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Análisis | Elecciones en Turquía

Kiliçdaroglu, el opositor que ha unificado a los críticos de Erdogan y acaricia la victoria por primera vez

  • Todas las encuestas le dan la ventaja, pero no está claro si evitará una segunda vuelta

  • El candidato ha causado sensación al hablar públicamente de su fe religiosa

MIGUEL CHARTE
8 min.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se juega su futuro político en las elecciones presidenciales y legislativas, y las últimas encuestas, publicadas este viernes, muestran que la oposición, por primera vez, tiene opciones de llegar al poder.

El principal candidato opositor a la Presidencia, Kemal Kiliçdaroglu, encabeza una coalición de seis partidos (de la socialdemocracia al centro-derecha y la derecha nacionalista), y en el Parlamento tendrá que entenderse con otra alianza, más a la izquierda y dominada por los kurdos.

Alianza opositora de seis partidos

Actualmente, el partido de Erdogan, Justicia y Desarrollo (AKP), es el más numeroso en el Parlamento, pero sin mayoría absoluta. Cuenta con el soporte externo de la extrema derecha nacionalista del MHP.

La alianza opositora Millet ("Nación"), también llamada "Mesa de los Seis", pretende romper este dominio aunando a seis formaciones que cubren un amplio espectro político.

El núcleo de la alianza lo constituye el Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata), liderado por Kiliçdaroglu. Le acompañan IYI (derecha secular); el Partido Democrático (centro-derecha); Saadet (islamista conservador) y otras dos formaciones encabezadas por exmiembros del AKP que fueron ministros con Erdogan: Ali Babacan (partido Deva) y Ahmet Davutoglu (Gelecek).

A todos ellos les une el rechazo al autoritarismo de Erdogan y al régimen presidencialista. Por ello han pactado un programa previo (algo inédito en Turquía) que incluye la vuelta a un sistema donde el protagonismo político recaiga en el Parlamento y la presidencia tenga de nuevo un papel simbólico y arbitral.

Estas son las primeras elecciones en las que la oposición tiene una opción real de ganar

En las elecciones locales de 2019, los candidatos opositores arrebataron al AKP las alcaldías de las dos ciudades más importantes: Estambul y Ankara. Desde entonces han ido ganando fuerza para plantear el reto de este domingo.

"Estas son las primeras elecciones en las que la oposición tiene una opción real de ganar", declara a RTVE Bilge Yabanci, politóloga, especializada en Turquía e investigadora con la Universidad de Deusto. "No es una coalición que se haya construido de la noche a la mañana, los partidos han trabajado en ella durante mucho tiempo", añade.

"Prometen el regreso a una democracia parlamentaria y consideran que este será un periodo de transición. Hacen campaña por la justicia, el imperio de la ley, una mejor gobernanza económica y el parlamentarismo", resume Yabanci.

Para muchos turcos, este es un discurso más atractivo que el de Erdogan, que criminaliza a los opositores y a minorías como los kurdos, pero que no parece tener recetas para acabar con los problemas económicos, como la alta inflación o el desplome de la lira.

El líder del CHP, Kiliçdaroglu, también se aleja del estilo de Erdogan, con un discurso tranquilo que apela a la unidad de la sociedad turca en lugar de a la polarización.

El CHP se ha hecho más fuerte, tanto en el sector republicano de la sociedad como en las provincias kurdas

"El CHP se ha hecho más fuerte, tanto en el sector republicano de la sociedad como en las provincias kurdas", asegura Seda Altug, profesora del Instituto de Historia Moderna de Turquía en la Universidad del Bósforo.

"Se ha convertido en un importante actor político. - continúa - Antes lo era sobre todo entre las clases medias educadas y urbanas, en la costa del Egeo, pero ahora se ha convertido en una fuerza en todo el país, con un discurso más socialdemócrata, más inclusivo, étnica y religiosamente hablando, porque las cuestiones étnicas y religiosas en Turquía son muy importantes. Y eso definitivamente se reflejará en el voto".

Kiliçdaroglu apela a la diversidad turca

Un ejemplo de lo anterior es que Kiliçdaroglu se ha atrevido a romper un tabú en la sociedad turca y ha hablado abiertamente de su fe religiosa. El candidato opositor pertenece a la comunidad alevi, una rama del Islam chií que tradicionalmente ha sufrido discriminación en Turquía.

"Nuestras identidades nos hacen ser lo que somos. Y debemos reclamarlas con dignidad, no podemos elegirlas", comienza a decir Kiliçdaroglu en un vídeo difundido en redes sociales. "Pero hay otras cosas cruciales que podemos elegir en esta vida. Podemos elegir ser buena persona, ser honestos, morales, concienciados, virtuosos y justos. Podemos elegir una vida mejor y vivir en un país próspero".

