Lo siento. Me gustan las primeras veces. O en este caso... las segundas. La vida musical de cuatro álbumes de Lori Meyers está partida en dos y justo este disco -que los propios protagonistas quieren que yo introduzca sobre el escenario en esta semana grande- es el que supuso colocarse en lo más alto de la rampa de lanzamiento del territorio indie.
Recuerdo una cita pasada en el Contempopránea de Alburquerque con el DJ Rojiblanco haciendo ejercicios de calentamiento (en pleno final de julio hacía un fresquete que hubo que ponerse manga larga) para ocupar el lugar que a altas horas de la madrugada -las cinco serían sin exagerar- iban a dejar sobre el escenario Noni y compañía.
Sabor bohemio y parisino
Cuando llegó el momento de "La pequeña muerte" (han pasado años y discos desde entonces y es uno de los temas grandes de los granadinos) volvió a palparse esa intensidad y magia de lo que era el remate a Hostal Pimodan, ese trabajo que tuvo dos vidas porque se publicó de primeras y luego, de segundas, tuvo edición corregida y aumentada.
"El aprendiz", "El viajero del tiempo", "Sus nuevos zapatos", "El gallo ventrílocuo" (otra joyita) y además "Televisión", la lectura de "La caza" de aquel primer single de la vida de Juan & Junior...
Será un placer este jueves volver a aspirar sabor bohemio y parisino en la ruta de regreso al hostal.