Las sirenas antiaéreas han vuelto a sonar este sábado en buena parte de Ucrania, con el ejército ruso redoblando sus ataques. Según medios locales, tanto en la capital, Kiev, como en la ciudad de Leópolis, en el oeste del país, se han registrado fuertes explosiones, cuando se cumplen 52 días del inicio de la invasión rusa.
Mientras, en el puerto sitiado de Mariúpol, escenario de los combates más duros de la guerra y la peor catástrofe humanitaria, las tropas mantienen la presión en sus avances. "La situación es muy difícil en Mariúpol", ha afirmado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien ha añadido que "nuestros soldados están bloqueados, los heridos están bloqueados, hay una crisis humanitaria".
El Ministerio de Defensa de Rusia ha asegurado que había despejado de fuerzas ucranianas toda el área urbana de Mariúpol y que solo unos pocos combatientes resisten en la acería de Azovstal, escenario de repetidos enfrentamientos. Una información que por el momento no ha tenido respuesta por parte del Gobierno ucraniano.
Las autoridades regionales reportaron tres ataques aéreos rusos en la región de Kiev a lo se suman otros bombardeos registrados en el este de Ucrania. Sin embargo no hay información sobre víctimas o daños en estas zonas.
El alcalde de Kiev ha asegurado que equipos de rescate y sanitarios están trabajando en el lugar de explosión en las afueras de la capital, en un distrito situado en la orilla izquierda del río Dnipro, y que al menos una persona ha muerto. El Kremlin ha afirmado que ha destruido una fábrica de tanques en Kiev, después de que el viernes atacara otra instalación similar en la capital.
En su parte diario, el portavoz de Defensa, ígor Konashénkov, ha señalado que anoche fueron destruidas con misiles de alta precisión un total de 16 instalaciones del Ejército ucraniano en varias regiones del país, incluyendo dos depóstitos de cohetes en la región de Mykolaiv, en el sur del país.
Mientras Leópolis, capital cultural del país, ha sufrido un ataque que se ha prolongado durante una hora y cuarto, ha informado el gobernador regional. El Ejército ucraniano ha asegurado que aviones rusos procedentes de Bielorrusia dispararon misiles en esta localidad, cercana a la frontera polaca y que cuatro misiles de cruceros fueron interceptados por sus defensas aéreas.
Leópolis apenas ha sufrido el fuego enemigo desde el inicio del conflicto y sirve como asilo para refugiados y agencias de ayuda internacional.
Después de que Rusia anunciara hace dos semanas que iba a concentrar su ofensiva en el Donbás, en el este de Ucrania, los bombardeos sobre la capital y otras zonas del interior se han repetido en los últimos días como represalia por el hundimiento de su buque insignia Moskva, aunque Moscú sigue negando que el fuego enemigo fuera la causa y lo achacan a un incendio accidental.
El Ministerio de Defensa ucraniano, sin embargo, afirma que el barco fue alcanzado por un torperdo, lo que llevó a su hundimiento, y uno de sus portavoces ha asegurado que, en contra de los que han dicho las autoridades rusas, la tripulación, formada por 500 personas, no pudo ser rescatada. Una información que no ha podido ser confirmada por ninguna fuente independiente.
Asedio a Mariúpol
Las fuerzas rusas han utilizado por primera vez misiles de largo alcance en su ataque a Mariúpol, ha dicho el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk. En la ciudad portuaria, el Ejército de Moscú y las milicias separatistas de Donetsk "liberaron por completo" la planta metalúrgica de Ilich, según el Jremlin. En esa planta algunos de los soldados de la 36ª Brigada de Infantería de Marina de Ucrania se rindieron el miércoles.
La estratégica ciudad de Mariúpol, junto al Mar de Azov, es una de las principales metas de los rusos en su esfuerzo por lograr el total control de la región del Donbás y formar un corredor terrestre en el este del pais desde la anexionada península de Crimea.
Las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk (RPD), reconocida por Moscú como Estado independiente, participan junto con las tropas rusas en la batalla por hacerse con el control total de Mariúpol. Según las autoridades locales, unos 20.000 civiles podrían haber muerto en la ciudad, donde aún permanecen unas 100.000 personas en condiciones de precariedad extrema.
Analistas militares de distinto signo coiciden en que hay indicios de que Rusia prepara una gran ofensiva en el Donbás, donde Ucrania mantiene una fuerza de más de 40.000 hombres.
Ante esta situación, el Gobierno de Kiev ha redoblado su peticiones de armamento pesado a sus socios occidentales, en particular a los países europeos. "Ucrania necesita armas. No en un mes, ahora", escribió hoy en Twitter el asesor de la Presidencia ucraniana Mijailo Podolyak, quien admitió que la Unión Europea proporciona armas, "pero no las que les hemos pedido".
"Evacuar, mientras aún sea posible"
Los ataques han dejado víctimas mortales en otros puntos del país, según funcionarios ucranianos, que han informado de que al menos dos civiles han muerto y cuatro han resultado heridos.
En la región oriental de Lugansk, una persona ha muerto y tres han resultado heridas por un bombardeo, ha informado el gobernador Serhiy Gaidai. "Evacuar, mientras aún sea posible", ha pedido Gaidai, asegurando que hay autobuses listos para aquellos civiles que quieran abandonar la región.
Mientras, en Poltava una persona ha muerto y otra resultó herida en un pequeño pueblo cerca de la capital regional, ha afirmado el gobernador Dmytro Lunin en una publicación en Telegram. El Kremlin ha asegurado que en esta zona ha destruido un almacén de medios de comunicación y radares, así como un depósito de misiles antiaéreos del Ejército.
Junto la localidad de Gusarovka, en el noreste de Ucrania, fue atacada una zona donde se hallaban emplazadas unidades de la 95ª Brigada Aerotransportada de Asalto de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
La artillería rusa, según el Kremlin, ha atacado un total de 811 objetivos, entre ellos 43 puestos de mando de unidades ucranianas, ocho convoyes con combustible y 760 lugares de emplazamiento de efectivos. Además, según el portavoz castrense ruso, la defensa antiérea rusa derribó un avión de asalto Su-25 de las Fuerzas Aéreas de Ucrania junto a la ciudad de Izium, en el noreste ucraniano.
Según ha afirmado el presidente Volodímir Zelenski, entre 2.500 y 3.000 soldados ucranianos han muerto y unos 10.000 han resultado heridos en las siete semanas transcurridas desde el inicio de la invasión, aunque no ha dado datos sobre víctimas civiles. En una entrevista en la CNN, Zelenski ha estimado que entre 19.000 y 20.000 soldado rusos han muerto en el conflicto, aunque Moscú solo ha reconocido 1.350 víctimas mortales en sus filas.