Diana Spencer, Diana de Gales, Lady Di... Ha tenido tantos nombres como vidas. Vidas reales y vidas inventadas, vidas vividas y vidas contadas. Porque Diana, tras su muerte, ha seguido muy presente, y tanto su personalidad como su estilo han ido evolucionando. Hoy, más de dos décadas después de irse, es un símbolo pero también un icono de moda, como nos contaba María Escoté. Los productores de 'The Crown' sabían que su personaje sería el gran protagonista de la cuarta temporada y han destinado mucho esfuerzo y dinero a desempolvar y recrear los vestidos, blusas, jerséis, chaquetas, pantalones, abrigos, tocados, zapatos y joyas de Lady Di. Todo para transformar a Emma Corrin en Diana Spencer.
El parecido es asombroso, tanto física como estéticamente. No ha sido un trabajo fácil porque hay muchas generaciones que han crecido con Diana y luego están los fanáticos, que se sabían de memoria todos sus trajes. Son diseños tan conocidos, tan vistos en televisión y en revistas que había que tener mucho cuidado para no defraudar al público. Pero a la vez se han permitido algunas licencias, quizá para no limitarse a copiar y así dar un aire nuevo al personaje y a su armario. La Lady Di de 2020 se lo merece.
El vestido con el que todo el mundo relaciona a Diana es el novia, 'obra' del matrimonio David y Elisabeth Emanuel que ha pasado a la historia como una oda al derroche y el exceso. Se hizo en tafetán de seda color marfil y llevaba aplicaciones de encajes antiguos de la Reina Mary (abuela de Isabel II) en el escote y las mangas, y un corazón hecho con más de 10 000 perlas y lentejuelas bordadas a mano. El velo llevaba más de 140 metros de tul y la cola medía 30 metros de largo. Ahora, para hacerlo con la mayor fidelidad, se han utilizado 95 metros de tafetán y 100 metros de encaje. Y el resultado es asombroso. La actriz ha dicho que para ponérselo a la hora de rodar la secuencia de la boda necesitó un equipo de 10 personas porque era enorme. "Cuando salí al set todo el mundo se quedó completamente en silencio. Más que cualquier otra cosa que lleve puesta en la serie, es tan... Es ella", ha revelado en una entrevista.
Y no falta el icónico jersey de ovejitas, todas blancas menos una, que es negra. ¿Un mensaje de Diana? Se hizo tan popular que su fama sigue viva, tanto que Inditex ha sacado una réplica aprovechando el tirón de la serie. El original lo diseñaron Joanna Osborne y Sally Muir, fundadores de la firma Warm & Wonderful, en 1979.
Para dar mayor veracidad al personaje se han confeccionado 80 vestidos para Emma Corrin. De ellos hay 17 diseños que luce en el famoso viaje a Australia, la primera gira que emprenden Carlos y Diana siendo marido y mujer. Fue en 1983, y marcó un antes y un después en su relación. Pero además hizo que Diana, por primera vez, se sintiera admirada por el pueblo. Es ahí cuando la gente se fija en sus vestidos, sus peinados (se han utilizado seis pelucas), sus sombreros... su look.
A medida que la serie avanza, el personaje de Diana adquiere protagonismo y una mayor dimensión. Y el vestuario potencia ambas cosas porque ella supo que la imagen que proyectaba era muy importante y poco a poco fue cogiendo confianza, atreviéndose con prendas más arriesgadas e incluso atrevidas. Diana se fue destapando, por fuera y por dentro. Del vestido de novia, que la engullía por completo, a sus últimas apariciones el cambio es brutal. Desde la boda en 1981 a su muerte en 1997 pasaron 16 años en los que la evolución es muy grande. Y ese cambio puede verse ahora resumido en los nuevos capítulos de la serie.
Lady Di supo redefinir su estilo liberando su personalidad. Para la transformación contó con la ayuda de Anna Harvey - editora adjunta de Vogue, estilista y confidente de la Diana- y juntas empoderaron su armario. La princesa del pueblo utilizó la moda como armadura contra el dolor y el sufrimiento, e hizo lo que poca gente logra: que la moda estuviera a su servicio.