Poco más de un mes después de la muerte de su marido, Paz Padilla ha vuelto a televisión y lo ha hecho con una desgarradora entrevista en la que ha contado con amor y mucho cariño cómo ha sido la enfermedad y la muerte de su alma gemela, porque para ella, lo de marido se le queda corto.
Arropada por su cadena, Telecinco, y la productora de su programa Sálvame, la gaditana explicó a sus compañeros de televisión por qué no dijo nada. Por qué nadie supo que su marido sufría un cáncer terminal: "Yo quería protegerlo a él, a su hija y a su madre. Yo tengo una vida expuesta. Pero a él tenía que protegerlo. ¿Cómo lo protegía? Pues que no lo supiera nadie".
“Él lo aceptó "con dos cojones"“
Por eso lloraba en silencio en las pausas de publicidad. Especialmente dura se le hizo la tarde en la que tuvo que dar en directo la noticia de la muerte del hijo de Ana Obregón, Álex Lequio: "Yo me iba para atrás, me quitaba el micrófono, y a llorar, a llorar y a llorar".
Ella ya sabía que su marido Antonio le esperaba el mismo final. Se lo soltó hacía meses un médico de urgencias con sinceridad absoluta: "Tenía problemas de sueño, de concentración, y pensábamos que era estrés". En el hospital llegó el diagnóstico: "Tiene un tumor y probablemente le quede muy poco tiempo de vida". Él lo aceptó "con dos cojones", ella decidió luchar por su amor.
“Yo he aparecido en su vida para ayudarle a morir“
Hacía tan sólo cuatro años que se habían casado. Fueron novios de jóvenes, pero la pareja se rompió cuando Paz Padilla se fue a Madrid para intentar triunfar en el mundo del espectáculo. Décadas y un matrimonio fallido para cada uno después, se encontraron y se dieron cuenta de que nunca debían de haberse separado. Se han querido mucho, pero han tenido poco tiempo: "Dicen que las almas gemelas se separan jóvenes" y se consuela sintiendo que ha cumplido una misión: "Yo he aparecido en su vida para ayudarle a morir. Y para amarle con todas mis ganas. Le he dado amor del blanco, del puro."
La muerte del marido de Paz Padilla
Rodeada de sus compañeros y abriendo el corazón, Paz Padilla decidió compartir con la audiencia cómo vivió con serenidad la muerte de su marido. Cómo se despidió de él.
“Venga, va, gordo, ven por mí cuando me toque“
"Yo le ponía la morfina, porque quería que se muriese en casa. En el hospital los médicos te ayudan a vivir, no a morir». «En sus últimos seis días llené la habitación de flores, de música, de olor a lavanda y le di las gracias".
Juntos hasta el último aliento. Meciéndolo en brazos como quien quiere proteger a un bebé: "Venga, va, gordo, ven por mí cuando me toque [...]Y, poco a poco, mi gordo se fue yendo ¡Fue un momento tan mágico!"
“Como me enamoré de mi Antonio no me volveré a enamorar de nadie“
Consciente de que muchos no entenderán su empeño de ver la muerte con una sonrisa, Paz Padilla se sincera cuando confiesa lo que hizo después de que su marido muriese: "Yo saco una botella de Moët & Chandon. Y brindamos por mi Antonio. Yo estaba alegre, estaba feliz. Y sé que eso es muy difícil que la gente lo pueda entender."
Promete ser feliz a partir de ahora. Por ella, por él: "se lo debo". Y dice que ve en bucle un vídeo de él diciéndole "te quiero". Le queda la espinita de no haber tenido hijos junto a él. Y, aunque tenga claro que va a seguir viviendo aprovechando al máximo la vida, sabe que "Como me enamoré de mi Antonio no me volveré a enamorar de nadie".