El mes de abril es clave para el despegue de la vacunación contra la COVID-19 en España. Según las previsiones del Ministerio de Sanidad, la llegada de dosis se va a triplicar durante el segundo trimestre del año, hasta junio, y esto obliga a plantearnos si las comunidades autónomas cuentan con los recursos y el personal suficientes para administrarlas de manera eficaz.
"Estamos preparados para organizar una campaña de estas dimensiones, tanto si es exclusivamente con el personal sanitario existente en España en la actualidad, como si es con personal añadido", expresa a RTVE.es Isabel Jimeno Sanz, responsable del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), quien alude así a la posibilidad de que "probablemente haya que echar mano, como se ha hecho en otros países, de personal jubilado, personal con experiencia en administrar las vacunas o en supervisarlo". Comunidades autónomas como Madrid ya han autorizado la incorporación de médicos y enfermeros jubilados para ampliar la capacidad de vacunación frente al COVID-19.
En abril la disponibilidad de vacunas va a ser muy superior a la de los meses anteriores, con especial protagonismo de la vacuna de Pfizer, de la que se esperan al menos 1,2 millones de dosis semanales. Desde que reformara las instalaciones de su planta en Puurs (Bélgica) para incrementar la producción, Pfizer ha demostrado una gran regularidad en la entrega de dosis, al contrario de lo que ha sucedido con AstraZeneca.
Además de esos aproximadamente cinco millones de Pfizer solo en el mes de abril, hay que tener en cuenta la llegada de nuevas dosis de AstraZeneca, que se sumarán al más de un millón que la farmacéutica anglo-sueca envió el pasado jueves y que fueron distribuidas entre las comunidades autónomas durante Semana Santa. Sin embargo, está previsto que España solo reciba siete millones de dosis de AstraZeneca hasta junio, en lugar de los 18 prometidos.
Pero hay que considerar que también en abril, aproximadamente a mediados de mes, se comenzará a inocular la segunda dosis de AstraZeneca en las personas que recibieron la primera cuando se comenzó a administrar esta vacuna en España a mediados de febrero, ya que tiene una pauta de entre 10 y 12 semanas entre la primera dosis y la de refuerzo.
5,5 millones de dosis de Janssen en dos meses y medio
La entrada en escena de la vacuna de Janssen durante la segunda quincena de abril va a suponer un balón de oxígeno importante para el proceso de vacunación en España. Pero durante el primer mes solo se recibirá un lote inicial de 300.000 dosis. Será en los dos siguientes meses cuando aumente considerablemente sus envíos, hasta alcanzar los 5,5 millones de dosis en total antes de que finalice junio (1,3 millones de dosis en mayo y 3,9 millones en junio), que servirán para inmunizar completamente a otras tantas personas, ya que se trata de una vacuna monodosis.
Además, hay que tener en cuenta que en este segundo trimestre del año se espera la llegada de 3,5 millones de dosis de Moderna, y que hay otras dos vacunas a punto de ser aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA): Curevac y Novavax, que en breve podrían sumarse a las otras cuatro ya comercializadas en la UE. La rusa Sputnik V también está en proceso de evaluación por parte del regulador comunitario, y la china Coronavac está a las puertas, por lo que, aunque algo más tarde, podrían reforzar la campaña de vacunación contra la COVID-19.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, ha asegurado este lunes que el objetivo de llegar al 70% de vacunados -el umbral estimado para alcanzar la inmunidad de grupo- a lo largo del verano en España "está al alcance de la mano". "Es fundamental que sea la vacuna la que gane tiempo al virus", ha afirmado la ministra, dentro de esa previsión que tanto el Gobierno español como la Comisión Europea mantienen desde el inicio de las campañas masivas de vacunación.
Más de 8,5 millones de dosis hasta ahora
Hasta este lunes 5 de abril, España ha administrado más de 8,5 millones de dosis de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Andalucía, en primer lugar, seguida por Cataluña y Madrid, son las comunidades autónomas que más dosis han administrado, superando todas el millón.
Grandes espacios de vacunación
La responsable del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) asegura que tan importantes es" vacunar al máximo de gente en el menor tiempo posible" como "facilitar a la población el acceso a la vacunación". "Creo que en atención primaria estamos totalmente dispuestos a facilitar ese acceso; a hacer el esfuerzo que haya que hacer, porque es el momento de hacerlo", añade.
Para asumir el incremento de dosis, va a ser fundamental la apertura de grandes centros de vacunación, una estrategia que persigue acelerar el ritmo de inoculaciones y evitar la saturación de los centros de salud. Valencia va a vacunar en la Ciudad de las Artes; Madrid lo hará en el Wanda, el Zendal y el WiZink Center, mientras que Cataluña ha previsto la apertura de seis grandes centros. En Andalucia, País Vasco, Galicia, Canarias o Aragón también se dispondrá de espacios de características similares, dentro de una estrategia que se va a generalizar en las principales ciudades españolas.
Aunque en los centros de salud también se seguirá vacunando. "Lo más lógico es que las personas con patología y las personas mayores se sigan desde atención primaria. Estamos perfectamente dispuestos a abrir fines de semana solo para vacunar. Somos sanitarios y sabemos lo que nos estamos jugando, porque esto es una pandemia y la solución es la vacunación", expresa Isabel Jimeno Sanz, quien apunta a otras soluciones creativas, como la vacunación en coche en el propio centro de salud: "Puede ser muy útil para gente mayor o con problemas de movilidad. Nosotros lo hemos hecho, y nos ha funcionado muy bien. Aunque depende de las posibilidades de cada centro".
María José García, portavoz nacional del sindicato de enfermería SATSE, pide que se aumente el número de enfermeras y enfermeros para afrontar el incremento de vacunaciones. "Es inconcebible que, en la situación en la que estamos, haya enfermeras en paro, cerca de 3.000", asegura, haciendo referencia a las cifras que maneja el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
"Tenemos nuestros pacientes habituales, que no podemos dejar de atenderlos en el ámbito de la atención primaria, y a ello se suma todo el proceso de vacunación. Estamos de acuerdo en que a este proceso se están sumando enfermeras hospitalarias y de otros dispositivos, pero es imprescindible que la atención primaria se refuerce", continúa, e insiste en que se contrate a esos enfermeros que están en paro, "porque trabajo desde luego no falta".
"El esfuerzo que sea necesario"
Sobre la incorporación de enfermeras y enfermeros jubilados, María José García se muestra crítica: "La voluntad de cualquier profesional sanitario, esté o no en activo, es indudable y eso demuestra una vez más que quien es enfermero, sigue siéndolo aunque se jubile. Pero me parecería lamentable que se pusiera a vacunar a enfermeros jubilados cuando hay tantos en paro".
"Nosotros estamos dispuestos a vacunar, y a realizar el esfuerzo que sea necesario", continúa, aunque advierte de que "no podemos recurrir una vez más a la buena voluntad de los profesionales y a su esfuerzo, porque al final siempre volvemos a las mismas". La portavoz de SATSE recuerda que "muchas enfermeras y enfermeros se están ofreciendo para vacunar fuera de su jornada laboral".
Finalmente, acerca de la vacunación en grandes espacios, declara que "para nosotros los centros de atención primaria son los lugares idóneos para vacunar a la población, aunque también entendemos que hay situaciones excepcionales en las que se requiere otro ritmo. Pero lo que sí que debemos tener muy claro es que esa población que se vacune en grandes superficies tiene que tener el mismo nivel de protección y de seguridad que el resto". Y añade que también hay que organizarlo de tal manera que sea fluido, porque “no podemos tener hora y tres cuartos a la gente en una cola esperando”.