La guerra en Ucrania ha puesto en guardia a la OTAN, y muy especialmente a los países miembros que fueron en su momento parte de la URSS o estuvieron en la órbita soviética. Tienen muy reciente la influencia de Moscú y temen un enfrentamiento abierto con Rusia.
Uno de esos territorios es Suwalki, una franja de terreno de 96 kilómetros en la frontera entre Lituania y Polonia. Comparte nombre con una cercana ciudad polaca y se trata de un lugar estratégico, ya que es la única vía de comunicación terrestre entre los países bálticos y el resto de Europa. Conforma, además, la distancia que separa el enclave ruso de Kaliningrado -muy importante militarmente para el Kremlin- de Bielorrusia, un país aliado de Moscú.
Una carretera de doble sentido, en paralelo a la frontera entre Lituania y Polonia, nos acerca poco a poco a territorio ruso. En el camino, apenas se ven coches o personas, solo granjas y ganado; y en ese mundo tranquilo encontramos al pueblo de Zytkiejmy, al norte de Polonia, en el que sus vecinos viven con una preocupación: están a tan solo un kilómetro del exclave ruso de Kaliningrado.
“Tenemos miedo, todos, pero, ¿qué podemos hacer?”, cuenta a TVE Arthur, vecino del lugar, que traduce al inglés lo que cuenta otro de los habitantes del pueblo.
“Lo van a hacer, claro que lo harán. Es cuestión de tiempo”, dice el segundo vecino, en referencia a una posible invasión por parte de Rusia. Desde que comenzó la guerra de Ucrania, se ha multiplicado la tensión en la zona.
Aparente normalidad ante el miedo a Rusia
En esta ciudad, que pertenece a Polonia, su alcalde ha dado orden de no hablar sobre este tema. Quieren transmitir una imagen de normalidad, de ciudad segura, pero no todos sus vecinos piensan lo mismo.
"Putin es putin y todo puede pasar", comenta uno de los habitantes. "Hace unos meses no podíamos imaginar una guerra en Ucrania", añade.
Suwalki no es un pueblo pequeño, tiene 70.000 habitantes y en sus calles, por primera vez, escuchamos la palabra OTAN: "Creo que la OTAN nos ayudará me siento segura", comenta una mujer a las cámaras de TVE.
Sin embargo, la realidad es que la Alianza Atlántica. Sabe bien que se trata de un punto crítico, por su situación geográfica, enfrente está Kaliningrado, un territorio ruso muy militarizado, con misiles con capacidad nuclear.
Milicias de civiles entrenan ante un posible ataque en Lituania
En Lituania, más de 10.000 civiles están organizados en milicias, como la Unión de Fusileros Lituanos. Es precisamente cerca de la frontera con Rusia donde más alerta están. “Si tenemos algún conflicto, estamos muy cerca, a quince o veinte minutos”, cuenta a TVE un fusilero mientras señala las distancias en un mapa.
Todos ellos son voluntarios y colaboran con el gobierno. Antes del conflicto bélico en Ucrania, recibían del Estado dos millones de euros, ahora reciben cuatro y el próximo año recibirán 30.
"No es una organizacion politica, somos muy estructios con esto, somos ciudadanos responsables", explica el comandante, que se esfuerza una y otra vez en distanciarse de cualquier vínculo nazi. “No tenemos ideas radicales, no somos gente radical”.
Desde la invasion de Ucrania, cientos de ciudadanos se han unido a las milicias. Es lo que ha hecho Ineta, una mujer granjera de 43 años que, dice, quiere "saber qué hacer" en caso de ataque.
Sharuma, un hombre lituano miembro de estas milicias, cuenta que tiene cinco armas en su casa y que lleva tres años entrenando para no fallar si llega el momento: "No creo que Rusia sea tan estúpida como para atacar a la atacar a la OTAN, pero, pero... tampoco nadie se esperaba que atacaran Ucrania", dice Sharuma.
En ese pero, en ese por si acaso, está la tensión que viven en el corredor de Suwalki.