La participación final en las elecciones catalanas de este 14 de febrero se ha situado en el 53,56 %, según los datos publicados por la Generalitat de Cataluña. Hace cuatro años, esta se encontraba en el 81,94 %, 28 puntos por encima de los datos actuales. Se trata del porcentaje más bajo de su historia, superando a la cita electoral de 1992, que hasta la fecha concentraba la movilización menos concurrida.
La abstención ha sido el principal fantasma de estos comicios, marcados por la pandemia de COVID-19. En estos, el porcentaje ha subido hasta el 46,44 %, el más elevado de los últimos años, por encima de la cita electoral del año 2010, en la que el 40,05 % de la población catalana decidió quedarse en casa y no ejercer su derecho a voto.
Girona, la provincia que más participación ha cosechado en el 14F
En cuanto a la situación de las provincias, la que más votos ha recopilado ha sido Girona, con un 54,77 %, seguida de Lleida (54,65 %), Barcelona (53,77 %) y Tarragona (50,36 %). En todas ellas el desplome es de al menos 25 puntos con respecto al 2017, en el que se llegó a alcanzar más del 80 % en las cuatro provincias.
Todos los partidos que concurrieron en estos comicios cerraron sus actos de campaña apelando a la participación y a no quedarse en casa pese a la pandemia de COVID-19 que atraviesa España. La abstención ha sido un elemento decisivo en esta cita electoral, en la que el miedo al contagio y el hecho de que no hubiera un candidato claro han hecho que la indecisión sea más evidente que en otras ocasiones.
La constitución de las mesas y el voto por correo, factores a tener en cuenta
Tras la decisión final del Tribunal Superior de Justicia, por la cual la celebración de los comicios quedó fijada para este domingo, 34.000 ciudadanos han alegado motivos de peso para no formar parte de las mesas electorales, fundamentalmente vinculados a la COVID, y finalmente 22.000 alegaciones han sido aceptadas, según han informado desde el Govern.
A pesar de ello, el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Bernat Solé, confirmó la constitución al 100 % de las mesas. Este hecho marchó en sintonía con lo asegurado días atrás por la consellera de la Presidencia, Meritxell Budó, que afirmó que la jornada se desarrollaría "con toda seguridad y toda normalidad" y que al final de la noche se podrían ofrecer los resultados finales de los comicios.
Por otro lado, el voto por correo se ha disparado. Entre el 22 de diciembre y el 12 de febrero, 265.000 personas solicitaron esta modalidad y ejercieron su derecho a voto. Ello supondría un 277 % más que en las elecciones de 2017, cuando cerca de 79.000 ciudadanos participaron con esta vía.
Más de siete millones de catalanes estaban llamadas a las urnas
A las preguntas sobre la baja participación, Solé explicó a primera hora que esta se debía principalmente al tramo analizado (de 9:00 a 12:00 horas aproximadamente), que se correspondía con la franja que el Govern propuso para que las personas más vulnerables se desplazaran hacia los colegios electorales. A partir de ese tramo, el resto de la población podía desplazarse a ejercer su voto, dejando la última hora, de 19:00 a 20:00 horas, para aquellos que fueran positivos en COVID-19, sospechosos o contactos estrechos de otros.
A lo largo de la jornada, y después del avance de las 18:00 horas, se confirmaba la tendencia a la baja en la participación en unos comicios marcados por una tercera ola de COVID en aparente descenso. La Generalitat buscaba conformar su nuevo parlamento durante los cuatro próximos años tras la inhabilitación de Quim Torra, un hecho inédito que motivó que 7,6 millones de catalanes fueran llamados a las urnas.
A la situación epidemiológica se ha unido la fragmentación dentro de los partidos potenciales a presidir el Parlament. Con los datos cerrados, el candidato del PSC, Salvador Illa, se ha proclamado ganador de unas elecciones atípicas con el 23 % de los votos y 33 escaños.
La participación en las elecciones catalanas, municipios y comarcas
Al final del escrutinio, 20 localidades han superado el 80 % de participación, siendo Malla la que ha recabado el mayor porcentaje (85,91 %). Por otro lado, Alfara de Carles y El Montmell (38,54 % y 32,54 %, respectivamente) han sido los territorios donde la población se ha movilizado menos en estos comicios.
Analizando los resultados con respecto a los de 2017, solo en siete municipios la movilización ha subido, aunque la variación máxima no supera el 2 %. Son: Sant Julià de Cerdanyola (1,81 %), Malla (1,79 %), Mura (1,13 %), Vilanova de Bellpuig (0,97 %), Santa Fe del Penedès (0,87 %), Riu de Cerdanya (0,75 %) y Alpens (0,07 %).
En el resto del territorio catalán, la tendencia a la baja ha sido la dominante en estos comicios. Los descensos más pronunciados han llegado al 50 %, como en El Montmell (-50,03 %) y Les Valls de Valira (-54,99 %), aunque predominan las localidades que se sitúan entre un 20 y un 30 % menos que hace cuatro años.
En cuanto al balance de las comarcas, la de Priorat ha sido la que más participación ha cosechado, con un 71,52 %. La mayor parte se ha movido entre el 50 y el 60 %, salvo Val d'Aran (48,46 %), Baix Ebre (48,39 %), Montsià (47,45 %) y Baix Penedès, que han acabado con los porcentajes más bajos.