¿Bañador o bikini Esta es la eterna pregunta de todos los veranos y de respuesta muy complicada. Ninguna opción es mejor que la otra, simplemente hay que saber elegir esa prenda de baño que mejor se adapta a nuestro cuerpo y nos hace sentir cómodas y con confianza. Para conseguir el bañador perfecto debemos conocer bien nuestra anatomía para tener en cuenta lo que nos favorece y lo que no.
Es básico para que un bañador o un bikini sienten bien que la talla sea la correcta, esto quiere decir que nunca debemos probarnos un bañador o bikini con prisas. Es importante prestar especial atención al pecho y buscar esa pieza que lo realce y nos haga sentir bien. Para ello debemos medir el contorno en el pecho y por debajo de él.
La calidad de los materiales es muy importante. De ella dependerá su resistencia a elementos como el cloro o la sal, el tiempo de secado y la elasticidad que hará que se adapte a la silueta femenina como una segunda piel.
Claves para encontrar ese bañador o bikini ideal
1- Si tu busto es voluminoso busca prendas armadas, con aro y de tirantes anchos ajustables en tonos oscuros. En caso de que tengas poco pecho y lo que buscas es realzarlo los modelos con push-up son los ideales, puedes usar estampados o colores más llamativos, así como pequeños detalles como volantes o flecos.
2- Los estampados juegan un papel muy importante a la hora de crear volúmenes. Si tu silueta es lineal busca prints étnicos o vegetales que añadan volumen , en el caso que quieras suavizar las curvas de tu cuerpo opta por pequeños estampados o modelos lisos.
3- Los frunces pueden usarse de dos maneras diferentes, para dar profundidad a la prenda disimulando el volumen del pecho y a través de drapeados en la zona abdominal para reducir el volumen de la tripa.
4- Si tu cadera es ancha busca braguitas con nudos laterales para poder ajustarlas a tu medida y usa una parte de arriba que tome todo el protagonismo.
Trucos para conservar el bañador o bikini como nuevo
Podemos pensar que bañadores y bikinis son prendas resistente, aunque en realidad son tan delicadas como la ropa interior.
La sal de la playa, el cloro, el sudor, las cremas protectoras… estropean mucho los tejidos. Con unos sencillos hábitos podemos evitar que se estropeen antes de tiempo.
1- Lavarlo antes de usarlo por primera vez. Además de por higiene, es conveniente poner la prenda a remojo antes de su primer uso. Si añadimos un poquito de vinagre o agua con sal ayudamos a que los colores duren más tiempo.
2- Cuidado a la hora de ponernos el bronceador. Hay que tratar de evitar que roce la tela para que no dejen manchas en los bordes. Importante fijarnos donde nos sentarnos para evitar superficies que lo puedan arañar o rozas, o teñir como es el caso del césped.
3- Lavar siempre después de cada uso con un jabón líquido para ropa delicada y con agua fría para eliminar el cloro y la sal. No se debe utilizar suavizante ya que hará que las prendas se den de sí. Mejor lavarlos a mano y no utilizar lavadora para que no se desgaste ni pierda color. Hay que aclarar y tender, no dejar en remojo.
4- Antes de secarlo es conveniente quitar el exceso de agua con cuidado de no deformarlo y tenderlo a la sombra para que el sol no se coma los colores, ya que el elemento que más estropea las prendas. Un truco es tenderlos del revés. Los bañadores nunca se planchan ni se meten en la lavadora, y antes de guardarlos hay que asegurarse que están bien secos para evitar la humedad y que salgan hongos.
5- Guardarlos para el próximo verano. Es inevitable que llegue el fin de temporada y la hora de guardarlos durante unos meses. Antes de hacerlo es conveniente un último lavado, esta vez en lavadora con un programa delicado y sin suavizante. Secar bien al aire y guardar en una bolsa hermética. A la hora de organizar el armario, será más fácil si organizas todo en cajas que se vea con facilidad lo que contienen.
Con estos pequeños trucos las prendas estarán perfectas la próxima temporada y antes que nos demos cuenta tendremos de nuevo el verano aquí.