España ha entrado en una nueva fase epidémica: la preocupación se centra ahora en la incidencia del coronavirus en la población joven, que no está vacunada. Los contagios de COVID-19 en este grupo de edad se han desbocado y ya suponen más del triple que la media. Según los últimos datos aportados por el Ministerio de Sanidad, la incidencia nacional se encuentra ya en 317 casos por cada 100.000 habitantes, aunque entre los veinteañeros este indicador se sitúa en un nivel comparable al de los peores momentos de la pandemia: más de 1.000 casos.
Aunque es la vacunación la que está marcando la verdadera diferencia en esta quinta ola, ya que a pesar de una incidencia de contagios disparada, los ingresos hospitalarios y en UCI, así como los fallecimientos, se mantienen de momento en mínimos. Una calma tensa que los especialistas califican como engañosa, ya que a medida que vaya incrementándose el número de ingresos también crecerá la gravedad de los síntomas y, en última instancia, la mortalidad.
Javier es un buen ejemplo de que nadie está a salvo de sufrir la cara más amarga de la COVID-19, ni siquiera los más jóvenes. A sus 17 años, ha permanecido dos semanas ingresado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, de los que cuatro días los pasó en la Unidad de Cuidados Intensivos. "No quiero volver ahí", es prácticamente lo único que acierta a responder cuando le piden que describa cómo fue la experiencia.
Reinfección, más grave que la primera
El caso de Javier también sirve para demostrar que haber superado la enfermedad previamente no supone la garantía completa de protección, ni tampoco de que la segunda vez vaya a ser más leve que la primera. Este adolescente se contagió de COVID en septiembre pasado, debido al positivo con un contacto muy estrecho. Pero la enfermedad se desarrolló de manera asintomática, y él prácticamente ni se enteró. Ahora, cuando se ha vuelto a infectar, ha tenido que permanecer cuatro días en la UCI, por decisión de los profesionales médicos que lo han atendido.
"Tuvo una insuficiencia respiratoria grave, en el contexto de una neumonía bilateral que progresó a lo largo del ingreso, y eso fue lo que hizo que el soporte respiratorio que podemos dar en planta se quedase escaso", ha narrado al Telediario de TVE Rita García, del servicio de Medicina Interna del Gregorio Marañón.
"Me dijeron 'te vamos a bajar a la UCI' y yo no sabía lo que era porque es la primera vez que estoy ingresado", recuerda Javier, quien llegó a pensar que aquel podía ser su final. "Estaba tan mal, y me dolía todo, y dije: 'parece que no voy a salir de esta'", reconoce, y pone un ejemplo del miedo que llegó a sentir en aquellos instantes: "Vino el cura a confesar y me preguntó si quería confesarme, y yo le pregunte si iba a morir, y él se rio".
Llamamiento a la responsabilidad
Javier desconoce cómo se infectó, porque asegura que "no frecuentó discotecas" y "mantuvo las medidas de seguridad". "Después del curso fui solo a un restaurante a comer, y puede que lo pillara ahí", especula sobre el posible origen de la infección. Ahora, hace un llamamiento a la responsabilidad: "No iría a una discoteca con mucha gente o un estadio donde hay mucha gente".
Javier ha superado la enfermedad, aunque nunca olvidará esta experiencia. Ya le han dado el alta y se encuentra en su domicilio junto con su familia, pero con su testimonio quiere recordar a otros jóvenes que el virus no respeta ninguna edad.
Mientras, para poner freno a los contagios en franjas de edad como la de Javier, en muchas comunidades ya están vacunando a los jóvenes de más de 16 años. Aunque no todos los padres tienen claro si hay que vacunarles. "Lo mejor para nuestros hijos es que no enfermen, que no se contagien de COVID y para eso la mejor forma es vacunarse", es la respuesta de María José Cilleruelo, de la Asociación Española de Pediatría, para tranquilizar a esos progenitores que tienen dudas.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ya ha aprobado el uso de la vacuna COVID en el grupo de 12 a 16 años, y otros países además de España ya la están administrando. Además, en estos momentos ya se está estudiando en la UE el uso de estas vacunas al grupo de 5 a 12 años, y se espera la aprobación antes de fin de año.