Martes 11 de la mañana. El parking de una empresa de distribución de alimentos y bebidas de Alzira está lleno de camiones de reparto. Si la hostelería estuviera abierta, todos estarían en la calle, trabajando. La situación en el interior de las naves tampoco es usual. Estanterías llenas de productos y las carretillas paradas. No hay nadie.
“Tres de cada diez empresas del sector podrían cerrar“
“La actividad ha caído al 2%”, explica su gerente. “Principalmente seguimos trabajando con establecimientos que mantienen el servicio de comida para llevar y pequeñas tiendas a las que ya servíamos y que no se han visto afectadas por el cierre”. Porque según Juan Peiró, el presidente de la Asociación de distribuidores de alimentación y bebidas (ADISLEB), al igual que en la hostelería, 3 de cada 10 negocios podrían cerrar ante esta situación que califica de dramática para las empresas de su sector.
La prórroga del cierre conllevaría ERTE
Empresas como la de Silvia Guillén en Alicante. Tiene 20 trabajadores. Ahora no trabaja ninguno. Si se prolonga el cierre más allá de los 14 días anunciados por el Consell, tendrán que recurrir a los ERTE. “Necesitamos ayudas” explica Guillén.
El “plan Resistir”, anunciado por el Gobierno Valenciano para ayudar a los sectores más perjudicados por la pandemia, está dotado con 340 millones de euros. No saben qué les corresponderá. “Somos los grandes desconocidos” explica Peiró. “Vamos a tener que pelear para que se nos reconozca como empresas directamente afectadas. Y estamos dispuestos a llegar a los tribunales”, añade.
La distribución es otro de los sectores afectados por el cierre de la hostelería
Un futuro complicado para la distribución
Calculan que en la Comunitat Valenciana hay unas 300 empresas que se dedican a la distribución de alimentación y bebidas, con un volumen de negocio que supone 2.500 millones de facturación al año. La media es de unas 20 personas empleadas. Algunas en ERTE desde marzo. “Nuestra supervivencia más allá de un mes es complicada” apunta Peiró, a quien también preocupa la devolución de los préstamos ICO concedidos a las empresas. “Pueden prolongarlo un año más, pero a cambio de más comisiones, tipos de interés…”.
“La supervivencia más allá de un mes es complicada“
Y añade que su sector lo tiene difícil para reinventarse como han hecho algunos proveedores de otro tipo de producto. “Son formatos pensados para el hostelero. El servicio a domicilio no sería rentable”, dice refiriéndose a las existencias que se han quedado sin repartir. “El cierre ha sido de un día para otro, no hemos podido regular stocks, y algunos productos caducarán. Las compañías de seguros, si no lo has contratado específicamente, no cubren esas pérdidas”.
Una situación muy difícil para las empresas de distribución que, desde que empezó la pandemia, han visto disminuir su facturación casi a la mitad.