El presidente estadounidense, Donald Trump, firmará próximamente una orden ejecutiva para convertir el inglés en el idioma oficial de Estados Unidos, por primera vez en la historia del país. En casi 250 años de historia, EE.UU. no había declarado nunca ninguna lengua como oficial a nivel federal, aunque algunos estados sí habían designado el inglés como tal.
Aunque la noticia no se ha confirmado oficialmente, un alto funcionario estadounidense lo ha adelantado a los medios The Wall Steet Journal y NBC News. “Establecer el inglés como lengua oficial promueve la unidad, establece la eficiencia en las operaciones gubernamentales y crea una vía para el compromiso cívico”, señala.
Queda por conocer la formulación literal del decreto y la fecha de aplicación. Por el momento, hay 32 de los 50 estados de EE.UU. que ya han adoptado el inglés como su idioma oficial, según ProEnglish, grupo que aboga por la prevalencia de esa lengua.
El presidente republicano, que ha hecho de la oposición a la inmigración irregular un sello distintivo de sus dos campañas a la Casa Blanca, ha adoptado el uso del inglés en la vida pública y se ha mostrado poco tolerante con la diversidad cultural y lingüística de los Estados Unidos. En su primera semana en el cargo, anuló todos los programas federales encaminados a fomentar la equidad, la diversidad y la inclusión social.
Contra el español
Nada más retomar al cargo de presidente, Trump suprimió la versión en español de la página web de la Casa Blanca, así como sus perfiles en las redes sociales en ese idioma, el segundo más hablado en el país. Aunque en torno al 78% de la población nacional con más de cinco años de residencia, solo habla inglés en sus hogares, según las estimaciones de la American Community Survey. Entre las casas que hablan otras lenguas, el español ocupa el 61%.
Dentro de su discurso xenófobo y contra la inmigración, Trump señaló en campaña que estaban llegando al país personas que hablaban lenguas “que nadie ha oído nunca en Estados Unidos”, lo que consideró “horrible”. Durante un debate de las primarias republicanas de 2015, Trump criticó al exgobernador de Florida Jeb Bush por hablar español en la campaña electoral. “Este es un país donde hablamos inglés, no español”, le espetó.
La norma culmina una iniciativa de ley propuesta en 2021 por el congresista James Inhofe para "evitar interpretaciones erróneas de los textos en inglés de las leyes de los Estados Unidos".
Lengua dominante
El inglés se ha impuesto como lengua dominante, sin necesidad de la categoría de lengua oficial, pero convive con decenas de idiomas en un país de inmigrantes de procedencias muy variadas. Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, los idiomas más hablados, además del inglés, son español, chino, tagalo, vietnamita y árabe.
La Constitución, la Declaración de Independencia y los principales documentos de la historia de Estados Unidos se redactaron en inglés, el idioma usado en la política y en la Administración de forma prevalente. Además, quienes optan a la nacionalidad deben aprobar un examen que demuestre solvencia en la lectura, escritura y habla del inglés.
La orden ejecutiva de Trump rescindiría el requisito federal del presidente demócrata Bill Clinton de que las agencias y otros receptores de fondos federales brinden asistencia lingüística a quienes no hablan inglés. Entre las órdenes ejecutivas que Trump ha firmado desde que asumió el cargo el 20 de enero, hay una destinada a evitar que el dinero de los contribuyentes apoye la inmigración ilegal, prohibiendo el uso de fondos federales para ayudar a la integración de los inmigrantes irregulares que no conocen el idioma.
Este asunto ha sido polémico para ciertos estados, como en Texas -con una amplia comunidad de origen latino, especialmente de México- donde el uso del español en la vida pública ha generado controversia a lo largo de los años. En 2011, un senador exigió que un activista de los derechos de los inmigrantes hablara inglés, no su español nativo, en una audiencia legislativa.
Eso reavivó un debate que se venía desarrollando desde hace décadas sobre si es apropiado hablar español en Texas, que en su día fue parte de México y, antes de eso, del Imperio español. El tema es doloroso para muchos texanos mexicano-estadounidenses de mayor edad que recuerdan haber sido castigados por hablar español en la escuela en los años cincuenta.