El diseñador Juanjo Rocafort ha muerto a los 76 con coronavirus Llevaba tiempo alejado del trabajo, refugiado en su vida personal pero había dejado una huella grande en el mundo de la moda. Modesto Lomba, presidente de la Asociación Creadores de Moda de España (ACME) le recuerda como "ese hombre amable del que es inevitable no recordar su último mono de zapatos elásticos".
Juan José Rocafort y Huete nació en Madrid el 24 de noviembre de 1943. Estudió Ciencias Políticas animado por su padre pero tan solo hizo cuatro cursos. La moda era su pasión y a la moda entregó su vida. Heredó la boutique de sus padres en la esquina de la calle Goya con la de Velázquez y en 1963 abrió su propia tienda, una de las primeras en ofrecer ropa joven, muy al estilo de las que se podían encontrar en Londres.
Con 21 años ya formaba parte del nutrido grupo de jóvenes diseñadores de moda española y poco a poco fue ampliando su lista de clientas llegando a vestir a miembros de la Familia Real británica y a estrellas del cine como Marlon Brando y Natalie Wood. También a personales de la crónica social, desde Julio Iglesias a Cristina Onassis. Hasta Bill Wyman, de The Rolling Stone, estuvo en su atelier madrileño, como demuestran las fotografías de Joana Biarnés.
Fue un innovador y un revolucionario. Llamó poderosamente la atención con los jerséis de punto reducidos que dejaban el ombligo al aire y eso la mítica revista La luna de Madrid le apodó 'El rey del minipull'. Junto a Manuel Piña lideró una nueva corriente en la moda y su fama traspasó fronteras llegando a llenar páginas de diarios internacionales que hablaban de ellos como The New Spanish Creators. “Para mí diseñar moda es una forma de realizarme. Solo sé diseñar. No tengo ni idea de coser o de cortar. Sé lo que quiero, pero no cómo hacerlo; para ello tengo un equipo que me entiende perfectamente”, dijo en una entrevista.
"Joven, delgado, moreno, pelo largo, superactivo. Pantalones vaqueros claros con botones a la cadera, cazadora", así lo describía el diario ABC en 1973 en un reportaje titulado 'La moda egocéntrica', que hacía referencia a las camisetas que Rocafort había lanzado primero con su rostro estampado y luego con las de sus clientes.
Las presentó en Marbella y el periódico decía que se las quitaban de las manos Lola Flores, Máximo Valverde, Lita Trujillo..."Actores, elegantes, millonarios - ese mundo joven, ávido de novedades- no han podido resistir la llamada del 'ego'. Sin discriminación de sexos. Guiados sólo por el humor. ¡Se entusiasmaron por igual féminas que caballeros!", escribía ABC. "Todos buscaron sus fotos y a las 12 de la noche ya tenían las camisetas con su imagen. ¡El tejido es simple algodón pero pagaron encantados las seiscientas y pico pesetas que cuestan! ¿¡Quién se hubiera atrevido a valorar en menos su propia imagen!?".
En 1978 hablaba con Informe Semanal y señalaba la mala situción del sector. "Hay una crisis en Europa, España la está notando. Pero las crisis son muy buenas para la creación. Francia está lanzando los últimos cartuchos con esta vuelta a los años 40 pero no está aportando nada nuevo. La energía que necesita la moda es una energia nueva, una energía años 80, un nuevo concepto de moda, de vestir, de pensamiento. ESa nueva energía la está lanzando ahora Estados Unidos", decía de manera reveladora.
Y allí se fue, huyendo de la grave crisis que atravesaba el sector en España se instaló en Nueva York. Fueron unos años buenos y lanzó su famosa línea 'Prendas con luz' o 'Prendas con mente', con piezas que se iluminaban con pilas. Empezó a lo grande - vendía en almacenes como Bloomingdale`s, Sacks 5th Ave., Neiman Marcus, Bergdorf & Goodman`s- y llegó a tener su estudio en el Empire State Building.
A mediados de los 80 regresó a una España distinta, marcada y renovada por la efervescencia cultural y la escena alternativa. En 1985 ya estaba instalado y trabajando a pleno rendimiento, confeccionando y vendiendo en España y también exportando a Nueva York. Un año más tarde, en febrero de 1986, presentaba su colección en la Pasarela Cibeles
Una pasarela que cumplía su primer año de vida. Esa semana el cartel era de lujo, con nombres gloriosos como Ágatha Ruiz de la Prada, Jesús del Pozo, Jorge Gonsalvez, Loewe, Elisa Bracci, Manuel Piña, María Moreira, Pedro Morago, Sybilla. .. ¡Gloriosas agujas de la cultura española!
En 1987 Rocafort ya era uno de los consagrados y como tal formó parte de la exposición 'La moda española de los últimos cincuenta años', montada en Barcelona, donde se codeaba con modistas tan importantes como Pedro Rodríguez, Asunción Bastida y Paco Rabanne. De él se destacan sus revoluciones en el textil, y como ejemplo sirven las prendas futuristas de su colección The Wit Collection 9, un concepto que llegó a patentar.
Ahí estaban sus famosos 'trajes-integrales”: prendas de una sola pieza que cubrían todo el cuerpo, desde los hombros hasta los pies, zapato incluido. Uno de ellos está en el Museo del Traje. "Había numerosas versiones de ellos, con distintos cuellos y colores, con zapatos planos o con tacones. Sobre cualquier tipo de tejido se aplicaba la Lycra de Dupont, un tejido elástico que se ajusta al cuerpo y que se adapta a todos los estilos y tejidos", dice Carmen Baniandrés Gómez, que hizo su beca en el museo y buceó en la vida y obra del modista.
Vistió a la mujer con prendas cómodas y muy bellas y se esforzó por que el diseño estuviera muy conectado con la creación. Destacaron sus vestidos con motivos pintados a mano en las que supo hilvanar tradiciones y modenidad, artesanía y sofisticación.
Su labor fue renocida en varias ocasiones: Cruz al Mérito de la Invención (1205), Diploma de Caballero de Honor, Bruselas 1994 (Eureka), Medalla de Oro de la 43ª Exposición de Invenciones, Investigación y la Innovación Industrial, en Bruselas (1994), Premio Especial por Diseño Contemporáneo y Nuevas Tendencias en la Moda, Bruselas, (1994), Diploma y Medalla de Plata de la Cámara Europea de Comercio, Industria y Finanzas, Bruselas, (1994). Y fue, además, el primer diseñador de moda premiado por sus invenciones y patentes en el mundo de la moda.
Pero, a pesar de haber gozado de reconocimiento internacional, dijo en alguna entrevistas que no se había sentido nunca profeta en su tierra y se quedó a los políticos del poco apoyo que tuvo en España. Ahora se ha ido casi en silencio, igual que otros grandes modistas que llevaban tiempo alejados de los focos y la prensa. Como Juan Rufete. Otro grande que se marchó sin poder decirle el adiós que merecía.