Este otoño llega cargado de sensaciones. Colores, texturas y formas nuevas piden paso en el armario para mezclarse con las del verano y lograr así una moda más rica en matices y más versátil. La pandemia y la crisis han hecho que cambiemos de hábitos, desterrando aquellos que no encajan con la ‘nueva normalidad’ y la sostenibilidad para abrazar un nuevo estilo, de ser y de vestir. Es cierto que algunas de las tendencias del verano de 2020 tendrán un amplio recorrido en las siguientes estaciones, reconvertidas, reinterpretadas, revisadas. Pero también hay elementos que llegan pisando fuerte y la paleta de color invita a mezclar los más veraniegos con los otoñales. Somos lo que fuimos y lo que queremos ser. Y ahí está la esencia de la moda del particular y atípico otoño de 2020.
Los árboles son los primeros en cambiar de estación. El verde intenso va perdiendo fuerza y el paisaje se tiñe de marrones y amarillos, desde el ocre y el chocolate al mostaza y el oro. Y son esos tonos, en mate, lo que ahora cogen peso. Casan con todo, sobre todo entre ellos. Pero ahora tienen serios rivales y pelean por llamar la atención con los tonos metalizados, especialmente con el plata. Este tono es la gran estrella de la temporada, el rey de los reyes de la paleta cromática. El plata se declina con generosidad y lo vemos en distintas versiones, claro y oscuro, pulido y vintage, diurno y nocturno, tirando a blanco y con destellos de color... busca tu plata, encontrarás la que más te gusta y la que te sienta mejor.
Y hablando de colores, hay uno que se lleva todo el protagonismo: el rojo. Este color primario es el rey y su poder se extiende a todo tipo de prendas (desde la lencería a los abrigos) y a las 24 horas del día. Lo hemos visto en todas las pasarelas y son muchos los diseñadores y firmas que han hecho de él el eje de su colección. Admite distintos tonos y permite combinaciones diferentes: desde las clásicas, con blanco o con negro, hasta las más atrevidas, con brochazos metalizados, rosas, naranjas y verdes.
Los estampados pierden fuerza. Si las flores y las rayas arrasan en verano, los cuadros y los motivos arty lo hacen en otoño. El rojo, como decíamos antes, marca el paso pero también veremos cuadros en blanco, negro y gris, otra de las combinaciones más elegantes. Hay cuadros de color y cuadros de tejido, como los de las prendas acolchadas y las guateadas que también son tendencia en 2020. Las grandes protagonistas son sin duda las prendas de abrigo, desde las más ligeras hasta las más potentes. El abrigo de entretiempo, el trench y las chaquetas de punto irán dejando paso a capas, plumíferos y abrigos de piel sintética. Aquí hay unanimidad y casi todas las firmas han desterrado las pieles naturales para apostar fuerte por las sintéticas y las pieles falsas.
Hay un gusto por mirar atrás y rescatar ideas de otras década. Los vestidos sesenteros con el cuello bobo o con babero están en lo alto de la lista. Pero hay más: los vestidos y blusas ochenteras con las mangas enormes y abullonadas, los vestidos lenceros, los diseños noventeros de aire marcial… Hay estilos que piden paso con fuerza. Es el caso del gótico. Vuelve, pero renovado y más suavizado. El negro es otro de los tonos más solicitados, tanto en total look como en contraste con otros. Ahora se alía con la estética dark y el cuero para obtener un estilo que lleva elementos del romanticismo, el rock e incluso el manga.
El movimiento de los flecos marcó el paso en los desfiles, tanto en España como en París o Milán. Desde Dominnico a Prada, la oferta es enorme. Vimos flecos en todos los materiales, en todos los tamaños y en todos los colores. En las prendas y en los complementos, para el día y para la noche, para la ropa casual y para la de fiesta. Son el must de la temporada y su poder radica en esa unión entre lo retro y la vanguardia. Son un plus para los looks de noche pero, ¿te atreves a llevarlos durante el día? El glamur no está reñido con el reloj y esta temporada se aceptan a cualquier hora.
Hay clásicos del invierno que no faltan a la cita. El punto tiene, de nuevo, un gran protagonismo, y en todo tipo de prendas: camisetas, chaquetas, shorts, vestidos, abrigos, accesorios. Se lleva el punto grueso que parece hecho a mano (si es artesanal, mejor) y la tendencia evita el contraste. Es decir, es mejor mezclar piezas distintas en distintos puntos que combinar la lana con cuero o algodón.
Los pantalones antes llamados masculinos (es necesario dejar atrás viejos chiclés) serán el básico de la temporada, tanto para llevar con prendas lenceras, como hace Bella Hadid, como para combinarlos con tops de tejidos técnicos o un blazer. Adiós a los pitillo, los vaqueros rotos, las piezas desgastadas. Ahora el pantalón quiere tener el espacio que merece y ser la base del look. Es decir: elige primero el pantalón que te quieres poner y luego construyes el look.
Entre las piezas que se resisten a quedarse en casa está el crop top. Ha brillado este verano, permitiendo lucir piel a cualquier hora del día o la noche. Ahora se reinventa y se ofrece para estar sobre las camisas o los vestidos, jugando a las superposiciones de tejido, color y estilo. Es necesario aprovechar lo que tenemos ya, dar una nueva vida a prendas de otras temporadas, alargar el uso a las piezas que nos gustan, rescatar aquellas que nos hicieron felices y nos sientan bien... Hay que cambiar el armario con cabeza y si se compra, es mejor apostar por prendas que son respetuosas con el planeta. La tendencia más fuerte es ser sostenible, glamurosamente sostenible.