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No hay evidencias científicas de que la vacuna contra la COVID-19 provoque temblores

VerificaRTVE
7 min.

Son varios los vídeos compartidos en redes sociales y grupos de mensajería en los que se ve a personas con temblores, convulsiones y espasmos. Aseguran que acaban de recibir la vacuna contra la COVID-19 y que les ha producido estos graves efectos secundarios, pero a día de hoy no existe ninguna evidencia científica de ello. Lo que sí está probado es que las vacunas contra el coronavirus son seguras y efectivas.

Los videos con estos espasmos que más se han viralizado muestran a Shawn Skelton, una mujer de Indiana (EE.UU.) que afirma haber sufrido “temblores incontrolables” tras recibir la primera dosis del tratamiento de Moderna. Aparece vestida con ropa deportiva rosa sufriendo convulsiones en brazos y piernas.

Sin embargo, entre los efectos secundarios que se han detectado en los ensayos clínicos de esta vacuna no hay constancia de esas consecuencias. Puedes comprobarlo en este documento informativo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

El caso de Shawn Skelton

Skelton cuenta que los espasmos comenzaron días después de que le pusieran la primera dosis de la vacuna de Moderna, el 4 de enero. “El 7 de enero, unos 45 minutos después de levantarme, mi mano derecha empezó a agitarse y a mover mi brazo y entonces empezó a agitarse mi mano izquierda, moviendo todo el brazo izquierdo. En unos segundos, tenía convulsiones en todo el cuerpo”, nos ha explicado Skelton en un correo electrónico enviado el 28 de enero.

El vídeo en el que aparece con temblores se ha hecho viral y se ha compartido en diferentes plataformas. Desde VerificaRTVE hemos vuelto a contactar con Skelton para que aclare si sigue con temblores y si ha recibido la segunda dosis de la vacuna pero no hemos recibido respuesta. En un mensaje del 18 de enero, esta auxiliar de enfermería -así se identifica en Facebook- puso en marcha una campaña con el objetivo de recaudar fondos para pagar su tratamiento médico.

Hemos consultado el Sistema de Notificación de Eventos Adversos por Vacunas de EE.UU. (VAERS, por sus siglas en inglés). Es un sistema abierto a público, personal médico y fabricantes para reportar incidencias que pueden no ser rigurosas y que posteriormente hay que comprobar. Recibe cerca de 13.000 consultas al año, según la Asociación Española de Vacunología (AEV).

En esa base de datos no hemos encontrado ningún caso por convulsiones, temblores o espasmos severos que concuerde con el de Skelton. El 12 de febrero, ella afirmó en su Facebook que no notificó su caso a las autoridades sanitarias.

Menos efectos secundarios de los previstos

VerificaRTVE también ha contactado con Moderna. La empresa no ha contestado nuestros mensajes y actualizaremos este artículo si lo hace. Sí hemos hablado con varios científicos, entre ellos Luis Menéndez, investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Responde, desde la prudencia, que “podríamos aceptar que la persona protagonista de la noticia se encuentra o se ha encontrado mal, pero los síntomas que presenta no parece que se hayan dado entre el resto de la población”. El investigador comenta que “no dejaría de ser un caso anecdótico”.

Los datos dan la razón al científico español: según VAERS, aproximadamente 372 personas de cada millón que recibe una dosis de las vacunas de ARN mensajero (Moderna y Pfizer-BioNTech) comunican que han tenido una reacción leve. Los casos de reacciones graves se reducen a 45 por cada millón de personas.

En EEUU ya han recibido una o dos dosis de la vacunas de Pfizer y Moderna más de 13 millones de personas. Así lo refleja esta actualización sobre seguridad de las vacunas de los CDC en su página sexta.

