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Análisis | Guerra de Ucrania

La oferta del gobierno polaco a EE.UU. para albergar armas nucleares: propaganda, disuasión y riesgo de escalada

MIGUEL CHARTE
7 min.

El presidente de Polonia, Andrzej Duda, ha declarado esta semana a la revista Gazeta Polska que su Gobierno ha ofrecido a Estados Unidos el despliegue de armas nucleares en su territorio.

"El gran problema de Polonia es que no tiene armas nucleares (...) y no hay posibilidades de que las vayamos a tener en nuestras manos en un futuro próximo. Pero existe una oportunidad potencial de participar en un nuclear sharing. Hemos hablado con los líderes estadounidenses sobre si EE.UU. podría considerar esta posibilidad. El tema está abierto", ha asegurado Duda en la entrevista.

Estados Unidos no ha confirmado que estas conversaciones se estén produciendo. En el Pentágono, a día de hoy, no ven movimientos de Rusia que les lleven a "alterar" su postura "en términos de la paz nuclear", según dijo este jueves Laura Cooper, vicesecretaria de Defensa para Eurasia.

La oferta no es nueva. Ya la hizo en abril el líder del partido gubernamental polaco, el ultranacionalista Partido Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski, que entonces era viceprimer ministro.

Fuentes consultadas por RTVE opinan que se trata de "propaganda" o "rumorología". Además de una decisión que afectaría a toda la Alianza, el despliegue de este tipo de armas en un país tan cercano a Rusia podría provocar una escalada que ni los propios Estados Unidos desean.

Qué es el nuclear sharing en la OTAN

La OTAN como tal no tiene armas nucleares, pero sí las tienen tres de sus miembros: EE.UU., Francia y Reino Unido. La doctrina de la Alianza asegura que parte de la función de disuasión nuclear recae en el despliegue de las armas de EE.UU. en suelo europeo. No obstante, la principal garantía de seguridad nuclear no las proporcionan estas armas, sino la capacidad nuclear estratégica de EE.UU., el "paraguas nuclear", que no necesita de un despliegue en el continente.

El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) destaca en su anuario más reciente que la fuerza aérea estadounidense, la USAF, almacena 100 bombas nucleares en seis bases aéreas de cinco aliados europeos: Kleine Brogel en Bélgica; Büchel en Alemania; Aviano y Ghedi en Italia; Volkel en Países Bajos e Incirlik en Turquía. Se trata de bombas de gravedad (no dirigidas) del tipo B61, considerada muy antigua.

Esto no supone una violación del Tratado de No Proliferación nuclear (TNP) porque en ningún momento se produce una transferencia de armas nucleares (prohibida por los artículos I y II del Tratado): las armas siempre pertenecen y están bajo el control de EE.UU., no de la OTAN ni del país huésped.

Los aliados contribuyen albergando las bombas en sus bases y proporcionando aviones de doble uso, capaces de transportar tanto armas convencionales como nucleares. En esto consiste el nuclear sharing, que podría traducirse por "reparto nuclear", al que se refiere Duda.

Una misión nuclear con estas armas solo podría llevarse a cabo con la aprobación política explícita del grupo de Planificación Nuclear de la Alianza y la autorización del presidente de EE.UU.

Otros siete países dan apoyo aéreo convencional, entre ellos Polonia. Lo que propone Varsovia es elevar el nivel de su participación y albergar armas en alguna de sus bases (como ya hemos dicho que hacen Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía) y que puedan ser transportadas en sus bombarderos, según explicaba este jueves el general Roman Polko, jefe interino del Gabinete de Seguridad Nacional polaco.

¿Disuasión o propaganda?

Duda aseguró que la presencia de armas nucleares en su territorio "debe contemplarse en términos de futuro a largo plazo", porque "Polonia debe fortalecer su seguridad" frente a Rusia.

"Fueron declaraciones disuasorias", añadió posteriormente el general Polko. "Como hemos podido ver, la política de negociación de [el presidente francés, Emmanuel] Macron y [el canciller alemán, Olaf] Scholz no ha tenido efecto. Vale la pena recordar la ineficacia de la política occidental con la Rusia de Putin en 2014", subrayó el jefe del Gabinete de Seguridad Nacional.

