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Familias que se ahogan entre la inflación y su hipoteca: "Como vuelva a subir, no voy a poder pagarla"

  • El euríbor cerró febrero por encima del 3,5%, lo que encarecerá 300 euros de media la cuota mensual de hipotecas variables

  • Asufin recomienda a los clientes ir al banco antes de la próxima revisión para pedir medidas que alivien sus pagos

RUTH DRAKE
9 min.

América vive con su hijo y su padre en un piso del barrio madrileño de Vallecas. Es peluquera y gana 1.100 euros cada mes, pero casi todo su sueldo va a parar a su hipoteca, que se ha disparado en su última revisión. "He pasado de pagar algo más de 800 euros en diciembre del año pasado a 1.000 euros en enero", cuenta a RTVE.es

El euríbor, índice de referencia para las hipotecas variables en España, entró en terreno positivo en abril de 2022 y, desde entonces, se ha mantenido al alza de forma constante hasta superar el 3,5% en febrero, una cifra que no se veía desde noviembre de 2008, cuando estalló la crisis inmobiliaria. Como consecuencia, muchos hogares que tengan que revisar sus hipotecas variables notarán un incremento de 300 euros de media en su cuota mensual, algo que está ahogando la economía de familias como la de América.

"He pensado muchas cosas, incluso en vender la casa"

En su caso, le quedan diez años de hipoteca y la próxima revisión la tiene este mes de junio. "Como vuelva a subir, no voy a poder pagarla", reconoce, y aunque le gustaría cambiar su situación, su realidad es más compleja. "He pensado muchas cosas, incluso en vender la casa", dice, "pero mi problema es que tengo la hipoteca con mi exmarido, pero él no aporta nada y la estoy pagando yo sola". Además, cuenta que no ha podido acceder a prestaciones porque supera el umbral de ingresos: "No tengo ningún tipo de ayuda, aunque mi hipoteca se lleve la gran mayoría de mi sueldo".

En este contexto, la Asociación Usuarios Financieros (Asufin) recomienda a los clientes más vulnerables que vayan al banco antes de su próxima revisión hipotecaria para pedir medidas que alivien sus pagos y que el Gobierno aprobó en noviembre de 2022, y evitar así la morosidad. "Los problemas los esperamos para el segundo y tercer trimestre de este año", señala su presidenta, Patricia Suárez.

Además, la inflación tampoco facilita la economía de estas familias. Entre lo que América ingresa y lo que paga por la hipoteca, solo le quedan 100 euros para el resto de gastos como la comunidad de la casa, la luz y la comida. "Cuando voy al supermercado, lo paga mi padre con su pensión", cuenta, y compran menos carne y pescado fresco. Su exmarido le ingresa 250 euros para la manutención del hijo que tienen en común, una cantidad que destina a los gastos escolares, pero también a los de la casa. Ella también ayuda en la Despensa de Alimentos de su barrio, y a cambio de su colaboración, hay veces que puede llevarse algunos productos frescos a casa. De esta manera, su economía actual no le permite mirar más allá de estas prioridades: "Yo ya no gasto nada en ocio".

Hipoteca e inflación. Estos son los dos principales factores que merman la economía de muchas familias en España, que se ven forzadas a ajustar cada vez más sus cuentas para poder llegar a final de mes.

Una hipoteca que se lleva casi el 70% de sus ingresos

Carolina es soltera y vive sola en un piso en Madrid donde paga una hipoteca de casi 950 euros y a la que le quedan todavía 13 años para que venza. “Me ha subido casi 300 euros en enero”, cuenta a RTVE.es, “y en la próxima revisión de julio pagaré unos 985 euros”. Aunque tiene un trabajo estable con el que gana 1.400 euros al mes, cuenta con poco más de 400 euros para el resto de gastos.

"Ya no es solo por mí, lo que me preocupa es que podría afectar a mi madre"

"Para mí, el problema es la hipoteca", señala, y aunque ella afronta sola el pago de la cuota, su madre es su aval, de modo que está intentando vender el piso antes de que el euríbor siga subiendo y no pueda seguir pagando: "Ya no es solo por mí, lo que me preocupa es que podría afectar a mi madre".

A esto se añade el reto de ir al supermercado, donde la inflación -que en febrero ha alcanzado el 6% impulsada por los alimentos, sobre todo los frescos- está muy presente en su cesta de la compra diaria. "He tenido que cambiar todos mis hábitos de comida", se queja Carolina, que también ha reducido la compra de huevos, verduras, carne y pescado fresco. Además, se recorre varios establecimientos en busca de ofertas, algo que antes no hacía: "Veo los precios que hay y acabo cogiendo un paquete de salchichas, esa la carne que como".

Este ahorro lo traslada al ámbito energético, controlando la duración de las duchas con agua caliente y calentándose este invierno con una estufa de butano: "Solo la pongo en el salón, en el resto de habitaciones no tengo calefacción y me apaño con edredones". También ha dejado de comprar ropa y ha reducido actividades como el rugby y la danza de telas aéreas, unos hobbies que antes practicaba con más frecuencia.

