Con casi una hora de retraso y solo cuatro barcos ha zarpado este viernes la "flotilla de apoyo a Cuba", que se propone llegar a 15 millas de la isla para hacer saber a los cubanos que protestan contra el Gobierno que tienen su respaldo.
Se desconoce si durante la travesía hacia Cayo Hueso, donde los barcos pararán a repostar y serán revisados por la Guardia Costera, se irán sumando nuevas embarcaciones y si también lo harán botes que estén esperando en ese puerto de los Cayos de Florida.
Alex Dennes, a bordo de una embarcación, ha declarado al medio local CBS Miami que el viaje valdrá la pena porque una vez que los vean "el régimen cubano va a estar más motivado a reducir su acción". Este inmigrante cubano que llegó a EE.UU. a la edad de 13 años, ha lamentado la lenta acción del presidente estadounidense, Joe Biden, y ha subrayado que este "no es momento de política, sino de humanidad".
El cubano-estadounidense Osdany Veloz, uno de los organizadores, subrayó el jueves a Efe que tienen todos los permisos de la Guardia Costera de Estados Unidos para el "evento" de solidaridad con el pueblo de Cuba que se manifiesta contra el Gobierno de la isla desde el pasado 11 de julio. Aclaró que no piensan entrar en territorio cubano. "No vamos a tocar tierra ni aguas de Cuba".
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de EE.UU. reiteró la víspera de la salida de la flotilla que para entrar en aguas cubanas se necesita un permiso y quienes infrinjan esa norma se enfrentan a penas de 10 años de prisión, multas de 25.000 dólares al día y el decomiso de la embarcación.
También advirtió de que el castigo para quienes introduzcan ilegalmente a extranjeros en Estados Unidos es de cinco años de cárcel y una multa de hasta 250.000 dólares por día.
Las embarcaciones navegarán unas cuatro horas desde Miami hasta llegar a Cayo Hueso. En ese punto, a unas 15 millas de Cuba, los botes apagarán sus motores y quedarán a la deriva, pero deberán corregir su posición cada 15 minutos, según el plan publicado en las redes.