La ONU ha denunciado que los prisioneros de guerra ucranianos en manos de Rusia o de los grupos armados que siguen sus instrucciones están sufriendo torturas y malos tratos, así como falta de alimentos y de atención médica, en medio de la propagación de enfermedades transmisibles.
La situación es particularmente alarmante en el campo de prisioneros de Olenivka, ubicado en la provincia de Donestk, ocupada por Rusia y donde a finales de julio se produjo un bombardeo que mató a medio centenar de internos, entre los cuales se encuentran los soldados ucranianos que defendieron la ciudad de Mariúpol.
"Hemos documentado una serie de violaciones contra los prisioneros de guerra. Se nos ha dado acceso total a los lugares de detención e internamiento en territorio controlado por el Gobierno de Ucrania, pero Rusia no nos ha dado acceso", ha dicho la representante de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, Matilda Bogner.
En una teleconferencia desde Odesa con la prensa en Ginebra, Bogner ha señalado que se tiene información creíble de que los prisioneros ucranianos son golpeados a su llegada a los centros de internamiento y que los enfermos de hepatitis, tuberculosis u otras enfermedades no reciben tratamiento ni son separados del resto.
Más de 400 detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas
La ONU asegura que ha documentado como al menos 416 personas fueron sometidas a detención arbitraria y desaparición forzada en territorio ocupado por Rusia o en áreas controladas por las fuerzas armadas rusas y grupos armados afiliados en el momento de los hechos. De estas personas, 16 fueron encontradas muertas y 166 fueron liberadas.
La misión también ha registrado 51 detenciones arbitrarias y otros 30 casos que podrían ser similares a desapariciones forzadas perpetradas por las fuerzas de seguridad ucranianas.
La ONU obtuvo "acceso sin obstáculos" a los lugares de detención controlados por Kiev, mientras que Moscú no permitió el acceso a los prisioneros de guerra retenidos en su territorio o en áreas controladas por las fuerzas prorrusas, ha dicho Bogner.
Bogner también ha señalado que la ONU tiene conocimiento de que al menos cuatro mujeres prisioneras de guerra que están embarazadas se encuentran retenidas por Moscú y grupos armados afiliados. "Instamos a la Federación Rusa, como potencia detenedora, a considerar la liberación inmediata de estas mujeres por motivos humanitarios", ha agregado.
La tortura "sería un crimen de guerra"
Esta situación es tanto más preocupante cuanto que hemos documentado que los prisioneros de guerra en manos de "las fuerzas armadas rusas o grupos armados afiliados" han sufrido actos de tortura y malos tratos y que, en algunos lugares de detención, no tienen alimentos, agua, atención médica y saneamiento adecuados”, ha agregado.
La tortura en particular, si se prueba en los tribunales, "sería un crimen de guerra", ha explicado Matilda Bogner, que encabeza la misión de vigilancia de los derechos humanos en Ucrania, durante una actualización de la situación por videoconferencia desde Odessa.
La ONU también ha denunciado que Rusia está reforzando la represión en el territorio ucraniano de Crimea, que se anexó en 2014 y donde no tolera ningún viso de crítica a su agresión a Ucrania, según Bogner, que ha señalado el aumento de detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y torturas en ese territorio. Las violaciones de los derechos humanos en la península han sido una constante desde que está bajo control ruso, pero la situación se ha agravado en los últimos meses, mientras la atención internacional se concentra en la guerra.
Desde el inicio de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, el pasado 24 de febrero, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ha estado recopilando información sobre una serie de violaciones sufridas por los prisioneros de guerra.
Se da la circunstancia de que la Oficina de Derechos Humanos de la ONU ya había denunciado esta semana que Rusia está procediendo a "traslados forzosos" de niños ucranianos no acompañados a su territorio y poniéndolos en disposición de familias rusas para la adopción.