La inflación, lejos de tocar techo, sigue escalandoy lo hará este año hasta el 9,1 %, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en sus últimas previsiones ha elevado hasta un punto el alza de los precios con respecto a junio. Esto repercutirá a su vez en la marcha de la recuperación económica, sobre todo el próximo año: España crecerá siete décimas menos de lo estimado, hasta el 1,5 %, lejos del 4,4 % que proyecta para este año. Pese a ello, será el país que más crezca entre las economías de su entorno, donde destaca Alemania, que entrará en recesión con una contracción del 0,7 %.
Son las principales conclusiones del informe de perspectivas económicas que el organismo con sede en París ha hecho público este lunes, donde pone de manifiesto el freno que la economía española y mundial podría experimentar en los próximos meses, en línea con la mayoría de organismos internacionales y con una posible revisión a la baja del Gobierno.
La propia ministra de Hacienda, María Jesús Montero, admitió hace unos días que el Producto Interior Bruto (PIB) español se elevará "en torno a un 2 %" el próximo año. Esto implicaría un recorte de siete décimas desde el 2,7 % del último cuadro macroeconómico que se presentó en julio y que ya supuso un descenso de ocho décimas respecto a la estimación anterior.
La OCDE se muestra más pesimista y cree que el PIB crecerá en 2023 un 1,5 %, lejos del 2,2 % estimado en junio. No obstante, coincide con el Ejecutivo en que la economía mostrará mayor solidez este año: según sus cálculos, España crecerá un 4,4 %, tres décimas más de lo pronosticado antes del verano.
España, la economía que más crece
Aun así, España será el país que más crezca de entre las economías de su entorno: Italia lo hará en un 3,4 % este año (+0,9 puntos con respecto a junio), Francia un 2,6 % (+0,2 puntos) y Alemania un 1,2 % (-0,7 puntos). También crecerá por encima del conjunto de la zona euro, cuya previsión es que el PIB comunitario se eleve hasta el 3,1 % (+0,5 puntos); por encima de Estados Unidos, que se elevará un 1,5 % (un punto menos); e incluso de Reino Unido, que lo hará en un 3,4 % (-0,2 puntos).
Según la OCDE, Alemania seguiría registrando el próximo año las peores cifras entre los países europeos y confirmando, a su vez, los peores pronósticos: registrará una caída de su PIB del 0,7 %, esto es, hasta 2,4 puntos menos que la estimación de junio impulsado por el recorte del gas ruso y sus posibles consecuencias en la economía.
De hecho, los analistas temen que esto provoque un efecto "arrastre" en el conjunto de la eurozona. Y la OCDE tampoco lo descarta: "Una incertidumbre significativa rodea las proyecciones. Una escasez de combustible más grave, especialmente de gas, podría reducir el crecimiento en Europa en 1,25 puntos porcentuales más en 2023, con un crecimiento global que quedaría rebajado en medio punto porcentual y elevando la inflación europea en más de medio punto porcentual".
Francia e Italia, por su parte, apenas crecerán el próximo año: lo harán un 0,6 % (-0,8 puntos) y un 0,4 % (-0,8 puntos), respectivamente. Estados Unidos verá un ligero incremento de su PIB del 0,5 % (-0,7 puntos) y Reino Unido se situará en el 0 %. Mientras que Rusia registrará la peor caída de entre las economías avanzadas: su economía se contraerá un 5,5 % este año y un 4,5 % el que viene, impulsado por las sanciones occidentales como respuesta a la invasión de Ucrania.
“España quintuplicará el crecimiento medio previsto para la zona euro“
Ante este contexto, fuentes del ministerio de Asuntos Económicos señalan que las previsiones de la OCDE "confirman el fuerte crecimiento de la economía española, que en 2022 se ha revisado al alza y superará la media de crecimiento mundial, del G20 y de la zona euro". "En 2023, la economía española quintuplicará el crecimiento medio previsto para la zona euro", destacan.
La inflación cerrará este año en el 9,1 % de media
El principal responsable de estas cifras será, de nuevo, la inflación. En el caso de España, la OCDE estima que cerrará el año en el 9,1 % de media, un punto más que en su anterior previsión. Las perspectivas tampoco son halagüeñas para el próximo año: aunque la inflación se moderará, se situará en el 5 %, dos décimas más que lo proyectado en junio.
Con el fin de poner freno a los altos precios, los bancos centrales han endurecido sus políticas monetarias en los últimos meses y advierten de que seguirán haciendo en lo que resta de año. Así, el BCE ha subido los tipos hasta el 1,25 %, alcanzando niveles de 2011; el Banco de Inglaterra, hasta el 2,25 % y la Reserva Federal, entre el 3 % y el 3,25 %. Según la OCDE, estas medidas son "un factor clave que frena el crecimiento mundial".
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Para el organismo "el apoyo fiscal es necesario para ayudar a amortiguar el impacto de los altos costes de la energía en los hogares y las empresas". Aunque alerta: "Debería ser temporal, concentrarse en los más vulnerables, preservar los incentivos para reducir el consumo de energía y retirarse cuando las presiones de los precios de la energía disminuyan". Asimismo, apuesta por acelerar la transición ecológica.