La amenaza de Rusia de un corte del suministro del gas apremia a Europa a tomar medidas de ahorro energético. Junto al acuerdo de los Veintisiete de un recorte del 15 % del gasto para poder garantizar el abastecimiento a lo largo invierno, países como Alemania, Francia o Grecia, igual que España, ya están determinando acciones y directrices que afectan al comercio, la industria, pero también a los hogares.
Alemania
Alemania es uno de los países más dependientes del gas ruso y, por ello, se adelantó al establecer un plan de emergencia energética. Así, primero, dio luz verde a que las empresas de servicios públicos puedan repercutir los altos precios de la energía a sus clientes para reducir la demanda y ha decretado también restricciones con las que espera reducir el consumo del gas entre un 2 y un 2,5 %.
El Consejo de Ministros alemán ha aprobado este miércoles un decreto para ahorrar energía a corto plazo que incluye la limitación a 19 grados de la calefacción en los edificios públicos este invierno -salvo en los hospitales y otras instalaciones de uso social- y la prohibición de encender las luces de edificios públicos, monumentos, escaparates y publicidad entre las 22 y las 6 horas.
A través de la nueva normativa, el Gobierno establece también el cierre del agua caliente para el lavado de manos en los edificios públicos no residenciales (también para las piscinas privadas) y prohíbe que los locales comerciales con calefacción puedan mantener las puertas abiertas.
Este plan a corto plazo entrará en vigor el 1 de septiembre y se extenderá durante un periodo de, al menos, seis meses. En cualquier caso, son medidas a las que las principales ciudades alemanas, como Berlín o Hannover, ya se habían adelantado y ahora serán obligatorias para todo el país. Múnich incluso decidió apagar los semáforos en momentos de poco tráfico.
Igualmente, como plan a medio plazo, el Ejecutivo de Olaf Scholz quiere obligar a mejorar la eficiencia energética en edificios públicos y privados, unas medidas que entrarán en vigor el 1 de octubre si salen adelante en el parlamento.
Francia
El Gobierno francés ha abogado por prohibir la publicidad luminosa en todas las ciudades entre la 1 y las 6 de la mañana, con algunas excepciones como las estaciones de tren y los aeropuertos que no cierran por la noche. La norma estaba en vigor desde 2018 para reducir la contaminación lumínica, pero las autoridades han reafirmado ahora su propósito de hacerla cumplir.
La ministra francesa de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, anunció también un decreto que prohibirá que los comercios tengan las puertas abiertas mientras el aire acondicionado o la calefacción estén encendidos, mientras se restringe la temperatura a 19 grados en invierno y 26 en verano en los interiores.
Son medidas de ahorro energético que ciudades como París o Lyon promulgaron antes, aunque el Ejecutivo quiere extenderlas a todo el país. Según avanzó en una entrevista Pannier-Runacher, el incumplimiento podría acarrear multas de hasta 750 euros por dejar las puertas abiertas o 1.500 euros por no apagar los carteles luminosos durante la noche.
No obstante, la primera fase es más informativa y el gabinete de Emmanuel Macron ha creado grupos de trabajo con distintos ámbitos (autoridades locales y regionales, industrias...) de cara a hacer cumplir las medidas, que aspiran en conjunto a reducir un 10 % del consumo para 2024. Para ello, las empresas deberán realizar su propio "plan de sobriedad".
En el contexto del diálogo social, la recomendación del teletrabajo está "sobre la mesa", aunque la decisión dependerá de las organizaciones, puntualizó la ministra.
Grecia
A principios de julio, Grecia decretó una serie de medidas para ahorrar energía en edificios e instalaciones del sector público, que incluía restricciones a la climatización en el interior: 27 grados en verano y 19 grados durante el invierno. Además, obliga a apagar todos los equipos de oficina, así como la calefacción y el aire acondicionado, en las zonas en las que no haya empleados.
Estas restricciones van acompañadas de otras acciones para mejorar el rendimiento energético de los edificios y optimizar el alumbrado público, lo que esperan que pueda reducir el consumo al menos un 10 %.
Italia
En Italia las calefacciones de gas en Italia funcionarán este invierno quince días menos y tendrán un límite de temperatura máximo, reducido en un grado. Así lo ha decretado al fin de su mandato el Gobierno de Mario Draghi.
Estas medidas están incluidas en el Plan de Reducción del Consumo de Gas, dividido en dos estrategias: la diversificación de la fuente, que ha conseguido suplantar a Rusia con Argelia como primer suministrador, y la reducción de la demanda interna de esa materia, recoge Efe.
El decreto establece una temperatura máxima de 17 grados, con dos de tolerancia, para los establecimientos dedicados a actividad industrial o artesanal y de 19 grados, con otros dos más o menos de tolerancia, para el resto de edificios. También incluye una serie de excepciones, ya que la limitación no se aplicará a hospitales, ambulatorios o centros similares, a las guarderías o en piscinas y saunas.
Portugal
Y en esta línea podría avanzar Portugal, cuyo Ministerio de Medio Ambiente y Acción Climática ha encargado a la agencia energética nacional -ADENE- un estudio sobre las medidas adoptadas en otros países de la Unión Europea para reducir el gasto en edificios públicos y demás ámbitos, según recoge la prensa lusa.
España
España es uno de los países que ya ha dado luz verde a sus decretos para ahorrar energía de cara al invierno. El Gobierno obliga a apagar los escaparates y los sistemas de iluminación exteriores a partir de las 22 horas. Además, la norma establece que, hasta noviembre de 2023, los aires acondicionados de edificios administrativos, espacios comerciales o culturales, los espacios comunes de los hoteles, cines o estaciones de transporte no deben estar por debajo de los 27 grados, mientras que en invierno los sistemas de calefacción no podrán superar los 19 grados.
Antes del 30 de septiembre, se deberá contar con un sistema para mantener las puertas cerradas y evitar así el derroche energético cuando estén funcionando los sistemas de calefacción o refrigeración. No obstante, se contemplan algunas excepciones como los hospitales, centros educativos, peluquerías, gimnasios, medios de transporte y lavanderías.