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Elecciones legislativas Estados Unidos 2022

El control demócrata en el Senado: una victoria que refuerza a Biden y frena el plan político republicano

  • De ganar la Cámara los republicanos, habría tenido la potestad para detener la investigación por el asalto al Capitolio

  • Las políticas de Biden corrían el riesgo de quedar bloqueadas bajo una mayoría republicana que optase por volver a las de Trump

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El triunfo de la senadora demócrata Catherine Cortez en Nevada, que otorga la mayoría de la Cámara a los demócratas, es mucho más que una victoria para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El logro por la mínima en un recuento vertiginoso de este penúltimo escaño que estaba en juego en el Senado, le facilitará la segunda mitad de su mandato gracias a que el partido de Biden se hará con 50 de los 100 diputados y cuenta, en caso de empate, con el voto diferencial de la presidenta de la Cámara, la vicepresidenta del Gobierno, Kamala Harris.

Si el pasado miércoles, sin saber el resultado final de quién controlaría el Senado, Biden ya celebraba haber frenado la "ola roja" - en alusión a los buenos resultados que se suponía iba a lograr el Partido Republicano y que finalmente no consiguió-, lo ocurrido este domingo ha trastocado todos los planes políticos que tenían los republicanos hasta la celebración de las próximas presidenciales en 2024.

El poder político del Congreso de Estados Unidos, compuesto por el Senado y la Cámara de Representantes, es inmenso, ya que aprueba todas las leyes que propone la Casa Blanca. Si los republicanos se hacían con el control, las políticas de Biden corrían el riesgo de quedar bloqueadas en el Capitolio.

Ese bloqueo político habría tenido efectos colaterales. Con un presidente debilitado se dificultaría la gobernabilidad y se fomentaría la inestabilidad, provocando un mayor descrédito de las democracias y, con ello, favoreciendo el discurso populista de líderes como el del expresidente Donald Trump.

Una segunda mitad de mandato más placentera

Al revalidar el escaño de Nevada, los demócratas han logrado mantener el Senado y, en parte, mantener el control de la legislatura, porque esta Cámara tiene la potestad de ratificar o votar los nombramientos de numerosos altos cargos del Gobierno y de los jueces federales, incluidos los del Tribunal Supremo.

Aunque no se esperan bajas en el Supremo durante los próximos dos años, de haberlas, Biden podría elegir un sustituto demócrata que no frenaría sus leyes y, aparentemente, evitaría situaciones como las vividas con la Ley del Aborto.

Además, del Senado dependen los presupuestos para aplicar las leyes, aprobar o rechazar nombramientos del presidente, y puede, incluso, investigar y destituir al presidente a través del famoso Impeachmet.

De haber logrado el control, el Partido Republicano, tenía como objetivos la obstrucción de las políticas de Biden, detener la investigación por el asalto al Capitolio de enero de 2020 y retornar a las políticas de Donald Trump.

Estabilidad a nivel nacional e internacional

No solo a nivel nacional se gana estabilidad. En cuanto a las consecuencias internacionales que habría tenido una victoria republicana, y ya que el Congreso tiene la llave para financiar políticas internacionales, el partido demócrata podría haber visto como se reducía la ayuda económica a Ucrania bajo el argumento de que ese dinero es para paliar la crisis de inflación de Estados Unidos, o haber visto como se restringía o cambiaba la orientación de la ayuda internacional.

Aunque sin duda, lo más trascendente a nivel de ayuda económica en el plano internacional, es que no se frenarán las medidas contra el cambio climático, que tantas veces han sido puestas en duda por parte de los republicanos.

Pero no solo eso. También dependen del Senado la aprobación de jefes de Agencias Federales como pueden ser la Administración de Control de Drogas (DEA) o la Agencia Cntral de Inteligencia (CIA), así como el nombramiento de embajadores.

La Cámara de Representantes, en juego

Ahora, con el Senado bajo control, Biden puede respirar más tranquilo y seguir aplicando muchas de las promesas electorales que corrían el riesgo de caer en saco roto tras dos años de mandato.

Y podría ser una segunda mitad de mandato totalmente plácida en caso de que, contra todo pronóstico, logre mantener el control de la Cámara de Representantes.

Una situación que parece poco probable, pero que se podría dar aun con los escaños que faltan por contar en diversos puntos del país. Las proyecciones de los medios estadounidenses indican que los republicanos lograrían 211 escaños de los 218 necesarios para tener la mayoría de la Cámara, mientras que los demócratas conseguirían 204 representantes.

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