Un plato de comida caliente, hecho desde el fogón de la solidaridad y aderezado con el sabor de la cocina afgana. Es la bienvenida que han elaborado desde la ONG World Central Kitchen (WCK) en las cocinas del barrio de Santa Eugenia de Madrid para los refugiados afganos que se encuentran en la base aérea de Torrejón de Ardoz.
En cifras, más de 50 voluntarios junto a chefs profesionales elaboran alrededor de 2.000 menús diarios distribuidos entre desayunos, comidas y cenas. Estas elaboraciones son supervisadas por Nadia Ghulam, educadora social, periodista y escritora afgana, que acudió a la llamada para colaborar con los cocineros. “Le damos un sabor y un olor que gusta mucho al pueblo afgano”, explica Nadia, que ha sido la encargada de brindar su conocimiento sobre la cocina de su tierra para que los alimentos fuesen lo más cercanos posible al gusto de los comensales.
“"Le damos un sabor y un olor que gusta mucho al pueblo afgano"“
Voluntarios de la ONG World Central Kitchen LUCÍA ZUJEROS
"Hemos tenido que hacer pedidos por la noche"
Nadia Ghulam dejó atrás el horror de la guerra en Afganistán hace 15 años. Hoy vuelve a revivir, confiesa, el horror de un pasado trágico que creía olvidado. Afganistán había cambiado mucho en los últimos años, la gente tenía esperanza y ahora, emocionada, denuncia la incertidumbre ante la que se encuentran los que han abandonado las fronteras de su tierra y los que se ven obligados a quedarse.
La esperanza es lo último que se pierde y, desde las cocinas de la WCK, intentan arropar con un poco de comida caliente a los más de 1.700 colaboradores afganos que han trabajado con el Gobierno español en los últimos 20 años. Olivier Belleroche, responsable de cocina en Madrid, explica el procedimiento que siguen para que los alimentos lleguen a los afganos: “Hemos tenido que hacer pedidos por la noche, recibir pedidos prontísimo, cocinar; envasar y el mismo día distribuir. Nosotros montamos las mesas previamente junto a la ayuda de los voluntarios de Cruz Roja. Los comensales vienen, van haciendo una cola respetando las medidas de seguridad y se van sentando, mientras nosotros les vamos trayendo la comida caliente”.
Un proceso aparentemente sencillo, pero que no sería posible sin la cadena humana que se ha formado desde las cocinas hasta la base aérea. “Menos mal que estaban todos los voluntarios apoyando desde el primer día. La verdad que hemos tenido una respuesta estupenda”, concluye con satisfacción el mismo Olivier.
La ONG World Central Kitchen prepara cerca de 2.000 picnics diarios LUCÍA ZUJEROS
Los voluntarios, una de las partes más importantes
Carne de ternera, pollo o verduras aderezados con algo de comino, han sido algunos de los ingredientes que se han empleado en los platos. Desde la delicadeza, el respeto y la empatía, cada uno de los voluntarios, desde las cocinas hasta los responsables del reparto, han querido aportar su granito de arena para ayudar en esta crisis humanitaria.
Las entregas de las diferentes comidas corren a cargo de Cruz Roja y los cuerpos de protección civil. Entre las manos que colaboran en esta misión, encontramos las de Álvaro Hortelano, bombero de Bomberos Unidos Sin Fronteras, que participa en los repartos. Para Álvaro, este pequeño gesto consigue mejorar el semblante cansado y derrotado de los afganos: “Cuando empiezan a comer, como es una comida familiar, les cambia la cara totalmente”.
Las cocinas centrales de la ONG World Central Kitchen LUCÍA ZUJEROS
La “nueva vida”, un signo de interrogación
Un 84% de los refugiados afganos, llegados a España, ya ha sido realojado en diferentes comunidades autónomas. La preocupación ahora se cierne sobre su futuro. Tanto para los que se quedan como para los que han salido, la “nueva vida”, según Nadia, es un signo de interrogación. No obstante, mantiene viva su esperanza y propone la creación de puentes entre los diferentes países, mientras afirma, contundente, que seguirá luchando por la paz y para que nadie más pase por ninguna guerra.
“"Cuando empiezan a comer, como es una comida familiar, les cambia la cara totalmente”“
La mayoría de estas personas son niños y mujeres que, gracias a personas como Nadia, Olivier o Álvaro pueden abrazar la esperanza de un nuevo comienzo, una oportunidad para intentar empezar a vivir.