La irrupción de variantes del coronavirus ha añadido aún más incertidumbre a las campañas de vacunación que se han iniciado en buena parte del mundo, y que se están caracterizando por la escasez de dosis. Preocupan especialmente las mutaciones de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil; y el impacto que puedan tener no solo en un aumento de la contagiosidad y la letalidad del virus, sino también en la inmunidad generada por las vacunas. Aunque el horizonte no es tan oscuro. Las previsiones científicas apuntan a que el SARS-CoV-2 ha llegado para quedarse, al menos de momento. Pero también coinciden en que las vacunas van a facilitar mucho esta convivencia.
"La ilusión que tenemos, nuestra idea, es que gradualmente se alcance esta cifra mágica del 70% de la población con anticuerpos", manifiesta a RTVE.es Albert Bosch, catedrático de la Universitat de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Virología, quien apunta a la época estival como posible punto de inflexión de la pandemia: "Aunque no desaparezcan las infecciones, sí que es verdad que en verano son menos habituales, porque el virus se transmite peor, entre otros muchos factores. Si las dos cosas coinciden, el verano y una proporción importante de población inmune, podemos tener una bajada natural, que no será una desaparición".
“Va a seguir habiendo brotes, pero no va a ser esto que vemos ahora. “
Este virólogo considera poco probable que las cifras disparadas de esta tercera ola vuelvan a repetirse en los próximos meses, a pesar de la aparición de las nuevas variantes, aunque cree que el camino que queda por delante todavía es largo. "Va a seguir habiendo brotes, pero no va a ser esto que vemos ahora", opina, y explica que "la tendencia, aunque no tiene por qué cumplirse, es que con el tiempo, con la interacción entre el hospedador -el ser humano- y el virus, este último tiende a adaptarse cada vez mejor infectando al hospedador de una manera más efectiva, pero causando menos patogenicidad".
Las vacunas evitarán hospitalizaciones y muertes
Las variantes del SARS-CoV-2 detectadas en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil se caracterizan, según los primeros estudios, por una mayor facilidad para transmitirse con respecto al virus originario descubierto en Wuhan. La británica ya ha sido reportada en más de 80 países, entre ellos, España; mientras que la sudafricana está presente en más de 40 y la brasileña ronda la decena.
Los primeros estudios apuntan también a que, especialmente ante las variantes sudafricana y brasileña, las vacunas disponibles en la actualidad pierden un porcentaje sustancial de su eficacia, pero eso no significa que no sirvan para atajar la peor cara de la pandemia. "Lo que sabemos hasta ahora de todas las vacunas es que van a proteger contra la enfermedad grave, las hospitalizaciones y las muertes, y eso es lo más importante", manifiesta a RTVE.es Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología.
Vial de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y BioNTech. EFE / EPA / GIUSEPPE LAMI
Las vacunas de Pfizer, Moderna, y AstraZeneca (y en general todas las que se están desarrollando a nivel mundial desde diferentes enfoques y tecnologías) se pueden actualizar con relativa rapidez para adaptarlas a las nuevas mutaciones. Por ello, es muy importante detectar lo antes posible las posibles variantes que puedan surgir. El Ministerio de Sanidad español, junto con las comunidades autónomas, ha aprobado recientemente un protocolo para vigilar la aparición y circulación de nuevas mutaciones.
Sin embargo, esto no significa que las dosis administradas hasta ahora no sirvan para nada, ni tampoco que haya que esperar a actualizar las vacunas para proseguir con la campaña de vacunación. "En estos momentos, lo que tenemos que preocuparnos es de inmunizar al mayor número posible de personas con las vacunas que tenemos disponibles, porque eso realmente nos va a permitir que los hospitales se vacíen, -continúa Pérez-, luego si hay que hacer una adecuación de las vacunas, si en función de la disponibilidad podemos poner las más eficaces a todo el mundo o no… Todo eso se irá viendo más adelante. Pero ahora mismo no podemos decir que no a ninguna vacuna que va a evitar hospitalizaciones y muertes".
¿Habrá que revacunarse?
A falta de conocer la duración de la inmunidad desplegada por el organismo humano ante el SARS-CoV-2, un dato esencial que aún no se puede determinar, la revacunación es una posibilidad que los expertos no descartan, especialmente en grupos más vulnerables y con cierta periodicidad. "Por los tipos de vacunas que existen y la mayoría de las que vendrán, no es descabellado pensar que haya una especie de recordatorio de vacuna", apunta Albert Bosch, quien recuerda que "esta situación la tenemos con la gripe cada año".
"Vamos a coexistir durante un cierto tiempo con el virus, y aparecerán variantes que vamos a tener que afrontar, en un ataque-contraataque continuo", prosigue este virólogo, aunque deja claro que, en su opinión, "cada vez vamos a tolerar mejor la infección del virus".
“Exponerse por primera vez al antígeno siempre va a ser mejor que hacerlo frente al propio virus. “
Jaime Jesús Pérez, por su parte, asegura que "el escenario de revacunaciones anuales, junto con la vacuna de la gripe, está ahí, y llegado el caso habrá que evaluar la periodicidad", aunque reconoce que "son cosas de las que todavía nos queda muchísimo por aprender".
"Lo previsible y lo que estamos viendo hasta ahora en los estudios de las diferentes vacunas es que te protegen frente a la cepa contra la que están diseñadas, pero también contra las nuevas variantes. Exponerse por primera vez al antígeno siempre va a ser mejor que hacerlo frente al propio virus. Con lo cual, lo plausible científicamente hablando es que las oleadas epidemiológicas que vengan después no sean tan graves como las que hemos padecido hasta ahora", concluye este especialista en medicina preventiva.