Las elecciones municipales y autonómicas de este 28 de mayo decidirán los gobiernos de doce comunidades autónomas- Aragón, Asturias, Islas Canarias, Islas Baleares, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, La Rioja, Navarra y Región de Murcia-, de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y los alcaldes y alcaldesas de cerca de 8.100 ayuntamientos repartidos por toda España. El poder que decide en este 28M a nivel municipal y autónomico ya es mucho, pero los partidos no solo se juegan eso. Estas elecciones marcarán una tendencia clara sobre el estado de ánimo electoral en España en un escenario de máxima crispación, en medio de una campaña embarrada al máximo y con una cita con las urnas que se celebra con un halo de elecciones generales y que la sitúan como la primera parte de un partido que se cerrará en diciembre para decidir al futuro inquilino de La Moncloa.
Un total de 35,5 millones de electores, 253.283 más que en 2019, decidirán el reparto de 66.924 concejales. Estas elecciones pintarán un nuevo mapa municipal y autonómico, pero, además, examinarán la salud de los partidos, marcarán tendencias, obligarán a las formaciones a decantarse por pactos con unos socios u otros y se medirán, sea cual sea el resultado, como el primer duelo de verdad entre el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Los dos, al igual que el resto de líderes de todos los partidos políticos, asistirán al escrutinio de esta noche electoral conscientes de lo mucho que se juegan, calculadora en mano y con los nervios a flor de piel. El escrutinio promete un recuento de infarto en plazas donde el poder se decantará a un lado u otro por un puñado de votos. Los partidos son además conscientes de que algunas comunidades no se decidirán tras esta noche porque todo quedará a expensas de los pactos- con unas mayorías absolutas lejos del alcance de casi todos y convertidas en auténticas quimeras- y entonces comenzará el juego de la negociación y las líneas rojas a la hora de acordar.
Así las cosas, todos los partidos coinciden en algo: son unas elecciones claves, unos comicios decisivos para el devenir político de España y las llamadas a la participación son también punto común de todos los líderes. Desde las 9:00 de este domingo y hasta las 20:00, los electores llamados a las urnas pueden depositar su voto y a partir de ahí comenzará el recuento.
Aquí, algunas de las claves de la jornada electoral:
Las plazas más reñidas y decisivas de este 28M
Los partidos, todos, quieren teñir de su color cada pueblo, cada ciudad y cada comunidad, pero en estas elecciones hay plazas clave y puntos muy simbólicos que se quieren defender, y todo el foco estará en ellos esta noche electoral.
El PSOE sale a defender nueve de las doce comunidades que concurren. Gobierna actualmente con tres Ejecutivos en solitario (Asturias, Castilla-La Mancha y Extremadura) y seis gobiernos de coalición (Aragón, Canarias, Comunidad Valenciana, Baleares, Navarra y La Rioja). El PSOE también es el partido con mayor poder local- 22.341 concejales repartidos por el país, frente a los 20.336 del PP-.
El principal problema de los socialistas en esta noche electoral es que su triunfo en 2019 fue tan claro- pintó de rojo todo el mapa autonómico (ganó en todas las comunidades, menos en Navarra y en Cantabria)- que sabe que igualar ese resultado es poco menos que imposible, salvo sorpresa absoluta.
Según todos los sondeos, el PP se hará con un clarísimo triunfo de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, bastión indiscutible para los 'populares', siendo de las pocas aspirantes que se permite el lujo de soñar con una mayoría suficiente que le permita actuar con total libertad. La otra comunidad que defiende el PP es la Región de Murcia y no tendría problemas para reeditarla aunque, eso sí, ahí tendría muy seguramente que hablar con Vox.
Más allá de estas dos comunidades (las únicas que, junto con Castilla y León, el PP consiguió gobernar en 2019, a pesar de no ganarlas en las urnas) toda autonomía arrebatada por el PP al PSOE se venderá como un triunfo absoluto en Génova. Su resultado en los pasados comicios municipales y autonómicos fue el peor de su historia, de tal forma que los populares son conscientes de que todo se podrá escenificar como un paso adelante.
Si hay una comunidad que el PP tiene en el punto de mira esa es la Comunidad Valenciana. La disputa por esta plaza se ha convertido en una de las claves de estas elecciones: mantener el pacto de izquierdas del Botànic es, si no el principal, uno de los objetivos de este 28M para el PSOE, y un fin claro para el PP, que quiere recuperar el que fue uno de sus bastiones, a partir del cual quiere extender la máxima política de que el cambio de ciclo en España ya ha llegado y este empieza en la Comunidad Valenciana.
Esta autonomía es, junto con otras como Aragón, Baleares o La Rioja, uno de esos puntos en los que el resultado final puede venir de la mano de los pactos más que de la foto finish del escrutinio. Las encuestas marcan que puede haber una mayoría de votos del PP, pero la clave estará en qué bloque sume más, si el de la derecha (y ahí el entendimiento nada fácil de PP con Vox lo marcará todo) o el de la izquierda (con gobiernos de coalición ya existentes entre PSOE, Podemos y otras fuerzas regionalistas que quieren repetir).
Una noche electoral más se harán evidentes triunfos electorales que de nada sirven (en 2019 Ángel Gabilondo ganó a Ayuso en las urnas y la historia es bien conocida) y derrotas electorales que se conviertan en triunfos en forma de gobiernos de coalición. En este sentido, ningún partido recoge el guante de un PP que pide que gobierne la lista más votada.
