- Conejo
- Mostaza en grano
- 1 pepino
- 2 cebolletas
- Tomate concentrado
- 1 naranja
- Tomillo
- Sal
- AOVE
- Vinagre de manzana
- Azúcar moreno
| - Pídele a tu carnicero que corte la carne de conejo en trocitos muy pequeños y la parte de la falda, la cual viene después de las costillas, que te la deje en una sola pieza, porque la vas a cortar tú.
- La estiramos en una tabla y la cortamos en tiras muy finas y estrechitas. La ponemos en un bol con el resto de los trocitos de carne.
- Añadimos sal, unas cucharadas de mostaza en grano, el zumo de una naranja, un toque de vinagre, un buen chorro de tomate concentrado y removemos todo superbién. Podemos dejarlo marinando el tiempo que consideremos, pero recuerda que cuanto más repose, más sabor va a coger.
- Ponemos la sartén a fuego muy alto y cuando esté bien caliente, añadimos aceite y volcamos toda la mezcla dentro. Déjalo bien repartido por el espacio de la sartén y que se vaya dorando poco a poco.
- Mientras, vamos a cortar una o dos cebolletas: separamos la parte verde de la blanca y la parte blanca la vamos a cortar en trozos medianos. Lo verde, en cambio, en trozos muy finitos.
- A continuación, haremos lo mismo con un pepino: lo partimos por la mitad y cortaremos en rodajitas muy finas.
- Le damos la vuelta al conejo para saltearlo. Ponemos el pepino en un cuenco, la parte blanca de la cebolla, echamos un toque de azúcar moreno, vinagre de manzana, sal y removemos muy bien.
- Volvemos a la sartén donde tendremos al conejo prácticamente tostado, añadimos unas hojas de tomillo, y volcamos el pepino y la cebolleta. Salteamos unos segundos y directamente al plato. Ponemos, como toque final, la parte finita de la cebolleta verde… ¡y a disfrutar!
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