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La sexta ola pone a la atención primaria contra las cuerdas: "Estamos haciendo medicina de batalla"

SAMUEL A. PILAR
7 min.

"Sexta ola, sexto colapso", con esta sencilla frase define Salvador Casado, un médico de familia de Madrid, la situación actual de la atención primaria en su comunidad autónoma, que es similar a la del resto de España. La variante ómicron ha dinamitado la calma de los últimos meses y la incidencia se ha vuelto a disparar, con un volumen de contagios hasta ahora desconocido, que marca nuevos récords día tras día. Además, casi nadie duda de que lo peor está aún por llegar.

Sin embargo, esta sexta ola va a ser muy diferente a las cinco anteriores. Primero, por el alto grado de vacunación de la población española, que aunque en muchos casos no le librará de la infección, sí que lo hará de los efectos más graves de la enfermedad, evitando esa secuencia temporal que tristemente se ha repetido tantas veces desde el comienzo de la pandemia: hospitalización, UCI y muerte. Y segundo porque ómicron está demostrando una manifestación clínica mucho más leve que las variantes predecesoras, por lo que el porcentaje de ingresos hospitalarios es menor.

Aunque este escenario se ha convertido en una nueva tormenta que se cierne sobre una atención primaria exhausta después de casi dos años de pandemia y la mayor campaña de vacunación de la historia, que ha recaído en buena parte sobre ella. "Tenemos los centros médicos colapsados, pero de catarros, mocos y patología leve", describe el doctor Casado, quien explica cómo en la situación actual es imposible que salgan las cuentas: "Yo tengo una consulta ordenada y tranquila, y eso significa entre 30 y 35 pacientes al día. Pero ahora estoy viendo como mínimo 50 pacientes cada día. Es un aumento del 40% al 50%".

Una atención primaria "invisible"

Salvador Tranche, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), describe a RTVE.es la situación crítica que atraviesa la atención primaria, agravada por el hecho de que "los políticos y los gestores sanitarios están mirando para otro lado". "Estamos enormemente preocupados, porque tenemos una notable sobrecarga. Nos preocupa mucho que la atención primaria siga siendo invisible, y todos los indicadores, tanto del Ministerio de Sanidad como de las comunidades autónomas, solo se fijan en las hospitalizaciones y en los ingresos UCI, cuando el volumen de la sobrecarga asistencial, en esta oleada mucho más, está en atención primaria", manifiesta.

Tal y como cuenta, el principal inconveniente de esta situación es que está sobrecargando la actividad asistencial ordinaria, lo que a su vez genera importantes demoras en la atención. En estos momentos, solicitar una consulta con un médico de familia en España tiene un retraso medio de casi seis días.

El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de una batería de propuestas para intensificar la vacunación y frenar la escalada casi vertical de contagios, que incluye la vuelta de la mascarilla en exteriores, tampoco ha sido acogida con buenos ojos por los médicos de familia, quienes las califican como "algunas de dudosa eficacia y otras claramente insuficientes". "Debería haber tomado alguna medida relacionada con las interacciones sociales; de reducción de las reuniones familiares, sobre todo de ocio nocturno, que se ha demostrado que sí que controlan la pandemia", opina Tranche, quien asegura que "da lo mismo la variante, lo que tiene clara relación con el descontrol de la pandemia es la interacción social. Esto lo hemos visto en oleadas anteriores, pero en esta muchísimo más, con lo cual estas Navidades pueden ser tremendas".

"Nosotros no estimamos que bajemos de cifras de contagios hasta la segunda quincena de enero o primera de febrero. Uno puede tener la sensación de que ahora es menos grave que en oleadas anteriores, pero con este volumen de contagios, al final las cifras van a ser peores que las anteriores, a pesar de que las hospitalizaciones y las muertes sean mucho menores", augura.

Oportunidad "perdida"

Para Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), "el Gobierno español perdió este miércoles una gran oportunidad para ofrecer un apoyo real a la atención primaria, de la misma manera que cuando la necesidad fue de los hospitales y recibieron apoyo, con un esfuerzo de inversión que ahora mismo estamos agradeciendo, eso no se ha hecho en atención primaria, donde se están poniendo parches mínimos".

Las medidas anunciadas por Pedro Sánchez para intensificar la vacunación incluyen la contratación de personal sanitario jubilado y prejubilado, así como un plan de acción en atención primaria y comunitaria, que prevé aumentar el número de profesionales sanitarios disponibles y mejorar sus condiciones laborales, reduciendo la temporalidad por debajo del 8%. "No confiamos en este refuerzo prometido, si además la inversión no llega ni a 300 millones de euros", valora Armenteros para RTVE.es.

"Lo único que pedimos es que se escuche a los médicos, que es algo que no se ha hecho. Es casi es un grito de desesperación. No es una cuestión de dinero, es una cuestión de condiciones de trabajo, de dignidad para poder trabajar, de poder prestar la atención como debes. Estamos haciendo una medicina de batalla", se lamenta el portavoz de la SEMG.

Las enfermeras, "desbordadas, defraudadas y agotadas"

Dentro de la nueva tormenta que se abate sobre los servicios de atención primaria, las enfermeras se están llevando una parte muy importante de esa carga de trabajo. Este colectivo define su situación actual con tres palabras: "desbordadas, defraudadas y agotadas". "Lo único que se está haciendo es parchear, y exigir a los profesionales sanitarios un sobreesfuerzo que está minando su salud física y emocional. Tenemos a las enfermeras agotadas, ola tras ola, sin ser capaces de poder recuperarse", define a RTVE.es María José García, portavoz del sindicato de enfermería SATSE.

"Es demencial y nosotros lo vivimos con absoluta desesperación, porque otra vez más lo que estamos sintiendo es que las administraciones están haciendo oídos sordos y echándonos encima una carga de trabajo inasumible. Las enfermeras están agotadas en todos los sentidos, y terminan haciendo muchas más horas en su jornada laboral que nadie les reconoce. Pero si lo hacemos es porque la compañera de turno que después entra no va a poder con lo que tiene", agrega.

No solo vacuna

Además de la polémica medida de retomar la mascarilla en exteriores, el plan anunciado por el Gobierno para afrontar esa temida coincidencia de ómicron y Navidad descansa en gran parte en intensificar la vacunación, con terceras dosis y población pediátrica. Pero los médicos advierten de que "quizá estamos volcando mucho en las vacunas, porque de esta pandemia no vamos a salir solo con vacunas". "Las vacunas nos están salvando de que no estemos contando muertos, pero no evitan el contagio", expresa Isabel Jimeno, que es médica de familia en Madrid.

"Las vacunas dan una cierta impresión de seguridad y tranquilidad, igual que ocurre con los test. Pero es una falsa seguridad, que quizá se debe a que no se ha transmitido todo lo bien que deberíamos. Vacunas sí, y están salvando vidas, y cuanto más vacunada esté la gente, mejor. Pero es muy importante la prevención y el seguimiento. Tenemos que adoptar otra serie de medidas que ayuden a las vacunas", pide para evitar en la medida de lo posible ese incremento de contagios que se está cebando con la atención primaria y amenaza con llevarla hasta límites desconocidos durante toda la pandemia.

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