Hay que tener en cuenta que Rusia ha blandido varias veces la amenaza nuclear en el conflicto con Ucrania. La última vez, cuando Putin afirmó que tenía un gran variedad de armas muy destructivas para defender territorio ruso y aquellos anexionados en Ucrania. "No es un farol", advirtió.

El viernes, el presidente de EE.UU., Joe Biden, aseguró que "nunca habíamos estado tan cerca del apocalipsis nuclear desde la crisis de los misiles en Cuba", en 1962.

Además, en febrero Bielorrusia, aliado de Moscú y vecino de Polonia, modificó su Constitución para abandonar su estatus como nación no nuclear y permitir la instalación de armas rusas en su territorio.

Juan Tovar, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Burgos, cree que es en ese contexto en el que hay que entender las palabras de Duda. "Es un intento de incrementar la disuasión en caso de un ataque ruso", apunta en declaraciones a RTVE. "Pero no veo a EE.UU. aceptándolo en este momento", añade.

"Es mera rumorología", afirma, por su parte, Vicente Garrido, profesor de la Univeridad Rey Juan Carlos, director del Incipe y uno de los máximos expertos en armas de destrucción masiva en España. "Para tomar una decisión así se necesitarían años, y ni siquiera la tomaría EE.UU., sino que tendría que decidirse en el Consejo Atlántico de la OTAN".

Maciej Stasinski periodista del periódico Gazeta Wyborcza, asegura en declaraciones a RTVE.es que los polacos han recibido las declaraciones de Duda con "indiferencia". "Son fuegos de artificio, propaganda", subraya, a las que ya les tienen acostumbrados los dirigentes del PiS.

"En lugar de cultivar las alianzas políticas, económicas y militares con la UE y con la OTAN como bloque noratlántico que reúne a las principales democracias liberales occidentales, prefieren posar como el alumno aventajado de EE.UU. frente a Europa", dice Stasinski. Recuerda que Duda ya pidió al anterior presidente estadounidense, Donald Trump, que instalara en suelo polaco "la mayor base americana en Europa" e incluso propuso un nombre: Fort Trump.

El periodista polaco reconoce que su país puede ser considerado como el más importante del flanco oriental de la OTAN. "Somos el país más grande, pero las declaraciones denotan otra vez esa voluntad de aparecer como el alumno más aplicado de EE.UU. . Ahora pide armas nucleares presentándose a la opinión pública como un hombre de Estado, preocupado por la seguridad del país".

No hay ninguna encuesta, dice Stasinski, ni ninguna evidencia de que los polacos se sintieran más seguros viviendo con armas nucleares. "De momento no hay petición, ni expectativa, ni apoyo. Fuera de los ámbitos nacionalistas del gobierno ha caído en saco roto", insiste. "No hay síntomas de inseguridad colectiva y pánico, aparte de la indignación y condena por la invasión de Ucrania".

En Polonia no hay síntomas de inseguridad colectiva y pánico, aparte de la indignación y condena por la invasión de Ucrania

En otros países sí se conoce el estado de la opinión pública al respecto. Por ejemplo en Alemania, una encuesta realizada en junio para el programa Panorama de la radiotelevisión pública alemana mostraba que, por primera vez, los alemanes eran partidarios de la permanencia de las armas nucleares estadounidenses.

Riesgo de escalada

Vicente Garrido recuerda que parte de la iniciativa antimisiles de la OTAN tiene como eje a Polonia, pero insiste en que desplegar armamento nuclear es un paso muy diferente. "Hacerlo en un país tan cercano a Rusia implicaría una escalada muy rápida, y no creo que a EE.UU. le interese", explica.

"Incrementaría notablemente la tensión con Rusia - coincide Juan Tovar - Moscú podría interpretarlo a su vez como una amenaza a su seguridad. No creo que tenga ninguna lógica".

En Turquía, otro país cercano a Rusia, las bombas fueron instaladas en tiempos de la Guerra Fría. En cambio, hacerlo en un antiguo miembro del Pacto de Varsovia podría ser considerado por Rusia como un incumplimiento del Tratado OTAN-Rusia de 1997, en el que la Alianza aseguraba que no tenía intención de instalar armas nucleares en los nuevos miembros.

La concepción estratégica de la OTAN acordada en junio en Madrid con la guerra de Ucrania ya en marcha no recogió tampoco ningún cambio sustancial de su doctrina que permita pensar, a día de hoy, en la expansión de su poder nuclear en suelo europeo.

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