El Reino Unido se ha convertido en el primer país europeo que ha rebasado la barrera de las 100.000 muertes con COVID-19, una cifra que ha alcanzado después de registrar 1.631 decesos en las últimas 24 horas, según los datos ofrecidos por el Ministerio de Salud británico.
En total, el Gobierno británico ha contabilizado hasta ahora 100.162 fallecidos en un plazo de 28 días tras haber dado positivo en un test, si bien el número de certificados de deceso en los que se cita la enfermedad entre las causas asciende a 103.602. Además, el Ejecutivo ha notificado este martes 20.089 contagios más, lo que marca una reducción de la cifra diaria de infecciones por cuarta jornada consecutiva.
En cuanto a la cantidad de pacientes hospitalizados con coronavirus, la cifra se mantiene por encima de los 37.000, cerca del doble de lo que se registró en el pico de la primera ola, a mediados de abril, tras producirse 3.341 ingresos en veinticuatro horas.
Todavía queda "un duro periodo" por delante
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, ha afirmado que la cifra de muertos que ha dejado la pandemia en el Reino Unido es "abrumadora" y ha alertado de que todavía queda por atravesar "un duro periodo". El país se mantiene como el quinto con mayor número de víctimas en todo el mundo.
"Mis pensamientos están con todas y cada una de las personas que han perdido a un detrás de estas cifras desgarradoras hay amigos, familias y vecinos", ha dicho Hancock. "Sé lo duro que ha sido el último año, pero también sé lo la determinación de los ciudadanos británicos y lo mucho que hemos todos nos hemos unido para salir adelante", ha añadido.
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, ha calificado de "tragedia nacional" la cifra de 100.000 muertos por coronavirus. "Es un terrible recordatorio de todo lo que hemos perdido como país", ha afirmado el laborista, que ha conminado a los ciudadanos a cumplir las restricciones sociales para tratar de minimizar los contagios, "permanecer en casa y proteger el sistema de salud".
Inglaterra, que es con diferencia la más poblada de las cuatro naciones que conforman Reino Unido, volvió a entrar en un confinamiento nacional el 5 de enero, que incluye el cierre de pubs, restaurantes, tiendas no esenciales y escuelas para la mayoría de los alumnos, así como restricciones para viajar.
En diciembre, Reino Unido se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la vacuna de Pfizer y se ha propuesto administrarla a todas las personas mayores de 70 años, a las que son vulnerables desde el punto de vista clínico, a los trabajadores sanitarios y sociales de primera línea y a los adultos mayores en residencias de ancianos antes de mediados de febrero. Un total de 6.853.327 personas han recibido ya una primera dosis y 472.446 la segunda.
El Gobierno británico ha indicado que la tasa de vacunación y el éxito de las vacunas son clave para poder aliviar las restricciones. "Desgraciadamente, vamos a ver bastantes más muertes en las próximas semanas antes de que los efectos de las vacunas empiecen a notarse", ha alertado el epidemiólogo Chris Whitty.
Asimismo, ha destacado que el número de contagios de la COVID-19 en el país ya ha alcanzado su pico más alto y que la curva ha comenzado a descender. No obstante, y pidiendo cautela, ha señalado que la cifra de hospitalizados con la enfermedad aún es "increíblemente" alta, según ha informado la BBC.