Entre el 6 y el 8 de febrero de 1937 y ante el avance de las tropas franquistas sobre Málaga, unos 150.000 malagueños emprendieron la huida a pie hacia Almería por la carretera que une ambas localidades por la costa. En su huida, estos civiles fueron atacados y bombardeados por tierra, mar y aire por las tropas franquistas, con el apoyo de italianos y alemanes. Se estima que murieron entre 3.000 y 5.000 personas. Se cumplen ahora 86 años de este éxodo masivo conocido popularmente como 'La Desbandá' o la masacre de la carretera Málaga-Almería -la "carretera de la muerte"-, uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil que ha permanecido en el olvido durante años pese a ser un genocidio de mayor envergadura que el Guernica, como coinciden en señalar los historiadores actuales.
"Dar visibilidad al mayor genocidio cometido en nuestro país para sacarlo del olvido" es el objetivo de la VII Marcha Integral La Desbandá, organizada por el movimiento memorialista Asociación Socio Cultural La Desbandá que se celebra durante estos días para "contar la historia que nos han ocultado durante ya 86 años", según explica su presidente, Rafael Morales. La marcha arrancó el pasado 2 de febrero en Málaga y llegará este sábado 11 a Almería tras realizar en diez etapas los 250 kilómetros que separan ambas capitales andaluzas por la misma carretera de la costa que recorrió 'La Desbandá'.
Este año, como novedad, acompañan la marcha en coche tres supervivientes de La Desbandá y tres hijas del exilio, entre ellas Carmen Negrín, nieta del último presidente de la República, que cada día participan en charlas en institutos de cada una de las localidades en las que acaban las etapas para trasladar su testimonio a los jóvenes estudiantes. "Es otra asignatura pendiente, que los jóvenes conozcan la historia porque en los libros de texto jamás se ha dado. Y los supervivientes son la historia viva de lo que ocurrió en aquel febrero de 1937", indica Morales.
En esta edición además se está recordando especialmente a las mujeres, que fueron "la columna vertebral" de la huida, señala Lola Sierra, vicepresidenta de la asociación. "Las mujeres tuvieron que tomar el mando de la organización de la huida proque los hombres jóvenes estaban en el frente. Ellas fueron las que procuraron la supervivencia de las familias, de los mayores y de sus niños, y luego además fueron las mayores represaliadas cuando volvieron a su zona origen", indica Sierra.
El homenaje a la mujer se ha personificado en las figuras de la italiana Tina Moldoti y la extremeña Matilde Landa, que fueron enviadas por el Socorro Rojo Internacional para atender sanitariamente a los refugiados junto al médico canadiense Norman Bethune, una figura clave en la evacuación de los refugiados de la "carretera de la muerte" y que se desplazó desde Valencia a Málaga con su unidad de transfusión de sangre para socorrer a la población civil.
Testimonios
Entre esos supervivientes está Manuel Triano, de 86 años, natural del Rincón de la Victoria y que tenía seis meses cuando huyó por la carretera en brazos de su madre y junto a su familia. "Mi madre me contó que tuvieron que huir del Rincón porque venían los moros y cogían a las mujeres y las violaban, les cortaban los pechos y todas esas barbaridades", recuerda, en alusión a los mensajes difundidos por el general Gonzalo Queipo de Llano a través de las ondas de Radio Sevilla advirtiendo de la llegada a Málaga de las tropas de Legionarios y Regulares del ejército franquista.
Triano, que llegó junto a su familia hasta Alicante, recuerda cómo les bombardearon "por tierra, mar y aire" y que los cadáveres, de niños o adultos, quedaban tirados por la carretera "tapados con cañas o ramas porque no había tiempo para enterrarlos". También rememora el hambre que pasaron: "A mi madre se le secaron los pechos del miedo y recogía leche y me la calentaban en una lata cualquiera con cuatro ramillas, sin hervir ni nada, y me la daban. Me dijeron 'te pusiste hasta gordo'".
Respecto a por qué este episodio permaneció tanto tiempo silenciado, Triano recuerda que nunca se hablaba en las casas de este tema porque los padres temían "que alguien los escuchara y acabaran detenidos en el cuartel".
Otra superviviente es Ana Pomares, de 95 años y que tenía 9 cuando vivió lo que recuerda como "una carnicería". "Cuando bombardeaban se corría y no se sabía hacia dónde iba cada uno. Se perdían los niños y las madres, se perdían todos. Y cuando acababan los bombardeos, veías a la gente allí tirada, ensagrentados, niños medio muertos... Una experiencia muy mala", explica.
"Es importante que los jóvenes sepan lo mal que lo pasamos y decirles que eso tienen que recordarlo para que no pase otra vez. Eso se triene que saber y no ocultarlo como quieren ocultarlo algunos que dicen que aquello fue mentira y que no era la gente del pueblo la que salió corriendo, sino los milicianos. Mi padre no era miliciano ni los que íbamos. Es mentira", dice Ana Pomares sobre las charlas en los institutos.
Exposición 'La desbandá, 1937. De Málaga a los Pirineos'
Coincidiendo con la VII Marcha Integral La Desbandá, en la Escuela de Arte de Almería puede visitarse hasta el 25 de febrero la exposición ‘La Desbandá. 1937: De Málaga a Los Pirineos’, promovida por la Secretaria de Estado de la Memoria Democrática, en colaboración de la Universidad de Málaga (UMA) y que ya pudo verse en la capital malagueña entre septiembre y octubre de 2022.
Comisariada por las profesoras de la UMA Encarnación Barranquero y Lucía Prieto, la exposición explica los porqués de la Desbandá desde el punto de vista historiográfico, insistiendo en el sufrimiento de la población civil ante las guerras y ampliando el foco hacia las personas que partieron de otros puntos, como el Campo de Gibraltar, Sevilla, Cádiz o las sierras de Málaga y Almería” y que se unieron a la huida.
Además, la exposición no solo abaca la masacre de la carretera, sino que" sigue el destino de estas masas de malagueños a través también de la España Republicana", ya que, exlica Prieto, cuando los refugiados llegaron a Almería, las políticas de acogida institucionales llevaron a cabo un reparto de los refugiados por toda la zona de la retaguardia de la República llegando incluso a los Pirineos.
En esta exposición se proyecta el vídeo que encabeza estas líneas y que recoge fragmentos del documental sobre la Desbandá titulado El Paseo de los Canadienses, de la productora Quinta Planta Producciones, con testimonios escalofriantes que, como dicen los supervivientes, deben trascender para no caer en el olvido y que la historia no se repita.
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