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Entrevista

John Bolton: “Donald Trump es un peligro para el mundo porque no le importan los asuntos internacionales”

  • De asesor del presidente en su primer mandato a uno de sus mayores detractores

  • Hablamos con John Bolton sobre Putin, la OTAN y el “trumpismo”

CRISTINA OLEA (Corresponsal de TVE en Washington)
Tiempo de lectura 8 min.

Quedan lejos los días en que John Bolton daba consejos a Donald Trump. Fue su asesor de Seguridad Nacional durante diecisiete meses, en su primer mandato. No le gustó que Trump negociase con los talibanes, ni que se hiciese fotos con Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte. Cuando Irán derribó un dron estadounidense, Bolton quería contraatacar. Trump y él tenían cada vez más desencuentros, hasta que la salida fulminante de Bolton de la Casa Blanca llegó a golpe de mensaje en la cuenta de Twitter del presidente (cuando todavía era Twitter). Entonces John Bolton pasó de consejero a detractor.

En su libro “The Room Where It Happened” escribió que su antiguo jefe no era apto para el cargo. Antes de las elecciones de 2024, dijo que Donald Trump era un peligro para el mundo. Y Donald Trump, en cuanto regresó a la Casa Blanca, le retiró la escolta del Servicio Secreto. Lo protegían porque creían que Irán trataba de asesinarlo, pero Trump no vaciló en quitarle esa protección a uno de sus mayores críticos.

John Bolton ha trabajado con cuatro presidentes republicanos: Ronald Reagan, Bush padre, Bush hijo y Donald Trump. Fue uno de los impulsores de la guerra de Irak. Es uno de tantos halcones, hombres de la vieja guardia del partido republicano, que no tienen un sitio en el “trumpismo”. Esa visión del mundo con un líder (Donald Trump), un lema (“Estados Unidos, primero”) y distintas formas (un día se viste de aislacionista y al siguiente, de imperialista) que, a golpe de mensajes en redes sociales, ha dado un vuelco al partido republicano y al tablero internacional.

En una conversación virtual -Bolton sentado en la mesa de su oficina y yo en la sala de prensa de la Casa Blanca, esa sala que hace más de cinco años que no pisa- hablamos sobre los últimos pasos de Donald Trump, sobre su relación con Vladímir Putin (con quien Bolton lo vio interactuar), su deseo de retirarse de la OTAN y lo que Europa puede esperar de él en los próximos años.

PREGUNTA. Su antiguo jefe, Donald Trump, le ha retirado la protección del Servicio Secreto. ¿Por qué cree que lo ha hecho?

RESPUESTA. Creo que ha sido una venganza mezquina. Con Trump todo es personal. Y no me la ha retirado a mí solo. Le ha hecho lo mismo a su antiguo Secretario de Estado, Mike Pompeo, a su antiguo Secretario de Defensa, Mark Esper, a su militar de mayor rango, Mark Milley… Obviamente a mí esto me afecta, pero el problema no son las personas concretas, sino el hecho de que hay un gobierno extranjero y hostil que está amenazando las vidas de cargos oficiales por haber hecho su trabajo. Y si un país canalla como Irán puede salirse con la suya, piensa en las consecuencias que puede tener esto para futuras administraciones.

Putin es frío y calculador. Sabe cómo jugársela a Trump

P. Hablemos de las últimas noticias. ¿Qué le parece que Trump haya llamado a Putin y que esté planeando una reunión con él?

R. Creo que es una señal muy mala, pero previsible. Trump siempre dice que si tiene una buena relación personal con un líder extranjero, entonces Estados Unidos tiene una buena relación con ese país. Y las relaciones personales son importantes en política exterior, pero esa no es la ecuación correcta. Putin es el líder más frío y calculador que yo he conocido. Sabe exactamente lo que quiere. Sabe cómo jugársela a Donald Trump. Y ya lo estamos viendo en lo que está diciendo el Pentágono sobre Ucrania. Es casi como rendirse.

P. Usted vio a Trump interactuar con Putin en su primer mandato. ¿Cómo describiría esa relación?

R. Trump cree que Putin y él son amigos y no se da cuenta de que Putin lo desprecia. Putin no cree que Trump sea un hombre formado. Por ejemplo, no sabe nada sobre armas estratégicas. Desafortunadamente nunca tuvieron una negociación seria sobre armas nucleares, pero la experiencia de Putin en el KGB le ha enseñado cómo leer a las personas. Trump cree que también se le da bien leer a las personas, pero no tiene esa experiencia en el KGB. Así que cuando los sientas uno frente a otro en una mesa, es una competición muy desigual.