El documento, publicado el 27 de enero, subraya que “los perfiles de seguridad de las vacunas COVID-19 son tranquilizadores y coherentes con los observados en los ensayos clínicos de autorización previa”. La conclusión la comparte este artículo de la revista especializada Nature, que recalca que “las vacunas actuales son eficaces y seguras” y “el riesgo de una reacción grave” es “superado por la protección que ofrece contra el mortal coronavirus”.

La vacuna de Pfizer

En la información enviada a VerificaRTVE, Skelton explica que está “en contacto con la señora que se puso la de Pfizer y tiene temblores”. Se refiere a la protagonista de otro de los vídeos compartidos en redes sociales y grupos de mensajería. En él se ve a una mujer temblorosa intentando caminar por un pasillo mientras se agarra a las jambas de la puerta. Viste camiseta gris, pantalón negro y unos calcetines amarillos.

Se trata de Angelia Gipson Deselle, madre de Brant Griner, que fue quien hizo público el vídeo. Griner ha explicado a PolitiFact que su madre tuvo “convulsiones” tras recibir la primera dosis de la vacuna de Pfizer el 5 de enero en Nueva Orleans (Luisiana). El medio de verificación estadounidense cuenta que solicitó a Griner que aclarara cuándo y en qué centro médico recibió su madre la vacuna, pero que él rechazó facilitar esos datos y luego retiró los vídeos.

Hemos preguntado a Pfizer sobre el caso de esta mujer y se ha expresado solo en términos generales. Nos ha trasladado que sigue “de cerca todos estos eventos” y recopila “información relevante” para compartirla “con las autoridades reguladoras globales”.

Menéndez explica que, como en el caso de Moderna, la evidencia que se tiene de la vacuna de Pfizer muestra que “no se han observado efectos importantes, solo los típicos: hinchazón, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza”. “En realidad, estos efectos son la consecuencia esperada del funcionamiento del sistema inmune, que se pone a trabajar tan pronto como se recibe la dosis vacunal”, señala.

España, sin temblores ni convulsiones

La campaña oficial española de vacunación completó el 16 de febrero las dos dosis previstas en un millón de personas. Puedes seguir los datos actualizados diariamente en esta página web del Ministerio de Sanidad.

En España los efectos secundarios de las vacunas se recogen en el programa BIFAP. Es una base de datos que se completa desde los centros de Atención Primaria y que depende de la Agencia Española del Medicamento y los Productos Sanitarios (AEMPS). El 9 de febrero hacía público el II Informe de Farmacovigilancia de vacunas frente a la COVID-19. Hasta esa fecha se han administrado 1.131.805 dosis con 1.555 notificaciones de efectos adversos (0,14% de los casos), y no observamos efectos de este tipo.

La AEMPS afirma no haber identificado a 25 de enero de 2021 “ninguna posible reacción adversa hasta ahora desconocida que pueda ser motivo de preocupación”. El doctor Jaime Jesús Pérez, miembro de la Asociación Española de Vacunología (AEV), lo confirma a VerificaRTVE: “No se ha visto nada específicamente preocupante. Que una persona en un cuadro de fiebre haya tenido una convulsión, no lo sé. En principio no hay ningún caso de convulsión mantenida en el tiempo”, explica.

Menéndez corrobora que “casi todos los abordajes de diseño de vacunas están funcionando bien y con éxito”. “No solo las de RNA de Pfizer y Moderna sino también las de adenovirus como Astra Zeneca o Sputnik o incluso las de simples proteínas, como parece ser que es la de Novavax, están dando datos de eficacia bastante buenos o muy buenos”. Su conclusión es que las vacunas contra el coronavirus “no tienen apenas efectos secundarios”.

Como nos han explicado en otras ocasiones los expertos, la correlación -dos hechos que suceden de manera simultánea, en este caso vacunación y temblores- no asegura una causalidad. Hay que seguir criterios científicos, más rigurosos, en la búsqueda de relaciones causales. En la web Spurious Correlations te ofrecen ejemplos de correlaciones sin vínculo ninguno.

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