Ricky Martin está a punto de entrar en los cincuenta, y piensa hacerlo por la puerta grande. El artista puertorriqueño, después de reaparecer con su Canción bonita, vuelve a reclamar su lugar como 'sex symbol' en una sesión de fotos llenas de gratas sorpresas. Revelando los tatuajes tribales que ahora luce en la zona de su cuello, hombros, brazos y pectorales, y mostrando su cuerpo de un modo que escapa los 'clichés' del tradicional posado masculino. Así es la sesión de fotos para la revista Schön! que ha encendido las redes.
El cantante se ha puesto bajo la mirada del fotógrafo Isaac Anthony, un artista visual cubano-colombiano que retrata, en blanco y negro, toda clase de cuerpos con atención al erotismo y a la moda. Lo que más ha sorprendido es la manera en la Ricky Martin adorna su cuerpo: una armadura metálica de Jean Paul Gaultier, artífice del icónico corsé con copas cónicas de Madonna y que ahora toma el torso masculino como referencia para esta pieza de enjoyamiento ortopédico. Ricky Martin luce así sus 'abdominales de hierro', que recuerdan a otra pieza que que Daniel Roseberry presentaba recientemente en su tercera colección irreverente para la casa Schiaparelli.
Ricky Martin rompe, así, los corsés que limitan la expresión masculina en el mundo de la moda: desnudando un cuerpo que es mucho más hipermasculino que andrógino, pero que al vestirse y adornarse escapa la mirada más tradicional. Los escotes, las aberturas y el bañador de tirantes sugieren y enseñan mucho más que el corte canónico que se reserva al hombre heterosexual, al que el cantante, que reivindica más que nunca su identidad homosexual en un mundo convulso y peligroso, hace tiempo dejar de imitar.
El estilismo de la imponente sesión corre a cargo de Douglas VanLaningham, que ya lo vistió para los Latin AMAs y en sus diseños y elecciones mezcla tradición y vanguardia. Nuevos usos a los materiales de siempre que atraviesan las normas del gusto y del género: nuevas formas radicales para materiales que parecen, a veces recién sacados de la tradición norteamericana.
Hombres o mujeres, no importa; el cuerpo es una escultura terminada con la ropa, que toma elementos de la cultura más callejera y agresiva, entre lo 'motero' y lo 'cowboy', y el estilista reinterpreta con una finalidad nueva. En otra de las imágenes, Ricky Martin posa con un peto acampanado y terminado en medio corsé, cuyas aberturas en los pies muestran unos botines de tacón. Son los motivos de la sesión: cuero, cadenas, tela vaquera, puestos a disposición de una masculinidad diferente.
El cuerpo de Ricky Martin está, además, adornado con joyas de distintas firmas, algunas de ellas pertenecientes a la firma Dear Letterman, especializada en accesorios ecológicos y unisex, con quien ya contó en el videoclip de su nuevo tema, Canción bonita, en vísperas del cual estrenaba este cambio de imagen en enero: la barba blanca, el corte de pelo y el estilo, más arriesgado y definido, con el que el artista más famoso de Puerto Rico se dirige a inaugurar los 50.
Su nuevo trabajo es una declaración de amor a su país natal, Puerto Rico. Allí conoció a Carlos Vives, el artista con quien comparte la Canción bonita. Sólo hace un par de semanas desde que se estrenó el videoclip de la canción, que ya cuenta con más de 14 millones de reproducciones en YouTube. Antes de esto, y hace casi un año, Ricky Martin lanzaba su último álbum: Pausa, un album más introspectivo y romántico que cuenta con otras colaboraciones, como Bad Bunny o Residente o Carla Morrison.
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