amantes, uno de ellos también fue su guardaespaldas. Fruto de esa relación nació su última hija Camille. Una joven de 23 años que sorprende casi a diario por su parecido físico con Grace Kelly, la mujer más bella del mundo.

Alberto, la decepción de su padre

La vida de Alberto tampoco ha sido un cuento de hadas. Fue un príncipe callado, tímido y solitario durante casi toda su vida. Tuvo problemas de tartamudeo desde pequeño y por eso se convirtió en el protegido de su madre Grace, pero era una constante decepción para Rainiero que no veía en él al heredero que había soñado.

Modelos, azafatas, actrices... la lista de amores de Alberto también es bastante extensa, hijos ilegítimos que ha reconocido tras la muerte de su padre y denuncias de paternidad que siguen saliendo a la luz. El actual príncipe soberano decidió esperar a los 52 años para casarse con Charlene Wisttock, pero tampoco eso ha sido garantía de nada. Desde que se casaron los problemas no han dejado de sucederse. Alberto y Charlene parecen vivir en una constante crisis matrimonial, la última está teniendo lugar ahora. Recientemente se ha sabido que Charlene está ingresada en un centro psiquiátrico de Suiza, la explicación según su marido ha sido principarlmente el estrés, "estaba abrumada y no podía enfrentar los deberes oficiales, la vida en general o incluso la vida familiar" y que sufría de "agotamiento, tanto emocional como físico". Su estado está en boca de todos y aún nos queda por averiguar como acabará esta historia pero es cierto que parece que ningún Grimaldi puede escapar a la maldición.

Los mejores momentos de la boda real monaguesca

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