María espera que el euríbor deje de subir en algún momento

María tiene 63 años y vive en su piso en un barrio de la ciudad de Salamanca. En 2008 le compró la parte a su exmarido y, desde entonces, asume la hipoteca ella sola. Le quedan 15 años para terminar de pagarla y en la última revisión, en octubre del año pasado, "la subida fue considerable y pasé de pagar 280 euros a los 320 que pago ahora", cuenta a RTVE.es. La próxima la tiene este mes de abril y lo que más le preocupa es la parte de intereses dentro del total de la cuota: "Me los han subido un 200% y estoy informándome para ver si pueden incrementarlos de esa manera de una revisión a otra".

Acudir al banco antes de la próxima revisión es precisamente lo que recomiendan desde Asufin. Su presidenta defiende la importancia de la ampliación del Código de Buenas Prácticas y la figura de la Autoridad de Defensa del Cliente Financiero y anima a los usuarios a acudir a la entidad para solicitar medidas que alivien su carga hipotecaria. "No tiene que tener miedo en ir al banco a pedirlas antes de que les pille el tren", explicó el pasado jueves en el Canal 24 Horas, haciendo hincapié en que "no estamos pidiendo que nos regalen nada, (...) sino unas medidas que nos permitan pagar mes a mes".

En este escenario, la banca ha recibido 9.000 solicitudes de adhesión al Código de Buenas Prácticas para deudores hipotecarios, un 15% más que la media mensual del anterior Código, como indicó la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, el pasado jueves. No obstante, esta cifra está todavía lejos de las previsiones del Gobierno, que en diciembre de 2022 estimó que las ayudas para aliviar la carga hipotecaria podrían beneficiar a un millón de hogares vulnerables afectados por la subida del euríbor.

"Quiero creer que esto va a tener un tope y que volverá a bajar, aunque no creo que llegue al terreno negativo"

Entre las opciones de María está -aunque no de forma definitiva- convertir su hipoteca a tipo fijo, como ya hizo en 2016 y 2017, pero no le termina de convencer su rentabilidad actual. "En mi situación, tengo que tirar para adelante como sea. No creo que pueda cambiarme a tipo fijo con buenas condiciones, y tampoco contemplo cambiarme de banco". A pesar de la incertidumbre, María espera que en algún momento el euríbor frene su escalada y a cambiar de tendencia: "Quiero creer que esto va a tener un tope y que volverá a bajar, aunque no creo que llegue al terreno negativo".

Ella es trabajadora fija-discontinua del sector de confección y moda y su temporada abarca desde mayo hasta febrero. Sin embargo, actualmente está cobrando 800 euros del paro y está preocupada por la hipoteca, pero también por el gas, el teléfono, el IBI y la comida. No añade la electricidad a la lista porque tiene el bono social térmico y su recibo no es demasiado elevado.

"¿Sabes cómo se afronta? Recortando de todos los lados"

"¿Sabes cómo se afronta? Recortando de todos los lados", cuenta, "y yo prácticamente no salgo ni me tomo un café fuera de casa". También compra menos pescado, carne y verduras frescas, y opta por los congelados para ahorrarse unos euros. Además, explica que hace poco tuvo que recurrir a Cáritas para poder seguir cubriendo gastos mientras esperaba un subsidio que había solicitado al Ayuntamiento: "Me proporcionaron ayuda económica para pagar la hipoteca un par de meses". Ahora, a pesar de la incertidumbre con respecto a su hipoteca, María mantiene el optimismo: "En mayo empiezo a trabajar y, otra vez, vuelvo a la lucha".

Un paso más allá: desentenderse de la vivienda

Hay otros casos en los que la situación es algo más compleja. Carlos y su exmujer están pensando dejar de pagar la hipoteca de un piso que tienen en común y cuya cuota ha subido de 500 a casi 800 euros.

En su caso, dejaron de habitar la casa hace años porque su relación no terminó de la mejor manera y actualmente cada uno vive con sus padres. No obstante, han estado pagando la hipoteca a medias todos los meses hasta ahora, pero este último incremento ha sido la “puntilla” para tomar la decisión mutua de desentenderse de los pagos de la casa, a pesar del riesgo de embargo. "He hecho el cálculo y me compensa, aunque me quiten algo de la nómina", dice Carlos.

Por tanto, ahora quieren ir al banco para preguntar por la dación en pago y poder extinguir la deuda. En todo caso, abandonar los gastos de la vivienda es la única solución que vislumbran por ahora, ya que la casa, con el paso del tiempo, tampoco está en condiciones adecuadas como para venderla o ponerla en alquiler.

En este contexto, los representantes de usuarios financieros ponen el foco en los incrementos que se van a producir en las próximas revisiones de junio, julio y agosto. Por ello, recomiendan ir al banco, anticiparse y pedir medidas para aliviar la cuota hipotecaria y evitar que aumente la morosidad.

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