P. ¿Qué opina de las amenazas de Trump de retirarse de la OTAN?

R. Lo he dicho muchas veces: creo que esto es muy grave. En mi libro escribí sobre la cumbre en Bruselas en 2018, cuando estuvo a punto de retirarse de la OTAN. No creo que haya cambiado de opinión. Ni siquiera entiende cómo funciona la OTAN. Él cree que Estados Unidos defiende a Europa, que no consigue nada a cambio y que Europa no paga nada. Y si crees que la Alianza es eso, efectivamente no suena muy bien. Algunos dicen que, si los aliados cumplen su compromiso de invertir el 2% de su PIB en defensa, Trump estará satisfecho. Así que durante la campaña, Trump dio otra cifra: dijo que los países europeos deberían invertir un 5% del PIB en defensa. Yo sí creo que Estados Unidos debería invertir un 5%, porque vivimos en un mundo peligroso, pero los países europeos apenas llegan al 2%. No es el objetivo del 2% lo que le disgusta a Donald Trump. Lo que ocurre es que no entiende la Alianza y cree que no saca mucho partido de ella y eso no va a cambiar. Está buscando una razón, un pretexto, por si decide retirarse.

Creo que esto es muy grave. Trump ni siquiera sabe cómo funciona la OTAN

P. Antes de las elecciones usted dijo que tener otra vez a Trump en la Casa Blanca sería peligroso para el mundo. Ahora que hemos visto lo que ha hecho en sus primeras semanas, ¿todavía cree que es un peligro?

R. Sí, lo creo porque no le importan mucho los asuntos internacionales. Nunca los ha estudiado. No aprendió demasiado en su primer mandato. No tiene una filosofía o una estrategia de seguridad nacional. Es capaz de cualquier cosa. En su primer mandato lo describían como aislacionista. Ahora parece un imperialista. ¿Qué ha cambiado? Nada, porque no tenía ninguna filosofía que cambiar. Se trata de lo que le interesa en cada momento. Sus defensores dicen que es disruptivo, que genera incertidumbre y que eso es bueno. Yo creo que la incertidumbre táctica contra tus adversarios es una cosa, pero dejar a tus propios aliados sin saber lo que vas a hacer destruye la alianza. Y parece que él no lo pilla. Creo que en estos cuatro años vamos a ver esa capacidad de ser imprevisible, que a él le parece una virtud, pero no lo es.

P. Hemos hablado con muchos votantes de Donald Trump en los últimos meses sobre su visión del mundo. La mayoría cree que usted es un halcón, un belicista, y que los tiempos han cambiado. ¿Cree que el partido republicano y sus ideas en política exterior han cambiado para siempre?

R. No, creo que Donald Trump tiene sus seguidores y que ha conseguido intimidar a muchos congresistas. Muchos esperan que tenga éxito en sus políticas domésticas: bajar impuestos, quitar regulaciones… y tienen miedo a llevarle la contraria en política exterior. Mi opinión siempre ha sido esta: que Trump es una anomalía y que pasará. Mientras tanto, va a causar mucho daño. Retirarse de la OTAN causaría mucho daño. Lo que hay que hacer es mitigar todo el daño que hace. Pero como no tiene una filosofía, el trumpismo no existe. Cuando abandone la escena política, no dejará ningún legado.

Todo es una transacción y todo lo ve bajo el prisma de cuánto le beneficia

P. Usted conoce de cerca USAID, la Agencia de Cooperación al Desarrollo. Durante un tiempo estuvo a cargo de sus políticas. Ahora Trump quiere cerrarla. ¿Qué cree que supondría eso?

R. No dudo de que haya muchas cosas que reformar en la Agencia de Cooperación al Desarrollo. Estoy seguro de que la administración Biden gastaba dinero en programas en los que una administración republicana no querrá invertir. Pero destruir este instrumento de política exterior es un error enorme. Si lo eliminas, eliminas un elemento de poder. Desde la Segunda Guerra Mundial, la ayuda al exterior ha sido muy útil para Estados Unidos, de diferentes maneras. Es la continuación natural del Plan Marshall. ¿Ha fracasado? En algunos casos, sí. A veces se ha desviado de su misión de servir a los objetivos de Estados Unidos en política exterior, pero cuando yo estuve allí, durante la administración Reagan, tratamos de redirigir la agencia, nunca intentamos destruirla.

P. ¿Qué puede esperar Europa de los próximos años con Trump?

R. Creo que va a ser el caos. Va a ser como su primer mandato, pero peor. No tiene una línea consistente de análisis. Todo gira en torno a sí mismo. Todo es una transacción y todo lo ve bajo el prisma de cuánto le beneficia. Esta es una de las razones de la variabilidad de su política. Como no está siguiendo una política concreta, es muy susceptible a darle la razón a la última persona que habla con él. Es una forma muy peligrosa de tomar decisiones.