El objetivo del Gobierno español es abordar la COVID-19 como una "enfermedad endémica" similar a la gripe estacional, según ha confirmado este lunes el presidente Pedro Sánchez. Un cambio de estrategia en el que el Ejecutivo "lleva trabajando desde hace semanas", junto con el Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) y la Ponencia de Alertas. Para justificar esta decisión, Sánchez ha destacado que "la situación" de la pandemia "no es la de hace un año", ya que "conocemos mejor al virus y a la espera de lo que digan los informes, ómicron parece que tiene una incidencia más leve".
Aunque tampoco ha ofrecido muchos detalles sobre cómo serían los nuevos parámetros para gestionar la pandemia, sí que ha adelantado que se abandonaría, por ejemplo, el control exhaustivo de casos, lo que implicaría una menor cantidad de pruebas diagnósticas. "Es un debate necesario", ha asegurado el presidente del Gobierno, quien ha aludido a que "la ciencia nos ha dado la respuesta para protegernos y reducir los contagios entre la población y vemos que la letalidad no es la que tuvimos a principios de primera ola". "Tenemos las condiciones para, con precaución y poco a poco, ir abriendo ese debate a nivel técnico", ha planteado.
Con una incidencia de contagios en niveles inéditos, los especialistas prevén que aún no se ha llegado al pico de esta sexta ola, aunque podría estar ya cerca una vez que se han superado las fiestas navideñas. Es cierto que estos niveles desbocados no se han traducido, de momento, en un incremento proporcional en el número de hospitalizaciones, ingresos en UCI y fallecimientos, incluso contando con el infradiagnóstico presumible que se está produciendo; pero la saturación de la atención primaria y de la red de vigilancia es más que evidente, a lo que se suma una avalancha de bajas laborales que podrían poner en serios apuros no solo al sistema asistencial, sino a la prestación de todo tipo de servicios y a gran parte del tejido productivo.
Para algunos expertos, una relajación de la vigilancia, con el objetivo de centrarse principalmente en los casos graves y en las hospitalizaciones, supondría "hacer trampas al solitario". Es la opinión de Daniel López Acuña, epidemiólogo y exdirector de Acción Sanitaria de la OMS, quien declara a RTVE.es que "no vamos a dejar de tener el problema por dejar de contar". "El error está en pensar que el problema ya no existe por no contabilizar los contagios, o por reducir el número de días de aislamiento, o por establecer cuarentenas en los colegios con cinco niños en lugar de mantener lo que se tenía… El problema sigue estando ahí, y tiene que ser abordado", expone, e indica que en España "lo que ha fallado es una adecuada reorientación de la atención primaria para atajar el gran aluvión de casos de COVID". "Si dejamos de actuar, lo que vamos a tener son más contagios", resume.
López Acuña cree que esta estrategia "puede ser razonable más adelante, cuando la enfermedad en efecto se endemice, pero en estos momentos no hay base científica para decir que esto se ha convertido en una endemia". "No se gripaliza el virus por decreto. Estos anuncios de que vamos a planificar la gripalización yo creo que son totalmente confusos y poco rigurosos", sostiene, recalcando los peligros de "banalizar" la sexta ola.
"Esto no ha pasado"
Por su parte, Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), se muestra "prudentemente optimista" con la evolución de la pandemia durante los próximos meses, aunque también advierte de que "no podemos saltar a la euforia y pensar que esto ya ha pasado y nos podemos infectar libremente", ya que se trata de un "mensaje equivocado". "La mayor parte de los infectados no se van a enterar, o van a tener un cuadro muy leve, pero hay algunos que van a enfermar de forma grave, sobre todo la gente no vacunada", alerta.
Sobre si es conveniente llevar a cabo un cambio de estrategia para abordar la pandemia, este inmunólogo considera que "aún hay que esperar un poco más". "No tengo claro que podamos ya decir que esto va a ser un catarro y libre albedrío, porque creo que todavía es demasiado pronto", dice, aunque apunta a que, efectivamente, "el escenario previsible en los próximos meses es que el coronavirus se quede entre nosotros como un catarro fuerte o una gripe que no va a producir demasiada hospitalización, aunque va a seguir provocándola". "El problema es que la hospitalización de la campaña de la gripe dura de finales de diciembre hasta marzo, y esto si nos viene cada dos o tres meses, a ver quién lo aguanta", manifiesta a RTVE.es.
La importancia de la vacunación
La también inmunóloga Matilde Cañelles coincide en que la COVID-19 "en algún momento se va a poder tratar como una gripe", aunque cree que "hacerlo ahora es demasiado pronto". "Sí que es verdad que los datos que van entrando de ómicron son muy alentadores y dan la impresión de que en un momento dado se va a poder hacer, pero no hay que olvidar que eso está supeditado a que estemos poniendo las vacunas y las dosis de refuerzo que hacen falta", prosigue, para advertir de que un relajamiento excesivo "va a provocar que psicológicamente la gente se muestre más reacia a ponerse las dosis de refuerzo, y a tomar medidas cuando haya una prevalencia alta".
"Esto es una gripe si estás poniéndote tus dosis de refuerzo cada vez que haga falta. Si no, no lo es. De hecho, la variante ómicron comparada con delta produce enfermedad menos grave, pero si la comparas con la variante original es un 50% más grave en una persona que no haya pasado la enfermedad ni esté vacunada", asegura a RTVE.es esta científica del CSIC.
Cañelles vaticina que esta sexta ola "va a ser rápida", igual que ha sucedido en Sudáfrica y parece que es la dinámica de Reino Unido. "En todos los países que han alcanzado el pico está yendo igual: sube muy rápido y baja muy rápido. Se contagia tantísima gente que llega un momento en el que no queda nadie por contagiar", explica.
Sin embargo, también se muestra convencida de que "esto no se ha acabado", ya que "después de la ola ómicron, vamos a estar relativamente tranquilos, porque ha habido vacunaciones masivas y quien no se ha vacunado ha pasado la enfermedad", pero "dentro de cuatro o cinco meses aparecerá otra variante, y no creo que nos pille tan bien vacunados ni tan bien preparados como lo ha hecho esta. Dependerá de hasta qué punto nos hayamos relajado, sigamos poniendo dosis de refuerzo, y cuánto consiga evadir la respuesta inmunológica".
Vacunas, atención primaria y protección
En esta misma línea, el epidemiólogo Daniel López Acuña cree que la evolución de la pandemia durante los próximos meses va a depender principalmente de tres medidas que a su juicio no convendría relajar bajo ningún concepto: vacunación, refuerzo de la atención primaria y medidas de protección. "Primero hay que seguir vacunando, porque todavía hay muchos agujeros negros. Solo tenemos el 30% de los menores de 12 años vacunados, tenemos casi un 20% de la población de 20 a 40 años sin vacunar con pauta completa, y vamos relativamente bajos con la tercera dosis especialmente en la población de 40 a 60 años", puntualiza.
"Al mismo tiempo hay que reforzar y reorganizar la atención primaria, y no se está haciendo lo necesario, ni inyectando los recursos ni tomando los planes de contingencia para seguir funcionando a pesar de las bajas laborales", continúa, para finalizar pidiendo que "sigamos a rajatabla con las medidas de protección como la mascarilla, la distancia física y las no aglomeraciones".