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Festival de San Sebastián

Marion Cotillard: "La subordinación de la mujer ya no se sostiene"

ESTEBAN RAMÓN (San Sebastián)
4 min.

Auténtico puente del cine europeo y estadounidense, Marion Cotillard ha recogido el Premio Donostia por su incontestable carrera e iluminado el arranque del festival con su emocionado abrazo con Penélope Cruz -amiga y compañera de reparto en Nine- durante la ceremonia de inauguración.

La otra gran actriz europea de su generación, que presenta en el festival Competencia oficial, ha sido la encargada de entregar el galardón. Tras fundirse en un largo abrazo, Cotillard ha roto a llorar: “No me lo esperaba. Me encanta esta mujer, te quiero”. Y ya con el Donostia en la mano -y los labios de Penélope Cruz en la mejilla- Cotillard ha agradecido el premio y presentado Bigger than us, documental sobre el activismo que produce.

Horas antes, en rueda de prensa, Cotillard ha mirado atrás, recordando la ansiedad de sus inicios. “Los comienzos de la carrera de actriz se basan en los deseos de los demás, en los deseos que un realizador proyecta a través de ti. Aquellos con los que trabajamos en el comienzo de nuestra carrera son importantes toda nuestra vida”, explica.

Su carrera evolucionó hasta poder satisfacer sus propios deseos. Especialmente a partir del Oscar por dar vida Edith Piaf en La vida en rosa. “Marcó un antes y un después. Me abrió al cine internacional, especialmente al inglés y americano. Crecí con el cine americano, pero nunca soñé poder hacer una carrera fuera de mi país. El sueño se amplificó”. Su trabajo desde entonces también ilumina el cine europeo al otro lado del Atlántico, como demuestra la nominación al Oscar que recibió por Dos días, una noche, de los hermanos Dardenne.

Un poder, no lo esconde, que ha sido vital en lo personal. “En los años 40 y 50 se fabricaban las estrellas y había una negación de la vida familiar. Ahora vivimos una época diferente, se ha logrado un equilibrio y la vida familiar se celebra. Sin vivir cierta normalidad no encontraría la inspiración ni el deseo de estar en un plató y encarnar personajes alejados de mi manera de ser. Y cuanto más diferente es el personaje, más satisfacción encuentro en el trabajo. Por eso es tan importante para mí esa capacidad de elección”.

Francia y su ADN cultural

Preguntada por la importancia de la cultura en Francia, reflejada en la pompa de funeral de estado tras el fallecimiento del actor Jean Paul-Belmondo, Cotillard ha reflexionado sobre la pasión cultural de su país. “El cine se inventó en Francia y está en nuestro ADN cultural. Tenemos la suerte de tener una gran riqueza cinematográfica y nos beneficiamos del apoyo del Gobierno, que es necesario. La cultura celebra la vida y cuestiona el mundo. Y también está en el ADN francés cuestionarlo todo y, gracias al cine, pueden amplificar esa reflexión”, argumenta.

La actriz ha valorado el auge del feminismo en el último lustro.“La subordinación de la mujer, desde hace pocos años, ya no se puede sostener. Nunca se pudo soportar, pero con el MeToo ya ni se mantiene; me congratulo de vivir este momento. Hoy una mujer sabe que puede tener el respaldo de una comunidad de hombres y mujeres. Hoy ya hay acciones que no se toleran. La mujer está logrando una revolución merecida”.

Sobre la importancia de los silencios en las interpretaciones, Cotillard afirma que “es algo vertiginoso” donde reside “la energía y sutileza” del trabajo interpretativo. “La belleza del cine es que es la energía de la vida. Y cuando queremos transmitir necesitamos adquirir cierto ritmo y en la vida hay silencios que dicen más que las palabras”.

Productora de los jóvenes activista en Bigger than us

Cotillard presenta también en San Sebastián Bigger than us, un documental sobre distintas formas de activismo alrededor del mundo. “Siempre me han encantado los documentales que dan un testimonio sobre el sistema, a veces inhumanos, en el que vivimos. Me gusta aprender y con los documentales se aprende mucho. Conocer a estos jóvenes que quieren cambiar el mundo me ha hecho mucho bien, así que también lo he hecho de forma egoísta”, expone con humildad.

¿Siente Cotillard que las figuras públicas tienen una responsabilidad social? “No sé si es necesidad o responsabilidad. Sinceramente preferiría que no hubiese necesidad de luchar contra un sistema o las desigualdades, pero dentro de mí siento la necesidad de usar mi fama, para, quizá, poner luz y mostrar activistas como en Bigger tan us. Se trata de un deber también, como si tuviese que devolver parte de la atención que recibo. Pero mi responsabilidad es que tengo que estar a la altura de cada papel”.

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