Ucrania ha retirado sus tropas de la estratégica ciudad de Severodonetsk, en el este del país, cuando se cumple el quinto mes de la guerra. Es el mayor revés para Kiev desde que el puerto de Mariúpol cayó en manos rusas. En las últimas 24 horas, Moscú ha lanzado decenas de misiles contra instalaciones militares y civiles del país, y la situación de los habitantes de las localidades cercanas a la primera línea del frente continúa siendo muy complicada.
El principal problema es la falta de alimentos, por lo que grupos de voluntarios se encargan de distribuir comida en estas zonas. El capellán militar Igor Chernenko encabeza una de estas organizaciones que cuenta con la colaboración de varias iglesias protestantes.
"Hay bombardeos cada noche"
Chernenko asegura a un equipo de TVE que la población "agradece el alimento físico y el espiritual", ya que decenas de personas también se reúnen para rezar mientras esperan arremolinados el reparto de productos de primera necesidad. Los alimentos más demandados son los no perecederos como las legumbres y el arroz, ya que la falta de suministros de luz y agua hacen imposible la conservacion de productos frescos.
"Hay bombardeos cada noche", señala Svetlana, una de las vecinas afectadas que como tantos otros ucranianos se mantiene en las áreas cercanas a la primera línea de fuego por pura necesidad.
La logística de los hospitales también se ve afectada por el desabastecimiento. Carecen de botiquines para atender a los heridos y a cambio recibieron mascarillas para protegerse del coronavirus durante la pandemia, cuentan los sanitarios.