El juego del calamar, la exitosa serie de Netflix dirigida por Hwang Dong-hyu, ha generado preocupación entre padres y profesores de varios centros escolares que observan atónitos cómo los alumnos emulan la trama en la vida real. En la primera temporada de la serie, 456 personas sin recursos compiten en juegos aparentemente infantiles, juegos tradicionales como el escondite inglés, la cuerda o las canicas.
Pero si alguien no pasa alguna de las pruebas, es automáticamente asesinado, mientras que la última persona que quede en pie ganará el premio: una cantidad ingente de dinero. Si la temática de la historia ya genera debate entre la población adulta, los expertos se preguntan qué pueden entender las mentes más jóvenes.
El colegio Teresa de Calcuta, ubicado en Madrid, incluso ha llegado a advertir de la situación a los padres del alumnado mediante una circular ante la recreación de las pruebas de la serie en el recreo. Como medida adicional, el centro ha dado un paso más prohibiendo que en Halloween se utilice el atuendo de los protagonistas como disfraz. Esta clase de contenido audiovisual, recuerdan los expertos, no es adecuada para menores de 16 años.
“Si yo filtro agresividad, yo reproduzco agresividad“
"A nosotros, particularmente, nos advirtieron de que estaban jugando al escondite inglés en esta versión radical", explica Pedro González, padre de dos alumnos del colegio. En su opinión, "hemos llegado a unas cotas de tolerancia con esos contenidos que no son apropiadas". Hay quienes, por otro lado, centran el foco de atención en las familias y se preguntan: ¿es responsabilidad de los padres el contenido audiovisual que consumen los hijos?
En este punto, algunos psicólogos recuerdan el impacto negativo que esta clase de escenas tienen en los menores. Elena Daprá, psicóloga clínica, cree que la labor parental es fundamental: "El niño no es capaz de filtrar por la madurez que tiene... Si yo filtro agresividad, yo reproduzco agresividad. Es muy importante que los niños aprendan que las cosas que hacen tienen consecuencias".
José Luis Pedreira, psiquiatra y coordinador científico de la Estrategia Estatal de Salud Mental, también resalta que el peligro radica en que los niños vean estos contenidos en un momento en el que se está configurando su desarrollo mental, imitando, identificando e interiorizando.
"Los estudios que hay dicen de manera clara que cuando por debajo de los 15 años un niño ha visto y vivido la violencia, tiene mucha mayor tolerancia a la violencia y la ejerce", advierte.
La escena se repite en otros colegios europeos
Los patios de recreo españoles no son los únicos que han detectado el mismo fenómeno. También en otros países como Bélgica, varios centros educativos han alertado de la recreación de estas escenas haciendo uso de violencia. El problema ha provocado que las escuelas envíen a los padres una circular advirtiendo de la peligrosidad de simular el "juego".
En Reino Unido, la Policía ha interceptado mensajes en redes donde se anima a participar en una competición similar. En este caso, al perdedor se le dispara en la cara con una pistola de aire comprimido.
Tras el estreno el pasado 17 de septiembre de la primera temporada, Netflix ha anunciado este miércoles que la segunda temporada se emitirá, seguramente, a finales de 2022. Mientras tanto, el séquito de fans ya indaga en referencias japonesas anteriores, como Battle Royale, As the Gods Will y Alice In Borderland y otras sagas como Los juegos del hambre.