La compra de mascarillas FFP2 se ha disparado. En una semana ha aumentado su venta un 58%. Pero su uso sigue sin ser obligatorio -ni recomendado- para el día a día de la población según la Organización Mundial de la Salud y el propio ministerio de Sanidad español. La norma UNE0065 que regula las mascarillas higiénicas y quirúrgicas ya establece un alto grado de protección en éstas por lo que sería suficiente. Es lo que se ha afanado en recordar Boticaria García en ‘La Hora de la 1’ que también nos ha dejado las siguientes recomendaciones:
-Las mascarillas FFP2 solo para ambientes de alto riesgo
Este tipo de mascarillas se deben reservar para cuando se esté en contacto con el virus o si se está en un habitáculo reducido, sin ventilación, con gente y con poca distancia. Para Boticaria García los medios de transporte entrarían en esta categoría.
-Cuando una mascarilla FFP2 se saca de su paquete, su tiempo de vida empieza a correr
Según Boticaria, las mascarillas están pensadas para que cuando se extraen de la bolsa su tiempo de vida empiece a mermar. Ahora bien, en un contexto de escasez económica, dice, podrían reutilizarse solo si es estrictamente necesario y se guardan de una forma correcta en un sobre o bolsa específico.
-Tan importante es el tipo de mascarilla como el uso correcto
Tengamos mascarilla FFP2 o una quirúrgica, el buen uso es indispensable para estar protegidos. Es importante, dice la doctora en Farmacia, no tocar la mascarilla con las manos, no bajárnosla a la barbilla cuando comamos o bebamos y no superar su tiempo de uso indicado. Para las higiénicas serían cuatro horas, para las FFP2, ocho. Parecen recomendaciones sencillas pero una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) pone de manifiesto que la población usa la mascarilla tres veces más de lo que es deseable.
-¿Dos mascarillas es mejor que una?
Esta opción se suele utilizar en un entorno hospitalario para que cuando un paciente estornuda y emita aerosoles, los sanitarios puedan cambiarse la quirúrgica rápidamente por otra y seguir con la FPP2 intacta. Si se hace al contrario, es decir, se pone la quirúrgica sobre la boca y la FPP2 sobre ésta, la protección se verá reducida puesto que el encaje de la segunda en la cara no sería el adecua
-Las mascarillas transparentes no son recomendables para el público general
Este tipo de mascarillas son necesarias para personas con problemas de inclusión pero muchas de ellas, según confiesa Boticaria, no cumplen la norma UNE0065 que establece la protección frente a los aerosoles en el 90%. Solo cumplen la recomendación europea que la reduce al 70% por lo que su uso para la población general no está recomendado.
-Las pantallas transparentes solo son un complemento
Este tipo de artículos no pueden ser usados como único método de protección. Solo se trata de un complemento para la mascarilla quirúrgica, higiénica o FFP2. Si cumplen certificación es porque están en línea con la homologación respecto a gafas no a mascarillas, ha asegurado Boticaria.
Las mascarillas FFP2 no son necesarias pero, ¿nos las podríamos permitir?
La diferencia de precio entre las mascarillas quirúrgicas y las FFP2 es considerable. Mientras el precio medio por unidad en las primeras se sitúa en unos quince céntimos, en las segundas asciende a un euro. Teniendo en cuenta que la vida útil de las quirúrgicas es de cuatro horas, el precio medio por día para una persona se duplicaría hasta los treinta céntimos.
Las FFP2 están recomendadas para ocho horas de uso. En ‘La Hora de la 1’ se ha calculado que el gasto para una familia de 4 personas durante un mes el gasto subiría a 120 euros al mes de usar todos los días una mascarilla FFP2. 84 euros más que si se compran las quirúrgicas.
Para Boticaria García es importante recordar que, aunque habría que bajar el coste de las mascarillas, mientras las quirúrgicas tienen el límite fijado y su producción es extensa, no pasa lo mismo con las FFP2. Un artículo, dice, que supera el producto sanitario que son las quirúrgicas y que constituye un EPI que debería reservarse para los sanitarios. Aún así desde la OCU también reclaman un abaratamiento de este tipo de mascarillas y una reducción del IVA como ya se hizo con las quirúrgicas. “Es un enorme impacto en la economía de las familias. Las mascarillas se han convertido en una nueva factura de la luz”, ha argumentado su portavoz Enrique García.