"Si Podemos no está, los cambios no llegan". El partido de Ione Belarra se presenta a las elecciones municipales y autonómicas del 28M bajo esta premisa y con una idea clara que lanza en cada mitin: Podemos debe "tener fuerza" tras estos comicios porque sin su partido en los gobiernos "la derecha política, mediática y judicial le tuerce el brazo al PSOE" y "manda igual".
Es su principal carta de presentación en unas elecciones en las que quiere jugar un buen papel por varios motivos. El primero y más inmediato, tener la capacidad de revalidar los gobiernos autonómicos de coalición de los que forma parte (Aragón, Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja, Islas Baleares e Islas Canarias) y agrandar su espacio en los municipios y comunidades en los que sea posible.
Y el segundo, y más a medio plazo, obtener unos buenos resultados para afrontar, con mayor fuerza y deteminación, la negociación con Yolanda Díaz para formar una coalición conjunta de cara a las elecciones generales, en la que deben aunar posturas más de una decena de formaciones de izquierda repartidas por todo el país, pero con Podemos queriendo ocupar un papel protagónico.
Podemos se presenta en este 28M en coalición con IU en todas las comunidades, salvo en Aragón y Asturias, donde no fue posible el acuerdo. Han unido sus fuerzas también en una quincena de capitales de provincia, entre ellas todas las de Andalucía salvo Jaén y Granada, Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Palma de Mallorca, Las Palmas de Gran Canaria, Bilbao o A Coruña.
El objetivo de los morados es, por tanto, aumentar ese poder territorial y municipal- siendo la llave de los gobiernos de izquierda- y obtener representación en algunas regiones donde aún no la tiene como Cantabria, Castilla-La Mancha y en Ceuta y Melilla.
En la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana, además, Podemos no lidera el espacio a la izquierda del PSOE y están por detrás de Más Madrid y Compromís, respectivamente, situación que se mantendría, según el promedio de encuestas de RTVE.es.
Unos sondeos que dejan, de momento, esta foto para el partido de Belarra: baja su número de escaños en Aragón, Asturias, Canarias, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid, se queda igual en Extremadura y La Rioja, sube en la Región de Murcia y Navarra y obtiene representación por primera vez en Cantabria. Sigue sin entrar, eso sí, en Castilla La-Mancha, Ceuta y Melilla. Pero no son más que encuestas y en un escenario con muchos indecisos los números pueden cambiar y en algunas comunidades los gobiernos se van a decidir por un puñado de votos.
En las comunidades que han ido celebrando comicios desde 2019 los resultados no han sido buenos para Podemos: en Galicia se quedaron fuera del Parlamento y bajaron en el País Vasco, Comunidad de Madrid, Castilla y León y Andalucía. Solo resistieron con la misma representación en Cataluña con la marca En Comú Podem.
Podemos quiere ser clave para revalidar el pacto del Botánic y seguir gobernando en la Comunidad Valenciana, junto a PSOE y Compromìs, como uno de los principales objetivos de este 28M.
Belarra y Montero se vuelcan en la campaña pero no habrá foto con Díaz
Las ministras de Podemos se están volcando en esta campaña electoral y recorrerán gran parte de España. Están compartiendo mítines con el líder de IU y también ministro del Gobierno, Alberto Garzón, y con el diputado y secretario general del PCE, Enrique Santiago.
Salvo sorpresa de última hora no se verá juntas en los mítines y actos electorales a Ione Belarra, Irene Montero y Yolanda Díaz, que está haciendo malabares en campaña para apoyar a todas las fuerzas llamadas a formar parte de Sumar. Podemos quería que Díaz se volcase con la marca Unidas Podemos en la campaña. La candidata a las generales apoya a la coalición en plazas clave, pero también lo hace con partidos claramente rivales de Podemos en este 28M como Más Madrid y Compromís. El escenario es complejo.
En los primeros días de campaña Podemos está lanzando todos sus dardos contra el PP, pero también está siendo muy duro con el PSOE, al que quieren seguir marcando el paso en los gobiernos. Podemos siempre ha mantenido una máxima y es que las campañas se les dan bien, dicen. Insisten en que su "valentía" es la que mueve a los gobiernos con el PSOE para hacer "transformaciones radicales" y se erigen como los verdaderos artífices de soluciones para el problema de la vivienda, las medidas para paliar los efectos de la inflación, las reformas que buscan eliminar la precariedad laboral y, en definitiva, los impulsores de las recetas que buscan la justicia social.
Siguen cada día lanzando nuevas propuestas como duplicar el impuesto extraordinario a la banca o la creación de un supermercado público, propuestas que dicen "no gustan ni a Ana Patricia Botín ni a Juan Roig". Se reivindican, además, como el partido impulsor de la ley 'trans' y la ley 'del sí es sí': "Cuando las cosas se ponen difíciles el único espacio que no duda, que pone el cuerpo y la cara, desmontando bulos es Podemos", afirma la ministra Irene Montero.
Tensión en el gobierno de coalición en campaña
Como ya es habitual en tiempos electorales Podemos intensifica los ataques hacia el PSOE para colocarse y venderse como la "verdadera izquierda". El fuego lleva solo una dirección, eso sí: en los mítines los morados cargan contra la derecha y los socialistas, pero estos solo van a por la derecha, sin mencionar prácticamente a Podemos.
Sánchez lleva cuatro mítines de campaña y ni una sola vez ha mencionado expresamente a los 'morados', consciente de que las encuestas no son buenas para Podemos y en muchos casos el éxito de los gobiernos socialistas autonómicos y municipales dependerá de la reedición de coaliciones con la formación de Belarra.
El exvicepresidente y exlíder de Podemos Pablo Iglesias ofreció un mitin el pasado fin de semana en Canarias y dijo estar "orgulloso" del "ruido" y del "conflicto" con el PSOE dentro del Gobierno, pues con ello consigue que se cumpla el compromiso con la ley de vivienda y fue más allá para decirle al presidente del Gobierno que "es un error que España se ponga de rodillas frente a la dictadura marroquí y traicione la dignidad histórica del pueblo saharaui". Ni Sánchez ni nadie del Gobierno contesta a los ataques de Podemos.
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