Si algo define al Festival de Cannes es que los cineastas seleccionados acuden a presentar sus películas. Cuando en febrero se rumoreaba que Martin Scorsese estrenaría su esperadísima Killers of the flower moon, el delegado general del festival, Thierry Frémaux, afirmaba que la película sería bienvenida siempre que Scorsese estuviese en Cannes. Por eso, la ausencia voluntaria de Víctor Erice para acompañar la proyección de Cerrar los ojos disparaba todo tipo de rumores en los mentideros de la Croisette.
Dos días después de la proyección, el director ha detallado sus motivos en una carta abierta en el diario El País, donde desmiente uno de esos rumores: que el certamen no pudo ver la película completa antes de elegirla. Pero, sobre todo, el texto de Erice es una queja a la comunicación que el festival le ha dispensado durante el proceso de selección, lamentando que no contestase a sus requerimientos para saber en qué sección concreta del certamen colocaba a su película.
Cannes ha respondido horas después: en un comunicado, el equipo de Frémaux se muestra como el “primer sorprendido”. “La selección de la película Cerrar los ojos tuvo lugar en las condiciones habituales del proceso de selección”, afirma el festival y añade que “desde el principio, el diálogo fue permanente con el productor español y distribuidor francés de la película".
Esta es la cronología de desencuentro. Desde que Erice, una vaca sagrada cinéfila que ya presentó en Cannes sus dos últimas películas (El sur en 1983 y El sol del membrillo en 1992), terminó de rodar Cerrar los ojos, los productores de la película apostaron por su puesta de largo en Cannes. El propio Frémaux , al comenzar el festival, mostró su respeto por Erice recordando que en 2010 logró que formase parte del jurado y que, cuando Erice le preguntó los motivos, el delegado general le contestó: “Para que el mundo sepa que sigues vivo”.
El festival tiene dentro muchas secciones y el juego para cualquier película es conseguir la mejor. Competir por la Palma de Oro asegura visibilidad mundial, pero otra posibilidad importante es formar parte de la sección oficial fuera de concurso (como la películas de apertura o Killers of the flower moon este año). Por debajo están los llamados Special Screenings, o la sección llamada Cannes Premiere (donde el año pasado se proyectó As bestas), creada hace tan solo unos años y con un encaje extraño en el festival. Una película en Cannes Premiere apenas tiene tres proyecciones y limitado alcance mediático.
¿Qué dice Erice? Que durante febrero y marzo, mientras Cannes deshojaba la margarita sobre dónde programar su película, la Quincena de Realizadores, una sección independiente del festival que se desarrolla en paralelo, le ofreció lo que podemos llamar 'el pack Francis Ford Coppola': ser la película de inauguración y recibir un homenaje a su carrera, como llevó a cabo con Coppola y Tetro en 2009. La queja de Erice es que se hubiese planteado la oferta de la Quincena si Frémaux le hubiese confirmado antes la sección a la que iba Cerrar los ojos, pero no tuvo respuesta alguna.
El 13 de abril, Cannes anunció sus películas y coloca a Erice en Cannes Premiere. Erice dice que se enteró durante la misma rueda de prensa, aunque el festival precisa que comunicó a la productora su inclusión un día antes, el 12 abril. Que se notificase unas horas antes importa poco para el argumento de Erice, porque igualmente le dejaba sin reacción para ser ya incluido con honores en la Quincena.
Erice dice que el 28 de abril, por carta, comunicó a Frémaux que no asistiría el festival. La molestia de Erice apunta directamente al delegado general: “Nos conocíamos desde hace algún tiempo, lo natural hubiera sido el diálogo y la consulta. Es decir, la consideración del otro. Es justamente lo que he echado de menos en su relación conmigo”, escribe en El País.
Si Erice comunicó su firme decisión de no ir hace casi un mes, no se entiende del todo la "sorpresa" del comunicado, donde se presume que "el propio Thierry Frémaux tuvo contacto con Víctor Erice". La cuestión entra ya en un asunto casi privado de desengaño. El festival no está obligado, aunque también lo hace en ocasiones, a comunicar previamente la inclusión final o no de una película y, al fin y al cabo, Cerrar los ojos aceptó igualmente estar en Cannes Premiere y la decisión de no viajar pertenece solo al director.
El desencuentro se añade a la larga lista de conflictos de Erice con la industria. La acogida de Cerrar los ojos en la prensa española ha sido muy buena en general, pero el estreno mundial, en la sala Debussy (la segunda más grande de Cannes) no estuvo lleno al 100%, algo impensable en un pase de sección oficial. Igualmente, las reacciones internacionales también han sido positivas e incluso el cineasta Hirokazu Kore-Eda, presente en la sala, explicaba a RTVE.es que la película le había parecido "muy buena". La leyenda de Erice no acaba nunca.