Es fácil fundirse con la multitud en Teherán, pero no es tan fácil hacerse invisible. Siempre hay ojos que observan. Los ojos de los Basiyíes, las milicias que velan porque se cumplan las leyes islámicas de la República Islámica y que fueron una herramienta clave para la disolución de las protestas tras la muerte de Masha Amini, la joven de 22 años que falleció a manos de la policía por llevar mal el velo el pasado 16 de septiembre.
En Irán, la estricta vigilancia del régimen ha apagado las protestas en la universidad. Los estudiantes salieron a las calles en otoño, pero han asistido como desde entonces el Gobierno de los Ayatolás ha limitado las comunicaciones y se estima que han sido arrestados al menos 55 periodistas según datos de Reporteros Sin Fronteras.
La fuerte represión que ha causado cerca de 500 muertos y varios cientos de detenidos condenados a penas de prisión y a la horca. Hasta cuatro manifestantes han sido ejecutados, uno de ellos en público, lo que ha provocado que las protestas hayan perdido fuerza de manera notable.
"Acontecimientos recientes"
Para averiguar más sobre esos "acontecimientos recientes", como aquí los llaman, y sus efectos entramos en la redacción del diario Jamejam, de tendencia conservadora y -según las cifras oficiales- el más vendido.
"Te invito a salir a cualquiera de nuestras calles", dice su director RTVE. "La tranquilidad que vas a ver se debe a que el gobierno dio sus explicaciones y alcanzó un acuerdo con la sociedad, en el que prevalece el deseo de mantener la independencia de la nación". Da por zanjadas así las aspiraciones de la juventud iraní, aunque reconoce que gobierno y funcionarios deben entender que, para tratar con las nuevas generaciones, deben cambiar de método.
La universidad de Sharif
En la Universidad de Sharif explican qué método emplearon allí para aplacar las protestas. Dentro no está permitido grabar y en la puerta nadie quiere contestar a nuestras preguntas. pero allí donde la seguridad del recinto no puede verlos hablan.
“Pasé mucho miedo cuando las fuerzas de seguridad entraron en la universidad. La tenían rodeada. “
"Pasé mucho miedo cuando las fuerzas de seguridad entraron en la universidad. La tenían rodeada. Todavía hoy lo pienso y me angustio", dice este estudiante. Este cuenta que los basiyíes tomaron la universidad y ni siquiera podían entrar a dar clase. "Gracias al líder supremo, esos estudiantes fueron detenidos y ahora tendrán una amnistía", cuenta un tercero que sí da la cara.
Según Amintía Internacional, unas 20.000 personas fueron detenidas en las protestas. La organización ha criticado a las autoridades iraníes por lo que considera "juicios farsa diseñados para intimidar a quienes que participan en el levantamiento popular que ha sacudido Irán".
El perdón a presos es una práctica habitual en el aniversario de la Revolución Islámica de 1979, que se conmemora el próximo 11 de febrero, y además de los condenados de las protestas se ha anunciado una amnistía para “decenas de miles” de reos.