El papa Francisco ha cumplido este domingo 24 días ingresado debido a una neumonía bilateral y unos problemas respiratorios que este fin de semana han sufrido una "gradual y ligera mejoría". Además, el pontífice responde bien al tratamiento y ha podido seguir por videoconferencia esta tarde los ejercicios espirituales de la Cuaresma que la Curia Romana lleva a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano, aunque sin dejarse ver a través de la pantalla.
Los médicos no han emitido su parte este domingo, pero fuentes de la Santa Sede indican que la situación sigue siendo la misma que la del sábado: "La estabilidad continúa y se confirma la ligera mejoría advertida" en la víspera. Sin embargo, mantienen una posición cauta, ya que su cuadro clínico sigue siendo "complejo" y, por eso, su pronóstico sigue siendo reservado.
Francisco, ingresado desde el 14 de febrero, prosigue con su terapia mientras se le ayuda a respirar por el día con altos flujos de oxígeno con cánulas nasales y por la noche con ventilación mecánica no invasiva. Asimismo, realiza fisioterapia respiratoria y motora, muscular.
El santo padre ha recibido este domingo a su secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, y al sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado vaticana, el venezolano Edgar Peña Parra, para que le actualizaran "sobre la situación de la Iglesia y del mundo", indican fuentes vaticanas.
Nueva homilía enviada por el papa este domingo
Aunque no aparezca ni hable en público —solo mandó un breve mensaje de audio el pasado jueves a los fieles que rezan por él el rosario cada noche en la plaza de San Pedro—, este domingo ha vuelto a compartir sus reflexiones con una homilía en la misa por el Jubileo de los Voluntarios en la plaza vaticana.
En un texto, leído por el cardenal encargado de presidir la misa, el canadiense Michael Czern, Francisco ha lamentado que el mundo "está en manos de poderes malignos" que "aplastan" a la humanidad con sus intereses y con la guerra. "Satanás intenta convencernos de que para los hambrientos no hay pan, menos aún de las piedras, ni los ángeles nos auxilian en las desgracias. En todo caso, el mundo está en manos de poderes malignos, que aplastan a los pueblos con la altanería de sus cálculos y la violencia de la guerra", ha sostenido, reflexionando sobre la tentación de Cristo en el desierto.

Un grupo de personas reza junto a la estatua del difunto Papa Juan Pablo II a las puertas del hospital Gemelli. REUTERS/Vincenzo Livieri
Además, en el Ángelus de este domingo, que también ha sido elaborado por el papa, Francisco ha dado las gracias a los médicos y al personal sanitario por "la consideración del servicio y la ternura de los cuidados" que recibe.
El pontífice ha invocado a la paz una vez más en la atormentada Ucrania, Palestina, Israel, Líbano y Birmania, Sudán y la República Democrática del Congo y, en particular, se ha mostrado preocupado por la reanudación de la violencia en algunas zonas de Siria: "Espero que cese definitivamente, con pleno respeto de todos los componentes étnicos y religiosos de la sociedad, especialmente de los civiles".