Castilla-La Mancha es una plaza en la que el PSOE puede soñar con la mayoría absoluta y en Asturias, los socialistas revalidarían pero con pactos a la izquierda.
En otras comunidades entran otros condicionantes con partidos de corte regional que decidirán y mucho. Ejemplos claros son Canarias con una Coalición Canaria que podría decantar la balanza hacia el PP o PSOE; o Cantabria, donde podría ganar el PP, pero todo pasará por el histórico PCR, sin olvidar que a veces no gobierna el primero o el segundo, sino el tercero. Navarra sería otra plaza pendiente de los pactos con un PSOE que podría depender para revalidar su tripartito del apoyo indirecto de Bildu, como en el 2019. La polémica estará servida.
A nivel municipal, el PP no quiere soltar la capital de España (José Luis Martínez Almeida debería hablar con Vox, según apuntan las encuestas); mientras que el PSOE se ha marcado como otro de sus objetivos claves de este 28M gobernar en Barcelona, con un Jaume Collboni que tiene posibilidades reales. Mantener Zaragoza para el PP y Sevilla para el PSOE es otro de los fines electorales.
¿Qué se juegan los partidos y los líderes?
En una España que sigue votando mayoritariamente PSOE o PP no hay comunidad en la que las encuestas marquen el triunfo en votos de otro partido que no sea uno de estos dos, hegemónicos en España, con la excepción de UPN, que podría ganar en Navarra.
Pero ellos solos ya no se bastan, salvo en contadísimas excepciones, así que los socialistas deben mirar a su izquierda y los 'populares', a su derecha. Y ¿qué dicen los partidos que pueden ser decisivos para que una comunidad se decante hacia un lado u otro? Pues Podemos, con sus muchas y diversas marcas autonómicas y municipales, viene a decirle que sí al PSOE y lo hace desde el convencimiento de que "sin Podemos en los gobiernos, el PSOE se derechiza". Preteden los 'morados' revalidar los gobiernos de coalición repartidos por el país y ser decisivos en nuevos ayuntamientos y comunidades.
En el caso de Ciudadanos el problema está en querer y no poder, según vaticinan unas encuestas que decretan prácticamente su muerte política, con la posibilidad de que se salve en el Ayuntamiento de Madrid la vicealcaldesa, Begoña Villacís. El partido dice que "va a dar la sorpresa" y que "seguirán siendo decisivos". El PP quiere comerse a esta formación, que fue la tercera más votada en las elecciones municipales de 2019.
Vox se sabe clave para el PP y se ha crecido en una campaña en la que ha dejado claro que si es decisivo va a exigir, como hizo en Castilla y León, entrar en los gobiernos. De todas las claves políticas de esta jornada del 28M una de las principales es la nueva relación que van a tener que establecer Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. El PP ha dicho que quiere gobernar solo y en algunas regiones directamente algunos 'barones' han rechazado a Vox, pero la realidad puede ser que tengan que darse la mano y eso marcaría una tendencia clara de cara a las generales de fin de año.
Y aunque los líderes nacionales no compiten directamente, ha quedado patente que todos creen que se la juegan porque la campaña ha sido más de generales que de municipales y autonómicas, con un Pedro Sánchez haciendo anuncios constantes sobre proyectos que irían al Consejo de Ministros, y el resto de líderes nacionales marcando hojas de ruta de cara a las siguientes elecciones. El duelo Sánchez-Feijóo está servido este 28M, con otros duelos soterrados que tras el 28M aflorarán, como la negociación que sí o sí iniciarán Ione Belarra (Podemos) y Yolanda Díaz (Sumar) para concurrir juntas, o no, en esos comicios generales.
Todos los partidos y todos los líderes se recolocan en este 28M y comienza una nueva partida con nuevas posiciones de mayor o menor fuerza.
¿Quién gana las municipales gana las generales?
Y más allá de las sensaciones que deje este 28M los números son los números y algunas tendencias siempre, o casi siempre, se repiten. Desde el año 1995, el partido que gana los comicios locales se ha hecho posteriormente con el triunfo en las generales, salvo en el año 2007, cuando el PP ganó en número de votos al PSOE (aunque no de concejales), pero posteriormente en las generales de 2008 el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se hizo con el triunfo.
En las últimas elecciones de 2011, 2015 y 2019 se ha cumplido el patrón y quien ha ganado los comicios municipales ha llegado a la victoria en las posteriores generales. El 22 de mayo 2011 el PP ganaba las municipales y posteriormente, en noviembre, Mariano Rajoy lograba una histórica victoria con 186 diputados. Eran otros tiempos lejos del multipartidismo actual en los que reinaba el bipartidismo y esos números de escaños de PSOE y PP eran astronómicos y difíciles de repetir.
El 24 de mayo de 2015 el PP volvía a hacerse con el triunfo en las municipales, aunque perdiendo 2,5 millones de votos, y en las elecciones generales de diciembre de ese mismo año y en la repetición posterior de junio de 2016, el PP también ganaba.
En las últimas elecciones municipales de 2019 ganó el PSOE y también lo hacía en las generales de abril y en las elecciones repetidas de noviembre con Pedro Sánchez a la cabeza.
Quedan horas para despejar todas las incógnitas y, con los resultados en la mano, saber quién gana, descubrir quién gobierna, analizar las tendencias que se consolidarán o no, en definitiva, saber hacia dónde apuntan las tendencias de voto. Tras esta noche electoral, en la mente de todos los partidos estará la siguiente cita para la que falta algo más de medio año, si no hay sorpresas.