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Toser sin parar: las secuelas de Verena tras pasar el COVID

J. GARCÍA / A. GARCÍA / RTVE MURCIA
3 min.

En ciertos casos, las personas afectadas por COVID-19 pueden seguir mostrando síntomas asociados a la enfermedad semanas o incluso meses después de haberla pasado. Estos pacientes tienen lo que se llama Covid persistente y los síntomas pueden ser muy diversos. Pueden ir desde fatiga, dolores de pecho hasta, en casos más graves, coágulos en sangre o accidentes cerebrovasculares.

Más concretamente, el perfil del paciente con covid persistente suele ser una mujer de entre 30 y 50 años de edad, que sufren síntomas durante más de seis meses. Lo dice una encuesta publicada por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) con más de 2.000 pacientes. Los síntomas descritos han llegado a ser más de 200 y no siempre tienen la misma duración.

¿Se imaginan toser sin parar?

Uno de esos pacientes es Verena, una joven de 16 años del municipio murciano de Santiago de la Ribera. Vive una pesadilla desde que se contagió de coronavirus hace 6 meses. Casi sin poder acabar una frase sin toser varias veces. Con problemas para dormir y con miedo a salir a la calle al llamar la atención por sus constantes tosidos.

Cuando sales la gente te mira, cuchichea, se aparta y eso no es algo que le haga sentir bien a nadie

Se contagió de coronavirus en octubre y más de seis meses después tiene Covid persistente. Su vida ha cambiado completamente y necesita de ayuda psicológica. "Cuando sales, la gente te mira, cuchichea, se aparta y eso no es algo que le haga sentir bien a nadie", explica a RTVE en una conversación que se ve interrumpida por sus espasmos continuos. Tiene que comer siempre sola porque al toser todo el tiempo, no puede tragar de forma normal y acaba expulsando la comida.

Esas toses tan grandes han creado en su cerebro esa orden que a día de hoy sigue

Pero no solo tiene tos como secuela, Verena también sufre de inflamación en las articulaciones. "Me levanto y a veces tengo una mano que parece un globo y a los dos o tres días ha bajado", relata. Además, la tos afecta a su nervio óptico y al oído.

No hay otro caso igual en toda España. Sus padres están desesperados por encontrar una solución. Nacho García, su padre, relata que cuando estaba pasando la infección tenía ataques de tos muy fuertes, que le hacían hasta desmayarse. "Se ve que esas toses tan grandes han creado en su cerebro esa orden que a día de hoy sigue", afirma, tratando de encontrar una explicación.

La COVID persistente podría afectar al 10% de los contagiados

Pero ¿cómo avanza la investigación sobre COVID persistente? Según declaraciones a RTVE.es de Pilar Rodríguez Ledo, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), queda mucho por hacer en relación a la COVID persistente, ya que podría afectar al 10% de los contagiados por el virus y puede ser uno de los retos sanitarios más importantes después de la pandemia.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la COVID persistente es que aún no tiene una definición establecida a nivel internacional,  complicando su reconocimiento y el establecimiento de protocolos. Ante ello, la Organización Mundial de la Salud ha hecho un llamamiento a los países a priorizar estudios que den respuesta a esta dolencia para conocer sus causas, efectos o tratamientos.

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