El mensaje, dirigido a los jóvenes (más de 5 millones votan por primera vez), ha causado sensación en Turquía: ya acumula 115 millones de visualizaciones solo en Twitter, y ha sido calificado de "histórico" y "revolucionario".

"Desde el principio, mucha gente, tanto en el partido de Erdogan como en la oposición, estaba en contra de la candidatura de Kiliçdaroglu entre otras cosas porque era alevi - explica Seda Altug - Sin embargo ha hecho un gran movimiento y ha conseguido enmarcarlo como algo positivo".

"Envía un mensaje fuerte de que deberíamos hablar de estas cuestiones más a menudo y más públicamente", reconoce Osman Isçi, miembro de la ejecutiva de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía (IHD).

"No puedo saber sus intenciones, pero es bueno que trate estas cuestiones en su campaña, porque tiene otro vídeo sobre los kurdos, otro sobre las mujeres, los judíos... Se dirige a diferentes segmentos de la sociedad, lo que es bueno. Es una manera de elevar la conciencia sobre las identidades y aumentar la familiaridad con estas comunidades, es la manera de buscar una solución", añade Isçi.

La necesaria participación de los kurdos

Además de Millet, existe una tercera gran coalición en las elecciones turcas. Se trata de la Alianza del Trabajo y la Libertad o "Tercera Alianza", formada por el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, pro-kurdo), el Partido de los Trabajadores y otras formaciones menores.

El HDP no ha presentado candidato propio a la presidencia y en su lugar pide abiertamente el voto para Kiliçdaroglu.

Según Bilge Yabanci, el HDP se mueve por oportunidad política, pero también por convencimiento. Los kurdos, que han apodado a Kiliçadaroglu "el viejo sabio", creen que puede ser una figura moderada y democratizadora, que facilite su participación política en lugar de perseguirles.

Los kurdos suponen aproximadamente una quinta parte de la población turca, por lo que su apoyo puede ser muy importante para el candidato opositor. Sin embargo, muchos viven en las regiones afectadas por el terremoto del pasado febrero, por lo que su acceso a las urnas se verá dificultado.

Turquía prepara las elecciones con dificultades en las zonas afectadas por los terremotos

"Esperemos que con la participación de los kurdos en el Parlamento la política turca sea más pluralista y participativa", añade la investigadora de Deusto.

Por su parte, Seda Altug recuerda que uno de los partidos que forman parte de Millet, IYI, es nacionalista y antikurdo. "Pero necesitan a todos los partidos, necesitan el voto de los kurdos", apostilla.

En cualquier caso, según todos los consultados, el HDP, que actualmente es la tercera fuerza en el Parlamento, con 56 diputados, se mantendría fuera del Gobierno y ofrecería un apoyo externo.

Temor a una segunda vuelta

Todas las encuestas apuntan a una ventaja para Kiliçdaroglu, pero que podría ser insuficiente para evitar una segunda vuelta. No obstante, la retirada, este pasado jueves, de otro de los candidatos, Muharrem Ince, al que los sondeos daban entre dos y cuatro puntos, aumenta la incertidumbre.

Si ninguno de los candidatos supera el 50 % y hay segunda ronda entre Erdogan y Kiliçdaroglu, la oposición teme que se produzcan incidentes, como pasó en 2015, o como ha ocurrido ya durante la campaña.

"Realmente, el margen será muy estrecho", subraya Bilge Yabanci, "Solo se necesita un voto más. Erdogan aún es muy popular y las encuestas no nos dan una imagen completa".

Por ejemplo, no contemplan el voto del exterior, de los turcos asentados en países como Alemania, Francia o Países Bajos, que según Yabanci son pro-Erdogan; ni de aquellos profesionales jóvenes que han abandonado el país en los últimos años huyendo del autoritarismo del presidente, y que previsiblemente darán sus votos a la oposición.

Osman Isçi confía en que una victoria opositora mejore la situación de los derechos humanos. "Las cosas podrían ser peores, pero no puede ser peor que esto si cambia el Gobierno. Si Kiliçdaroglu gana, habrá algunas posibilidades de hablar sobre soluciones. No de la noche a la mañana, llevará tiempo, y nosotros continuaremos nuestra lucha, pero hay algunas indicaciones de que tendríamos un mejor ambiente".

"En Oriente Medio, todos observan las elecciones turcas", asegura por su parte Seda Altug. "Si hay cambio en Turquía, daremos esperanza a la gente que ha estado sufriendo en la región, de distintas maneras, bajo dictaduras y regímenes autoritarios de distinto tipo, durante los últimos 20 años".

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